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Ética del crimen

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"El aumento de la criminalidad y la intolerancia resultan, entre otras causas, de un individualismo insolidario en avance permanente". ¿Quién se imaginan que ha sentenciado de esta guisa? ¿Quizá Rodríguez Zapatero o, mejor aún, el inefable Pepiño Blanco? ¿No podría ser algún intelectual orgánico como Sabina o un progresista ilustrado como Saramago?

Si cree que esta frase proviene de alguno de los próceres citados, lo sentimos pero se ha equivocado. Esta idea ha brotado de las nuevas generaciones del Partido Popular, lo cual viene a demostrar que el socialismo cala en todos los partidos. Lo decía Carlos Rodríguez Braun precisamente hace unos días en las jornadas que organizó este Instituto en Tenerife: no podemos confundir liberalismo con PP ni socialismo con PSOE porque de ninguna manera esa equivalencia es aceptable. El caso que comentamos viene a probar que Braun vuelve a tener razón.

Pero si le dedicamos una pensada a esta idea de los jóvenes peperos podemos descubrir que encubre toda una filosofía de la irresponsabilidad y, como veremos, una apología de la delincuencia.

La delincuencia deja de ser la consecuencia de un acto ilegal para convertirse en una respuesta a la falta de solidaridad. Dicho de otro modo, la culpa, en lugar de ser atributo del sujeto es predicable de la sociedad porque, como es evidente, nunca es suficientemente solidaria como para evitar que la gente tenga que delinquir. Y además, comprende otra importante idea, que el delito es el resultado de la pobreza.

Ahora podemos entender un poco mejor lo que quieren decir los cachorros de la derecha.

Por un lado, que la gente es irresponsable y por otro, que la culpa de todo la tenemos quienes nada hemos hecho por evitar que esa persona, por supuesto, pobre hasta las cejas, actuara de ese modo. El veredicto es terrible. Quienes estamos trabajando, somos culpables. Quienes no agredimos, ni robamos ni violamos a nadie, somos culpables. Los culpables, en cambio, por negación de la lógica, no lo son y los inocentes por el contrario, se convierten, bajo este prisma, en sus contrarios. El ser y el no ser, se confunden, la nada es algo y el algo es nada.

¡Estupendo comienzo revolucionario para un ideario de centro derecha!

Pero, desgraciadamente, aún hay más.

ETA, bajo esa perspectiva, sería una pobre organización criminal a la que la insolidaridad ha abocado a la lucha armada. Hasta el término "lucha armada", deberá ser aceptado puesto que no cabe duda alguna de quien coge un fusil es para aplacar el hambre. Cuando Zapatero, como ha recordado Jorge Valín, llegó a señalar en el Financial Times que la causa del terrorismo es consecuencia de las "enormes desigualdades" no se podía imaginar que los chicos que jalean a Rajoy, asumieran su discurso con tanto entusiasmo.

Seguro que al enterarse de esta noticia, más de una lágrima recorrería su rostro. "¡Al fin, al fin, la derecha se tornaba cabal!", podría decir para sí. De haber dedicado a la lengua española un par de tardes, quizás lo único que el presidente les podría achacar es no haberse expresado mejor. Con decir que "la insolidaridad provoca delincuencia" podrían haberse ahorrado una intrincada paráfrasis y explicar mejor su más que dudoso espíritu liberal, al que aparentemente se consagran con fervor.

Pensemos que de ser ciertas las palabras del monclovita y de sus nuevos seguidores, la extrema necesidad, permitiría a los pobres robar, a los terroristas matar y qué se yo, aplicando el viejo principio marxista, "de cada quien según sus capacidades a cada cual según sus necesidades", hasta justificar que alguien viole a otro ser humano.

Instituir la insolidaridad como la medida de todas las cosas implica destruir la esencia de la libertad, la responsabilidad. Dado que los hombres son irresponsables porque siempre es un tercero el que les empuja a actuar, el ser humano se convierte en un autómata, un animal sin capacidad de razonar. En definitiva, un esclavo de sus pasiones. Y como la pulsión más inmediata del hombre es la de alimentarse y reproducirse, señores, con este lema de las nuevas generaciones, tenemos todo un programa político que les puede permitir captar votos… de todos los sitios menos de quienes todavía creen que los hombres son racionales, responsables, libres y que no son culpables de lo que hagan otras personas.

¿Lo incluirá el PP entre las medidas que planteará en las futuras elecciones nacionales?

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