ZP está dispuesto a reescribir la Historia de España y a recomponer su geografía de forma integral, pero semejante esfuerzo no le parece bastante y ahora pretende cambiar también la naturaleza según el dictado de lo políticamente correcto. En la revista de pensamiento “Marie Claire”, se postuló como liberador del sexo femenino y se mostró dispuesto a regular la vida de las mujeres. Incapaz de detectar la magnitud de sus chorradas, ZP ignora que la mujer que vale no necesita que la ley la ponga en lugar preponderante respecto al varón. No todas son como su vicepresidenta, introducida en la judicatura por el llamado cuarto turno, que es la gatera utilizada por los hombres y mujeres de progreso para fagocitar la administración sin necesidad de pasar ningún examen. Fernández, la "vice" de Rodríguez, es el único caso en la justicia española, y quizás mundial, de jueza que jamás ha puesto una sentencia o instruido una causa. Llegó, vio y al coche oficial se subió.
La jueza Teresa Palacios, en cambio, lleva sobre su toga el peso instructor de algunos de los procesos más destacados en los últimos años, con cientos de damnificados y muchos miles de millones de euros en juego. Ella no necesita que "Maritere" la enchufe por delante de sus colegas masculinos; se basta sola para pasarles como un cohete y dejarles en la cuneta. Y como ella miles de ejemplos más que todos conocemos en nuestra vida cotidiana. En la administración pública, sin ninguna medida de discriminación a favor del sexo femenino, las mujeres representan el 52 % de los empleados.
Pero es que además, estas medidas rompen el principio de igualdad ante la ley, estimulando la creación de grupos que compiten entre sí por el favor estatal y la mayor cuota de depredación presupuestaria. Las consecuencias son la desincentivación de los capaces y la retracción económica como han demostrado todas las evidencias empíricas a lo largo de la Historia. El igualitarismo impuesto a través de la coacción estatal es sólo demagogia barata. El gobierno debe promover la igualdad en origen, no en resultados.¿Cómo va a explicar ZP a cualquiera de las empresarias, que las hay y muy brillantes, que tienen que contratar un mínimo de mujeres, aunque sean unas perfectas ceporras, para cumplir la estúpida ley que ahora se anuncia? ¿Y qué me dicen de las excelentes profesionales femeninas que hay en todos los sectores?, ¿Cómo cree nuestra casta de inútiles legisladores que van a recibir a sus nuevas compañeras, puestas a su lado sólo por ser mujeres mientras ellas tuvieron que ganarse el puesto en razón de su valía?
Lo peor de todo es que la derecha política, incapaz de defender los principios que supuestamente representa, en estas políticas demagógicas sigue a pies juntillas el dictado socialista por miedo a no parecer políticamente correcta. En Murcia, por ejemplo, se ha aprobado una Ley de Igualdad regional, que incluye todos los tópicos de la progresía piafante en la materia, incluidos la creación de un "observatorio de la igualdad" (sic) y de varios cientos de plazas de "agentes de la igualdad" (resic), que vigilarán el cumplimiento de la ley en todos sus extremos, suponemos que cachiporra en mano para sancionar las herejías antiigualitarias.
Si las feministas no estuvieran hiperpolitizadas, denunciarían la tropelía por lo que tiene de ofensa a la propia mujer, tratada por el Estado como una especie en peligro de extinción a la que conviene proteger de la fauna depredadora. Por usar la propias palabras del presidente por accidente, "ni él podría llegar a más, ni las mujeres a menos".
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