¿Ocurrió el apagón por la centralización?
Este 28 de abril de 2025, la población española sufrió un evento sin parangón. El suministro eléctrico del país se vio coartado, por lo que un apagón apareció como consecuencia. Pero para ver que es lo que realmente ocurrió, tenemos que recurrir a analizar los pocos datos que se nos están facilitando las administraciones y corporaciones envueltas en esta polémica. Si recurrimos al gráfico del mercado de la red eléctrica peninsular que nos facilita en su web Red Eléctrica de España vemos lo siguiente:
Podemos ver representadas varias series de datos. Debemos prestar atención especial a dos de las líneas: a la serie roja y la amarilla. Por un lado, la serie roja representa la demanda programada de energía en el mercado español peninsular, podemos tratarlo como la demanda peninsular por suministro eléctrico para facilitar el entendimiento. Por otro lado, la serie amarilla representa la capacidad de demanda satisfecha en cada momento. Esta serie debe de ser entendida como la oferta de suministro o la capacidad de generación energética suministrable a la red eléctrica.
Como podemos apreciar en el gráfico, y como nos comunica el presidente de la nación Pedro Sánchez, a las 12:33, la cantidad de energía ofertada sufrió un desplome inmenso. Siguiendo la comparecencia realizada por el presidente del gobierno cerca de la media noche, «15 gigavatios de generación se han perdido súbitamente del sistema en apenas 5 segundos. (…) Para que se hagan una idea, 15 gigavatios equivalen aproximadamente al 60% de la demanda del país en ese momento.» Tras estas palabras el presidente nos informa de que las causas aún están siendo investigadas.
En lenguaje común, lo que ha ocurrido en España es un “corto”. Es lo equivalente a que en una casa salten los plomos, pero a nivel nacional. En esta situación siempre cabe la posibilidad de pensar en conspiraciones gubernamentales y corporativas para forzar cierto pensamiento en la población. Cabría pensar a su vez en ciberataques externos hacia nuestra red, pues esta estructura recibe numerosos ataques a diario que siempre son neutralizados pudiendo haber ocurrido que uno fuese exitoso. Sin embargo, esto último es extremadamente poco creíble, y según Red Eléctrica de España ya ha sido descartado, debido a las medidas de seguridad vigentes. Por lo que, si fuese un ataque consistiría en una organización igual o más potente que un Estado extranjero o quizás un sabotaje por parte de la inteligencia de otros estados. Entre los principales sospechosos podrían estar Israel y EE. UU debido a la capacidad técnica de inteligencia mostrada en el pasado. También podemos dejar de lado a países que no ganarían nada con este movimiento como Rusia. Sin embargo, el ataque es solo una posibilidad más.
Si algo caracterizó al día de ayer es el sol. Las placas fotovoltaicas y los aerogeneradores, al contrario de la energía hidroeléctrica, la nuclear o el ciclo combinado (gas), no son capaces de surtir adecuadamente cambios en las características dinámicas del mercado en frecuencia e inercia. Esto se debe a su funcionamiento por inversores electrónicos mientras que la hidroeléctrica y compañía usan turbinas, mucho más estabilizadoras. La excesiva dependencia de la energía fotovoltaica introdujo fragilidad al sistema facilitando que por un evento aislado el sistema cayese. Otras naciones como Francia no sufrieron este riesgo debido a su potencia nuclear instalada, lo que hace replantearse el sistema energético español.
La última posibilidad que debemos tener en cuenta es un fallo humano o interjección de la naturaleza. En Italia en 2003, un apagón general similar al español ocurrió y el culpable señalado fue un árbol caído que dañó una de las líneas en Suiza de donde se conseguía gran parte del suministro. Esto hizo que otras líneas de importación se sobrecargasen y fallasen por ello provocando una caída del sistema. Algo similar podría haber pasado en España con relación al suministro de alguna de las grandes centrales generadoras, produciendo el cortocircuito señalado.
La causa deberá ser esclarecida por los grupos de investigación movilizados en las próximas horas o días para solucionar el problema y evitar que vuelva a producirse el apagón. Pero, hay una cuestión que debemos de analizar en esta situación. ¿Por qué un hecho localizado en una región ha producido un problema nivel nacional peninsular al completo?
Las zonas afectadas han sido la España peninsular, Portugal por su gran conexión eléctrica con España, Andorra y el sur de Francia por razones similares a Portugal. La razón de por qué el problema no ha migrado aún más lejos que al sur de Francia es porque hay una distinción entre la estructura peninsular y la estructura francesa, esto evita que haya dependencia en París de lo que pueda ocurrir en Lepe. Si una línea en Lepe fallase por cualquier cuestión, París no va a apagarse. Esto es la descentralización del sistema eléctrico. Seamos más concisos. ¿Debería depender Palos de la Frontera de lo que ocurra en Girona?
En la actualidad, la respuesta del sistema eléctrico es que sí, pues esto es lo que ha pasado en el lunes negro por el apagón. Pero la intuición rápidamente nos dirá que, si una línea de cables entre Girona y Lleida falla, los que deberían de ser afectados son los habitantes de esas dos regiones como mucho, no los onubenses de Palos de la Frontera ni los asturianos de Avilés de igual forma. Esta es la descentralización eléctrica como un método de defensa más, esta vez estructural. ¿Es verdaderamente necesario que toda la red de la península ibérica dependa de toda la península ibérica a la vez? Quizás deberíamos empezar a poner defensas que eviten que ocurra un caos tan grande a nivel nacional. Si cada localidad (o conjunto de ellas) tuviese una red independiente de los problemas de otras, lo que ocurrió ayer no habría ocurrido porque sería imposible tumbar decenas, cientos o miles de redes a la vez. Recordemos que esto ya pasa, Baleares y Canarias van por libre.
Y esto no implica que las redes no estén conectadas entre sí pues España y Francia están conectadas eléctricamente y nos suministramos energía mutuamente cuando es necesario. Es la descentralización eléctrica la que debería de regir como método de defensa y de mejor organización. No hay razón aparente de que España actúe como una gran residencia donde, cuando saltan los plomos, se va la luz en todos lados. Debemos actuar como una gran villa, donde, si por desgracia un vecino sufre un apagón en su casa, estén los vecinos, amigos y familiares cerca para ayudar. Y esto es lo que se ha visto el 28/04/2025 por toda España, ciudadanos reuniéndose en casas de otros ciudadanos amables que ofrecen sus cocinas de gas o radios a pilas para acabar con el sufrimiento del apagón.
Y es que el pueblo español es naturalmente amable y empático. Si esto que hemos visto a escala local, o incluso personal, lo vemos adecuado, es razonable e incluso lógico que se aplique en una escala provincial, autonómica y nacional. Porque, el hecho de que nuestros pueblos rurales organicen su electricidad y no dependan de lo que en las ciudades decidimos, no nos hace menos hermanos. No nos hace menos españoles el estar dirigidos por distintas personas. De hecho, podría ser hasta más eficiente pues los locales saben solucionar mejor los problemas locales que los gobiernos nacionales. Los gobiernos no tienen tanta información sobre Salamanca como los salmantinos por lo que, si quisiesen organizar ellos todo, lo harían sin información y con costes de organización nacionales excesivos.
Por ahora, el gobierno tendrá que buscar el árbol caído, la estación defectuosa o el lugar donde se produjo el ataque por un total de casi 500.000 km2 de territorio peninsular con unos costes de organización muy altos. Si esto solo hubiese ocurrido en Baleares tendrían que buscar la fuente del apagón en tan solo 5.000 km2 con unos costes de organización menores.
En conclusión, centralizar la organización eléctrica probablemente sea un error. Nos hace vulnerables en conjunto a un fallo o ataque e ineficientes. Debemos organizarnos de forma más dispersa y actuar como los españoles ya nos han mostrado que saben actuar, de forma amable y cariñosa hacia el prójimo, esos son nuestros valores. Pero en la situación actual, esos valores nos los hemos saltado para hacer que una persona con poder nos organice como él quiere. Pero esa persona es un gigante con pies de barro, pues detrás de una estructura política inentendible, actúa contra lo que consideramos correcto.