De entre todas las formas ideadas por los políticos para aumentar su capacidad de invasión de la esfera civil, probablemente la redacción de “libros blancos” sea la más elegante. Con
Afortunadamente para la libertad –y desgraciadamente para los socialistas– tal afirmación no supera la categoría de pura superchería. La gente no es esclava de los medios de comunicación por dos