Memeces aparte, lo cierto es que la izquierda quiere destruir la Iglesia, ya sea desnaturalizándola, ya expulsándola del espacio público, ya por métodos mucho más expeditivos, que conocemos muy bien en España.
La izquierda, desde sus "distintas sensibilidades", es decir, desde sus variados sectarismos, ve a la Iglesia como un obstáculo a sus proyectos. No le falta razón, ya que el cristianismo mira al hombre como portador de una naturaleza propia y poco maleable y la izquierda como plastilina con la que construir sus fabulosas ensoñaciones. La Iglesia habla de los derechos de la persona y el progrerío de toda laya relativiza todos los valores a excepción de los que nos son más propios, ya que a estos los intenta destruir.
Nada que en la Iglesia española no sepa. La estrategia es sencilla y demoledora. Hacen una interpretación sesgada de la laicidad, que pasa de ser la neutralidad del Estado sobre las creencias personales a ser exactamente todo lo contrario: fomentar y permitir dentro de su ámbito la expresión de cualquier valoración siempre que no sea precisamente la de la Iglesia. Después se extiende la mano del Estado sobre todos los ámbitos de la vida ciudadana, y como se borra, en nombre de la laicidad, todo lo que suene a religión católica, el resultado es expulsar a la Iglesia del espacio público. Este Gobierno lo tiene claro. Van por ella. No harán concesiones.
Resultaría ilusorio intentar aliarse de nuevo con el Estado para valerse otra vez de él con sus propios fines. Pero también es igualmente irreal intentar hacer un pacto de supervivencia con quien quiere destruirla. La fuerza de esta institución está en sus miembros (Kajal) y en la libertad de éstos. Si no quiere quedarse en una institución mal tolerada, tendrá que hacer uso de todos sus medios para la defensa de su espacio natural, que es la sociedad civil. Hazte Oír ha tenido el acierto de asumir y promover el cheque escolar como instrumento idóneo para mantener la libertad de enseñanza, pero es sólo un pequeño ejemplo de lo que puede hacer. Su mayor contribución quizá sea mantener ese espacio de defensa de nuestros derechos y libertades, milagroso, sí, que es la COPE. Si no defienden su libertad, que es la de todos, se verán defendiendo su mismo derecho a existir.