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Maltusianos

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En el año 1798 se publicó anónimamente An Essay on the Principle of Population (Ensayo sobre el principio de la población), aunque rápidamente se identificó con su autor, Thomas Robert Malthus. En dicha obra se sostenía que el crecimiento de la población humana y del suministro de comida eran divergentes, ya que mientras que la primera crecía de forma geométrica, el segundo lo hacía de forma aritmética. Llegó incluso a predecir cuándo esta situación provocaría un colapso al decaer la cantidad de comida por persona, situación que tendría lugar a mediados del siglo XIX.

Los siglos XIX y XX transcurrieron sin que se produjese la catástrofe maltusiana. No obstante, durante dicho período no han cesado de aparecer opiniones que de una manera u otra son herederas de Malthus y que predicen debacles provocadas por el aumento de la población humana y el agotamiento de los recursos. Una de las obras que más impacto tuvo en su época fue Limits to Growth (Los límites del crecimiento), publicado en 1972, y encargado por el Club de Roma a Donatella Meadows, Dennis Meadows, Jorgen Randers y William Behrens.

En dicho libro se vuelve a insistir en un principio similar, el del crecimiento exponencial de la población humana, de su consumo, y sobre la limitación de los recursos, lo que acabará por provocar un colapso. De hecho se realizan distintas proyecciones sobre lo que tardarían en agotarse las reservas existentes conocidas en dicho período (incluso aunque se quintuplicasen). La más famosa de estas proyecciones sea quizás la relativa al petróleo. Según los autores, y tomando como fecha de partida el año 1972, se podría agotar en 20 años (con crecimiento exponencial y sin descubrimiento de nuevas reservas), 31 (con crecimiento estático) o 50 años (quintuplicando las reservas y con un crecimiento exponencial). Como se puede comprobar, los dos primeros plazos han transcurrido sin que de momento se hayan agotado las reservas, y las reservas descubiertas hasta ahora son más que suficientes para asegurar el consumo hasta el tercero.

Aunque se hayan realizado correcciones posteriores a dicho informe, como Beyond the Limits (Más allá de los límites del crecimiento) en 1993 y Limits to Growth: The 30-Year Update (Los límites del crecimiento: 30 años después) en 2004, sus predicciones son igualmente equívocas, ya que comete los mismos errores de partida que sus predecesores. La causa primigenia por la que todas estas predicciones han fallado no se encuentra ni en los datos de partida, ni en el modelado matemático. Indudablemente, tener buenos datos ayuda a realizar una predicción, y el modelo World3 tiene más funcionalidades que el Dynamo y a su vez éste es más complejo que las matemáticas exponenciales de Malthus. No obstante, ni el más complejo modelo matemático deja de ser una simulación, y como tal, sus predicciones son inservibles si sus planteamientos iniciales son incorrectos.

El principal fallo de todas estas obras radica en el hecho de tratar de predecir el efecto del hombre sobre la Tierra y los llamados recursos naturales, sin tener en cuenta precisamente lo que lo hace humano, es decir, su capacidad de inventiva, adaptación y superación. La historia de la humanidad no deja de ser sino un testimonio de cómo los individuos han ido venciendo obstáculos aparentemente insalvables. Durante el paleolítico inferior se calcula que la población humana ascendía a unos 125.000 individuos, mientras que al final del paleolítico superior esta cifra subió hasta los cinco millones de habitantes.

Este aumento no fue casual, sino que refleja el hecho de que el hombre fue capaz de obtener un mayor rendimiento de los recursos de la zona donde vivía. Así, dejó de ser un mero recolector y se convirtió también en carroñero inicialmente, y cazador posteriormente. Esto permitió que el número de hectáreas que necesitaba explotar para sobrevivir descendiese, a la par que regularizó el aporte alimenticio en el tiempo. Posteriormente, consiguió reducir aún más el espacio que tenía que explotar al descubrir la agricultura y la ganadería. Una hectárea de tierras cultivadas tiene un rendimiento muy superior al que podía obtener de una hectárea de bosque mediante la caza.

Además, la agricultura posibilitó, por vez primera, que existiesen hombres que puedan vivir sin necesidad de trabajar la tierra, con lo que podían dedicarse a otras labores, haciendo su aparición los núcleos urbanos. El rendimiento fue incrementándose posteriormente con el arado, la rotación de la tierra, los molinos, etc. Si durante el paleolítico se hubiese realizado una predicción con la metodología maltusiana, se habría llegado a la conclusión de que una gran catástrofe inmediata se cernía sobre el hombre al haber aumentado tanto la población. No obstante, y como hoy en día sabemos, hubiese fallado estrepitosamente porque no hubiese tenido en cuenta los efectos de la agricultura. Igualmente, cuando Malthus realizó su predicción no tuvo en cuenta los incrementos tecnológicos, fallo que también cometieron los diversos informes del Club de Roma.

El ser humano, además, cuenta con otros mecanismos frente a posibles restricciones. Si por un momento las previsiones sobre las reservas de hidrocarburos realizadas por Club de Roma hubiesen sido ciertas, el precio del petróleo se hubiese incrementado (en precios reales). Dicho incremento hubiese supuesto un acicate para investigar motores con mayor rendimiento (como así ha ocurrido siempre que ha subido el precio del petróleo). También se estarían desarrollando tecnologías que hasta entonces no habían sido rentables. Es decir, en el peor de los casos el petróleo no se acabaría jamás, ya que conforme fuesen cayendo las reservas conocidas, su precio se incrementaría, buscándose bienes sustitutivos y desarrollándose nuevas tecnologías que permitiesen obtener un mayor rendimiento del petróleo. Este comportamiento humano no ha sido tenido en cuenta por los maltusianos y sus sucesores, motivo por el cual sus predicciones han fallado siempre.

Por tanto, la conclusión que se obtiene al leer todo este tipo de informes es siempre la misma; aunque lo revistan de racionalidad matemática, jamás podrán acertar mientras traten de predecir el comportamiento del ser humano si eliminan la característica fundamental de su comportamiento: su racionalidad.

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