En diciembre el paro se incrementó al ritmo más elevado desde 1977 y el INEM registró el mayor número de desempleados de toda su historia, pero el presidente del Gobierno nos lo ha querido edulcorar con dos mensajes de esperanza. La primera es que este mes de diciembre el paro ha subido menos que en noviembre; la segunda, que a partir de marzo comenzaremos a notar los efectos positivos de los planes de estímulo económico.
Pero de nuevo Zapatero se equivoca (o miente). Puede parecer cierto que el dato de paro de diciembre sea menos malo que el de noviembre. Al fin y al cabo, hace dos meses el desempleo aumentó en 170.000 y en diciembre "sólo" lo hizo en 140.000 personas. Sin embargo, hablar en estos términos resulta confuso y no nos desvela si, en realidad, estamos mejorando o empeorando.
Imagine que en noviembre de 2007 el desempleo hubiese aumentado en 500.000 personas. ¿Consideraría un mal dato que en 2008 creciera en 170.000? Al contrario, podría ser indicativo de que estamos empezando a recuperarnos o de que, incluso, estamos inmersos en una bonanza económica. De la misma manera, si "lo normal" fuera que en noviembre el paro cayera en 100.000 personas, que un año lo haga "sólo" en 25.000 podría sugerir una desaceleración de la actividad.
Pues bien, entre 1996 y 2007 el desempleo en noviembre creció, como media, en 36.000 personas, mientras que en diciembre se redujo en 57.000. Por tanto, en noviembre de este año sólo destruimos 134.000 empleos más de lo que resultaba habitual, mientras que en diciembre el paro creció en casi 200.000 personas con respecto a su media histórica: no sólo no creamos 57.000 empleos, sino que destruimos 140.000. De hecho, en este sentido, diciembre ha sido el peor mes de todo el año y con una notable diferencia con respecto a los anteriores. Por tanto, al contrario de lo que sugiere Zapatero, no estamos mejorando, sino empeorando y a un ritmo acelerado.
Por ese motivo, tampoco cabe esperar que esta tendencia se revierta a partir de marzo, tal y como ha pronosticado el líder socialista. Nada en la economía y en el mercado laboral español permite vislumbrar una mejora. Puede que, en efecto, los planes de estímulo de Zapatero logren "colocar" a algún parado, pero lo harán a costa de destruir muchos otros trabajos y de hipotecar el futuro de nuestro país: más gasto, más deuda y más impuestos.
En realidad, si el presidente del Gobierno quería dar una lectura positiva de las cifras de diciembre lo tenía fácil: serán mejor que las de enero. En la economía española, va volviéndose cierta la frase de que cualquier tiempo pasado fue mejor, especialmente mientras no se adopten las medidas básicas para favorecer la recuperación, a saber, liberalización del mercado laboral y reducción del gasto público.