El último botón de muestra es su justificación de la inacción del gobierno catalán ante los usurpadores de inmuebles que se hacen llamar okupas. Su razonamiento, propio de una fanática
Estefanía dice que Pinochet era ultraliberal para poder manchar moralmente al liberalismo las desapariciones en transitivo de centenares de chilenos, y los asesinatos; crímenes que se cuentan por tres millares.