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El enfriamiento de la economía americana

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El enfriamiento o desaceleración de la economía estadounidense parecía avisado desde hacía tiempo debido a la política monetaria relativamente más restrictiva desplegada por la Fed. Aunque, si bien es cierto, esta ralentización parece estar siendo menor y llegando más tarde de lo esperado, esto no da lugar a negar que esté ocurriendo. No cabe tampoco lamentarse en exceso por ello, ya que la caída de los niveles de inflación y la contracción del crecimiento salarial (ambas buscadas por la Fed para reducir la presión sobre el nivel de precios) son signos evidentes de que la economía americana se está enfriando.

Empleo y consumo

Comenzando por el mercado laboral, aunque en EE.UU. se sigue manteniendo robusto, la situación ha cambiado mucho desde hace tan solo dos años a hoy en día. Concretamente en 2022 la ratio de vacantes por desempleado era de 2:1, lo que hacía casi imposible un incremento de la tasa de desempleo. Sin embargo, en el tercer cuarto de 2024 la situación ha cambiado considerablemente porque, aunque el desempleo siga en niveles históricamente bajos (aun así, más alto que en 2022), la ratio de vacantes por desempleado ha disminuido notablemente. Una de las causas de ello -que es, además, la principal para la disminución del crecimiento salarial- es el gran influjo de trabajadores que ha registrado el mercado laboral norteamericano en el último año.

Una consecuencia directa del enfriamiento del mercado laboral será una contracción de la demanda agregada y, en concreto, del consumo. Si algo ha quedado claro en el último año en EE.UU. es que los ahorros generados durante los años de pandemia se han agotado plenamente. Se registró el pasado mes de julio una tasa de ahorro media en EE.UU. del 3%, que es menos de la mitad de la registrada no ya durante el Covid, sino en 2019. Además, atendiendo a los datos de depósitos bancarios proporcionados por la Fed, en los dos menores deciles de renta, el volumen de dinero en depósitos se encuentra en mínimos desde 2010, con la diferencia de la mucho mejor situación económica que vive la economía americana de hoy en día.

Sector inmobiliario

Otro segmento de la economía al que merece la pena prestar atención es al mercado inmobiliario. Un ejemplo del enfriamiento de este mercado es el índice de confianza de las constructoras y promotoras americanas, que registró su mínimo anual en agosto. De hecho, el número de viviendas en construcción es un 8% menor que al comienzo de año. Sin embargo, la situación no se puede comparar directamente con otros valles pasados del ciclo inmobiliario. De momento, el empleo en el sector no se ha visto resentido, algo que, sin embargo, no cabe descartar para un futuro cercano en caso de que la desaceleración de la construcción norteamericana prosiga su curso.

Además, no se limita únicamente al segmento residencial, ya que las oficinas y locales comerciales están sufriendo todavía más. En EE.UU. se ha registrado recientemente la tasa más baja de presencialidad oficinas de la historia y se espera que la tendencia continúa ante una mayor penetración del teletrabajo. Como consecuencia lógica de ello, la tasa de impago de constructoras y promotoras especializadas, oficinas y locales comerciales se está incrementando considerablemente, afectando sobremanera a los bancos más pequeños y focalizados en regiones con elevado volumen de esta tipología de inmuebles.

La industria

Por otro lado, el sector manufacturero tampoco desmerece nuestra atención, ya que su actividad ha sufrido varios frenazos recientes y podría afectar al conjunto de la economía norteamericana de continuar así. Muestra de ello es el hecho de que muchos componentes del ISM manufacturero registraron hace menos de un mes sus niveles mínimos desde mediados del año 2023. La realidad es que el sector venía perdiendo fuelle durante los últimos años, pero había recibido respiración asistida de multitud de subsidios públicos implantados a través de los conocidos Chips Act e Inflation Reduction Act (IRA). Ahora, ante una desaceleración mayor, la política de subsidios no ha sido suficiente para tapar la tendencia del sector manufacturero norteamericano.

Llegados a este punto cabe pensar en que puede producirse en los próximos meses en la economía de EE.UU. y, sobre todo, en como actuará la Fed en este contexto. Las principales estimaciones de analistas predicen actualmente un recorte de 2 puntos porcentuales de los tipos de interés durante el próximo año y una caída del yield de los bonos a 10 años no demasiado amplia desde el nivel en el que se encuentran ahora, a no ser que la Fed se meta en bajadas de tipos agresivas, lo cual no se espera excepto que la desaceleración se consolide como mayor de lo previsto.

La Fed

Además, incluso si la Reserva Federal baja los tipos más de lo esperado, sus efectos solo se observarían hasta 6 meses después del movimiento descrito, a causa de los famosos lags inherentes a la política monetaria.

Por lo tanto, en medio de una desaceleración de la economía norteamericana por el momento contenida, se prevé que la Fed actúe con la senda de reducción de tipos que dejó entrever parcialmente antes de verano. Frente a eso, si la economía no empeora notablemente (sobre todo en lo relativo a los sectores inmobiliario y manufacturero) se espera que los mercados vuelvan a remontar durante los meses siguientes.

Ver también

La destrucción de la economía alemana. (Álvaro Martín).

¿Un nuevo consenso de Washington? (Álvaro Martín).

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