Uno de los mayores errores que hemos cometido nunca las mujeres es aceptar la idea de que para combatir la discriminación hay que discriminar. Es como si se propusiese, para
No es casualidad que dicha etapa haya coincidido, precisamente, con el triunfo del pensamiento liberal, tanto a nivel político (democracia parlamentaria) como económico (capitalismo). Hasta anteayer el hombre no era