El Mapa Político y el Gran Reto de Nuestro Tiempo I

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El mapa político más efectivo a la hora de representar las similitudes y diferencias entre los partidos políticos actuales se basa en el ensayo de Friedrich Hayek titulado “Por qué no soy conservador”, escrito en 1961.

Hayek propuso un triángulo imaginario para describir el espacio político cuyos representaban el liberalismo, el conservadurismo y el socialismo. Estas eran las ideologías políticas defendidas por los principales partidos europeos de la época.

Para poder adaptar el triángulo de Hayek a la época posterior a la Primera Guerra Mundial, se deben tener en cuenta los escritos de Hayek y los de otro gran maestro de la Escuela Austriaca de Economía, Ludwig von Mises.

Mises, asustado por el alzamiento de movimientos revolucionarios de carácter radical tanto en la izquierda como en la derecha tras la Primera Guerra Mundial, decide examinar la vida política de su era con el objetivo de comprender la trágica evolución de los acontecimientos históricos.

Según Mises (1944), el sentimiento anti-mercado y la creencia en el papel del Estado en la organización y planificación de la economía condujeron al totalitarismo antiliberal. Los dos ejemplos más evidentes fueron el Nacionalsocialismo en Alemania y el comunismo en la Unión Soviética. Irónicamente, aunque estas dos ideologías son enemigos mortales, tienen varias similitudes en sus ideales políticos y nacen del mismo sentimiento antiliberal. Mises argumentó que un liberalismo pro-mercado acompañado de un estado minimalista que respeta incondicionalmente la libertad es el verdadero oponente de los revolucionarios radicales anti-mercado pro-estado de la derecha y la izquierda.

El eje principal del espacio político triangular esbozado por Hayek es el eje vertical que expresa la oposición política entre el liberalismo pro-mercado, que tiene como fin reducir el papel del Estado, y los movimientos revolucionarios radicales pro-estado de la izquierda y derecha, que quieren limitar el mercado al extremo o eliminarlo por completo.  El eje horizontal del triángulo expresa el hecho de que, aunque hay muchas similitudes entre la izquierda y la derecha ya que son ambas antiliberales y tienen tendencias políticas pro-estatales, también son ideologías diametralmente opuestas, y tratan de imponer valores diferentes a los distintos grupos y benefician diferentes estratos sociales.

Así, para obtener un mapa político que sea capaz de representar la esfera política actual debemos modificar el triángulo Hayek-Mises y añadir dos nuevos componentes al lado izquierdo y derecho del triángulo, más o menos a medio camino entre el liberalismo y la posición extremista del anti-mercado. Los partidos socialdemócratas/socialistas moderados y los cristiano-socialistas/cristianodemócratas/conservadurismo de hoy en día, favorecen tanto al Estado de bienestar como la intervención limitada del Estado como herramienta para moderar el mercado. A pesar de esto, también apoyan el mantenimiento del mercado, la democracia liberal y el respeto de los derechos humanos.

Como consecuencia, la interpretación triangular del espacio político resultante proporciona la clave del desarrollo de la sociedad europea después de 1945. Este proceso fue marcado por la gran reconciliación entre los partidos moderados de izquierda y derecha. 

Los partidos de la izquierda y la derecha moderadas renunciaron a la demonización del otro lado político respectivamente y se aceptaron uno al otro como partidos democráticos. Estos partidos moderados y centristas de la izquierda y de la derecha abrazaron los valores de la democracia liberal y del Estado de Derecho. Juntos marginaron a los partidos extremistas de la izquierda y la derecha, que incendiaron Europa en las décadas entre las dos guerras mundiales. Con esta Gran Reconciliación, los enfrentamientos entre la izquierda y la derecha llegaron a su fin y el orden democrático se consolidó finalmente en la mitad occidental del continente europeo.

Además, los objetivos sociales de la izquierda y la derecha moderada también convergieron. Ambos lados pretendían crear una economía social de mercado basada en la receta keynesiana en la que el Estado desempeñara un importante papel económico.

En este nuevo modelo consensual, tanto la izquierda moderada como la derecha moderada creían que la propiedad privada y la economía de mercado eran necesarias para la competitividad. Al mismo tiempo, trataron de corregir las injusticias percibidas o reales de la economía de mercado mediante el funcionamiento de un amplio sector público y la ampliación de los servicios del Estado de bienestar. Todos los partidos moderados y mayoritarios se fijaron el objetivo de crear una sociedad próspera y de clase media sin precedentes. Había nacido la nueva versión del Estado del bienestar y gestor.

La edad de oro de la Europa posterior a 1945 sobre esta reconciliación política. La Gran Reconciliación entre los partidos moderados de la izquierda y la derecha suavizó los antagonismos de clase de los años de preguerra y los convirtió en diferencias culturales que se manifestaron como preferencias políticas divergentes relacionadas con valores tradicionales y religiosos o secular pos-modernistas.

 La relajación del clima político también supuso seis décadas de seguridad y la consolidación de la democracia. Las sociedades europeas se desmilitarizaron, democratizaron y humanizaron en un grado sin precedentes. Este período de crecimiento pacífico, casi ininterrumpido durante más de medio siglo, también dio origen al modelo social europeo. La política se basaba en la competición de los partidos de masas moderados que satisfacían las aspiraciones de las amplias masas del electorado y luchaban entre ellos para satisfacer las demandas de los votantes elevando su calidad de vida.

Parece que en 2022 hemos llegado al fin de este periodo de sueño de bienestar y desarrollo sin límites. En el fondo, la causa es la pésima constitución del sistema financiero que nació en 1944 y ha sustentado el papel del Estado sin precedentes en la historia, no solo un alto nivel de vida inimaginable anteriormente. Sin embargo, este sistema financiero basado en el consumismo y en la figura del Estado, ha provocado problemas como el alto grado de inflación, el grave endeudamiento estatal o los altos niveles de desempleo presentes en las sociedades europeas que amenazan con producir una gran crisis con posibles graves consecuencias. En el próximo capítulo vamos a examinar que ha ido mal en nuestro sistema financiero.

TOTH Andras
Author: TOTH Andras