En ningún caso se plantea reducir ni el tamaño del Estado ni su capacidad para usurpar bienes y derechos de los ciudadanos, y para repartir arbitrariamente dineros y beneficios.
Es evidente que Camboya está muy lejos de ser un país desarrollado donde la mayoría de la población disfrute de estándares de vida envidiables. Pero también debería ser evidente el