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Socialdemocracia y estulticia

Publicado en Libertad Digital

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Eso sí, sin definir en absoluto a qué se refiere con tanto "neo", no sea que la claridad de su ignorancia pueda volverse en su contra; como cuando nos anima a no "dejarnos llevar por el miedo al horror vacui". Ya puestos, no temamos el pánico al espanto al pavor al terror al miedo al horror vacui.

Estella nos ofrece "un nuevo modelo que sirva de marco de referencia": las "ideas de centro-izquierda". Aspira a "la emergencia de un nuevo consenso planetario de tipo socialdemócrata". Con auténtica humildad, el consenso sólo será planetario; los extraterrestres no residentes quedan excluidos.

La crisis es una oportunidad para que la socialdemocracia "dé un paso hacia adelante y asuma el desafío de ofrecer un nuevo eje alrededor del cual hacer girar la actuación futura de los actores políticos". No le suena aquello de los socialistas de todos los partidos, y es tan bisoño que cree que el socialismo democrático es algo novedoso.

Cree que "no faltan excelentes pensadores en la órbita de la socialdemocracia, ni tampoco excelentes ideas". Pero no ofrece ningún ejemplo, lo cual no es nada sorprendente: cabe preguntarse si un mal pensador puede distinguir excelentes pensadores o excelentes ideas; o simplemente pensadores e ideas. Quizás sí puede hacer propaganda, ya que no da para mucho más. Los contenidos los tiene claros: "revisar las ideas socialdemócratas en relación con las virtudes del mercado" porque se ha abrazado "con más intensidad quizá de la debida, al mercado". Tanto amor a la libertad y al comercio no puede ser bueno, hay que intervenir los mercados "con valentía": "no basta con regular y supervisar la acción de los agentes económicos". Así, sin miedo, como si fuera algo que no se ha hecho nunca y hay que intentar por primera vez.

La fatal arrogancia no muere en las nubladas mentes de los más necios: quiere "participación directa del Estado", que sea "protagonista directo de la actividad económica" y no "mero espectador", para tener "información sobre lo que está ocurriendo en el mercado, así como capacidad de corrección de sus fallos". Todo naturalmente por esa entidad tan vaporosa como es "el interés general" y para que las cosas se hagan "como deben hacerse": sin explicar con un mínimo de detalle la naturaleza de la obligación (¿moral?, ¿legal?, ¿técnica?) y la forma concreta de su implementación. Total, para qué: las cosas hay que hacerlas como hay que hacerlas, eso está claro.

Pide más socialismo porque quizás no sabe que el socialismo es imposible. Que el planificador estatal tiene serios problemas de actitud y aptitud. Carece de los incentivos adecuados y no tiene capacidad para obtener y procesar la información relevante para su acción presuntamente coordinadora.

Además, Estella quiere "volver a situar el principio de igualdad en el mismo corazón de la socialdemocracia", y no se trata de una igualdad instrumental para "conseguir mayores cotas de libertad". No, la igualdad es "un fin en sí mismo". Quedan ciertas incógnitas: ¿es este presunto profesor el que va a intentar hacer algo por igualarse a otros mínimamente inteligentes o va a forzar a los demás a ponerse a su ínfima altura? ¿O se trata solamente de quitar dinero a unos para dárselo a otros?

Una última joya de lo que en socialdemocracia pasa por argumentación: "de igual manera que nos parece legítimo repartir por igual los costes de una crisis económica, nos debería parecer legítimo repartir de forma mucho más igualitaria sus beneficios, y para ello los ciudadanos tendrían que poder participar, en pie de igualdad, en la toma de decisiones económicas que pueden ser trascendentales para sus vidas". Perdón pero: ¿quién es ese "nosotros" al que se hace referencia? ¿Estella y cuántos despistados más creen que la crisis han de pagarla por igual justos y pecadores? ¿Las acciones, basta con que parezcan legítimas a alguien o conviene que lo sean independientemente de su percepción subjetiva? ¿Qué beneficios de la crisis económica se van a repartir, o es que tenemos un serio problema con la sintaxis? En sociedades complejas con millones de ciudadanos y de diferentes procesos de producción y distribución, ¿cómo se participa en las decisiones económicas? ¿Será un mercado libre la respuesta a esta última pregunta?

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