Que las perspectivas económicas de la Unión Europea son lamentables, no lo duda nadie. Que ello se debe a la hiperregulación, muchas veces producto de la persecución de objetivos políticos como la transición digital o ecológica, lo empiezan a sospechar una mayoría de europeos. En este contexto, y en el del comienzo de un nuevo ciclo político con las cercanas elecciones europeas, se esperaba con gran expectación en círculos de burócratas y políticos el informe que la Comisión Europea junto con algunos estados miembro habían encargado el señor Enrico Letta sobre el Mercado Único[1].
Del Mercado Único ya hablé aquí hace unos cuantos meses. No cabe duda de que el gran éxito de la Unión Europea se ha construido sobre este concepto, que es genuinamente económico. El Mercado Único es un espacio en que se dan las llamadas cuatro libertades de circulación: circulación de bienes, de servicios, de capitales y de personas. Como se desprende de la definición, es una construcción que incrementa las libertades de los europeos, y por ello supuso un éxito económico sin precedentes, en coherencia con lo que la teoría económica nos anticipa.
Profundizar en el Mercado Único parece, lógicamente, la manera de mejorar aún más el bienestar, y a eso trata de dedicar su informe el señor Letta. Pero, ¿cómo se profundiza en las libertades antes enumeradas? Parece obvio que habrá que buscar los obstáculos legales que existan a las citadas circulaciones, y proponer que se eliminen. Así es como empezó todo, con la eliminación de los aranceles al acero y al carbón que promovió la antigua CECA.
La Comisión Europea contra el Mercado Único
Lo que ocurre es que en la actualidad la mayor parte de los obstáculos legales a las cuatro libertades vienen de la regulación de la propia Comisión Europea en busca de objetivos políticos como los aludidos en el primer párrafo, de los que estamos todos un poco saturados, y cuesta ver su contribución a nuestro bienestar.
En todo caso, para el señor Letta las cuatro libertades del Mercado Único no son suficientes, y esto es así porque “El marco del Mercado Único, enraizado en la definición de las cuatro libertades (…) está basado fundamentalmente en principios teóricos del siglo XX[2]”. Y puesto que el concepto de Mercado Único es económico, los principios teóricos a los que se refiere Letta han de ser necesariamente económicos.
Hay que preguntarse, por tanto, si la teoría económica del siglo XXI es distinta de la del siglo XX. A lo que los economistas tendríamos que responder que no: el ser humano, causa y explicación última de los fenómenos económicos, no ha evolucionado en sus estructuras físicas y psíquicas, aunque hayan variado radicalmente sus preferencias. En otras palabras, nadie ha propuesto una nueva teoría del valor desde la marginalista en 1871, y eso es porque la teoría del valor sigue estando tan vigente en el siglo XXI como lo estaba en el XX y desde que el Homo sapiens es Homo sapiens.
Una quinta «libertad»
¿Y cuál es esta propuesta estelar basada en los principios teóricos del siglo XXI? El establecimiento de una quinta libertad: una libertad que “mejore la investigación, la innovación y la educación en el Mercado Único”[3]. ¿Libertad de qué? No acaba de quedar claro. ¿Acaso no tenemos los europeos libertad para mejorar dichos aspectos de nuestra vida sin que se haga nada al respecto?
La cosa empeora cuando, a continuación, Letta nos explica qué clase de iniciativas él considera que ahondan en dicha libertad. El lector comprobará con desmayo que se trata de regulación, regulación y más regulación, y además la que afecta a los sectores tecnológicos punteros. Letta recoge como ejemplos el Digital Market Act, el Digital Services Act, el Artificial Inteligence Act, el Data Act y el Data Governance Act. Ninguna de estas normas incrementa la libertad de innovar o investigar, sino todo lo contrario, ponen límites arbitrarios a las cosas que pueden hacer los emprendedores en la Unión Europea, y su consecuencia es el tristísimo papel que tiene en estos momentos la región en los mercados relacionados con Internet.
Trastocar los principios del mercado único
Pero, claro, como para él estas normas alimentan su quinta libertad, propone un camino similar para la computación cuántica, la biotecnología, la biorrobótica y el espacio, entre otros. Evidentemente, de seguirse sus consejos, ocurriría lo mismo en estos prometedores mercados, que lo que ya hemos visto que ha pasado en Internet.
Si el señor Letta considera que en la Unión Europea no existe libertad para investigar, innovar o educarse, lo coherente es que proponga que se elimine la regulación que limita dichas libertades, y no que la ponga como ejemplo para incrementar aquella libertad que precisamente están limitando.
Aunque le pese a Letta, los principios teóricos del siglo XX siguen siendo válidos en el siglo XXI. Y esos principios nos dicen que a mayor libertad, mayor innovación, mayor progreso y mayor riqueza. No son meros principios teóricos. Se han probado una y otra vez hasta la saciedad, siendo una prueba más de su vigencia el propio Mercado Único europeo. Esta es la verdadera ruta hacia la prosperidad, y no una falsa quinta libertad que camufle nuevos delirios intervencionistas.
Notas
[2] “The Single Market framework, rooted in the definition of the four freedoms, – the free movement of people, goods, services and capital – is fundamentally based on 20th-century theoretical principles.” (Pág. 7, traducción propia)
[3] “to enhance research, innovation and education in the Single Market.” (traducción propia).
Ver también
El señuelo del mercado único europeo. (Fernando Herrera).
4 Comentarios
Estimado Sr. Herrera, de verdad cree que el tal Letta entiende el marginalismo neoclasico (el verdadero) de los Austriacos en la linea de Menger, Cuhel, Mises y Rothbard?; si se cree en el falso todo es posible, porque se suman utlidades entendidas como sustancias y se puede redistribuir la renta en base a una funcion social de utilidad; de hecho es lo que hacen en sus previsiones; fijese en Nordhaus con los efectos economicos supuestamente derivados del «Calentamiento Global»; utliza matematicas similares para sus Hipotesis megalomanas.
Un cordial saludo.
Disculpeme por el comentario, pero su articulo de hoy suena a una «Excusatio non Petita».
Lo digo por el siguiente articulo :
«»»https://www.telefonica.com/es/sala-comunicacion/blog/enrico-letta-presenta-en-su-informe-la-hoja-de-ruta-hacia-el-mercado-unico/»
Vd. en su calidad de de «Gerente de Regulacion Corporativa» lo co-suscribe con una compañera suya.
En el mentado articulo le atribuyen a Letta lo siguiente en tono positivo :
«»» Hoy, en un mercado europeo con más de 100 operadores, mantener el foco sólo en la regulación pro-entrante sería perjudicial para un cambio tecnológico hacia redes avanzadas que requieren inversiones masivas»»»
Ergo, implicitamente, estan de acuerdo con la falacia normativa de la «competencia perfecta» donde nadie compite y cuya consecuencia es la formacion de Oligopolios que por definicion estan protegidos, porque no hay libertad de entrada efectiva de capitales para un sector que ya per se, requiere naturalmente de un tamaño y capacidades economico-tecnicas considerable; ¡ojo!, cosa distinta es la prohibición de que Huawei, al igual que en EEUU, se implante en Europa con su tecnologia 5 G, porque ya sabemos para que la utilizan fundamentalmente; los comunistas nunca se han dedicado a hacer el bien.
Un cordial saludo.
Estimado Andrés. Muchas gracias por sus comentarios.
Respecto al artículo que cita en el segundo comentario, creo que debería leer más despacio lo que propone Letta y que mi coautora y yo apoyamos. Es incoherente estar de acuerdo con la «competencia perfecta» y decir que hay que eliminar la regulación pro-entrante, que privilegia a unos competidores frente a otros. Esto último es lo que dice Letta, por lo que se deduce directamente que está en contra de la «competencia perfecta».
Por otro lado, el concepto de «libertad de entrada efectiva» es bastante nebuloso y no tiene nada que ver con las libertades de circulación del Mercado Único. Usted entenderá que el calificativo «efectiva» deja en manos de reguladores la interpretación y la posibilidad de intervenir, limitando para ello, ahora sí, las libertades.
Un saludo
Muchas gracias por su comentario; el modelo normativo de competencia perfecta es un oximoron ; por consiguiente, tiene que desaparecer toda la regulacion derivada del mismo; por qué? porque el modelo ,que insisto es falaz, lleva a la conclusion de que tiene que haber una atomizacion en el sector que «debe ser» lo mas pequeña posible (lo cual implica bienes de capital abundantisimos junto con tecnologias elegibles «ad Libitum») para que se cumpla la otra falacia de que los «productores» no puedan competir, por la sencilla razón de que no deben influir en el precio de equilibrio final que no se sabe de donde sale (el famoso ejemplo del mercado de trigo atomizado), porque una de las caracteristicas esenciales y fatal del Mainstream economico es que han sido incapaces de explicar teoricamente la formacion de los precios, ya que se mueven en un razonamiento circular; es lo que le paso a Jevons y Walras (1), por el uso del aparato matematico, donde resulta que al final la ofera y/o la demanda son una funcion derivada del precio; o sea, que el determinante es el precio en vez de ser el determinado por la valoraciones de los consumidores.
En cuanto a lo de efectiva , quiza no sea el termino adecuado, pero puede expresar lo real o existente y no el deber ser; se sobrentiende que al referirme a » la falacia normativa de la Competencia Perfecta», esta debería desaparecer como un medio para lograr los fines que pretenden porque sus efectos son contrarios a los fines buscados.
Un cordial saludo.
(1) Recomiendo un ensayo de Hans Mayer que es demoledo criticando la teoria de precios de estos economistas; por cierto, Hayek se vio muy influido por Mayer que fue el sucesor de Wieser en la Catedra de Economia de Viena; este ultimo, que su profesor, es el que recomendo a Hayek para que le diese trabajo Von MIses.