Un alto funcionario del Ministerio de Hacienda de una pequeña nación de Europa del Este perteneciente a la UE se quejó una vez de que «nuestro país no es realmente independiente». Me explicó que cada vez que su gobierno intentaba aumentar la libertad económica, la Unión Europea saboteaba sus esfuerzos.
Cualquier intento de crear ciudades radicales de libre mercado será clausurado en cuanto empiece a ganar tracción. Los países que acepten acogerlas serán castigados con demandas, sanciones e incluso amenazas de fuerza militar. El objetivo de estas sanciones será hacer sufrir a la población de los países para ponerla en contra de los proyectos de libre mercado.