Fracasamos cuando imponemos pequeñas ortodoxias malolientes. Por ejemplo, con la forma de unas declaraciones sobre la diversidad que exigen un determinado tipo de respuesta.
Occidente está en peligro. Está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente, se encuentran cooptados por una visión del mundo, que inexorablemente conduce al socialismo, y en consecuencia, a la pobreza.