En un artículo anterior comenté que una de las condiciones para un sistema monetario sano era la derogación de la legislación bancaria y la abolición inmediata de los bancos centrales.
Casi nadie de entre quienes en estos momentos están visitando las pirámides o admirando los templos de Luxor ha oido hablar de Abdel Karim Soleiman. Sin embargo, su historia es