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Ada Colau y su ataque totalitario contra el turismo (III): ataques a turistas

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No tomar medidas contra los actos violentos y vandálicos conducirá al empobrecimiento de la sociedad.

El pasado jueves conocimos que Arran, una asociación de la izquierda independentista vinculada a la CUP, atacó a un autobús turístico de Barcelona. Asimismo, avisan de que seguirán los ataques contra el turismo en Barcelona porque «consideramos legítimas nuestras acciones». La alcaldesa de Barcelona tuvo que aparecer finalmente para condenar el acto, aunque lo hizo de forma tibia ya que simpatiza con algunas ideas ‘antiturismo’ de estos grupos violentos.

Parece nuestra alcaldesa no darse cuenta de los graves perjuicios que estos actos vandálicos tienen sobre Barcelona y sus habitantes. Y es que, si se siguen sin tomar acciones contundentes contra los atacantes se estarán produciendo los siguientes hechos:

Perjuicio a turistas

El turismo es un sector fuerte en España, anticíclico prácticamente, y en el cuál tiene una importante ventaja comparativa. Prueba de ello es que siempre se ha mantenido entre el 10,5-11% del PIB, incluso en estos años de crisis y recesión. El sector construcción, que llegó a representar un 11% antes de 2008, ha caído hasta el 5% sin previsiones de recuperación. El turismo en España no para de aumentar debido a la oferta existente, que es amplia y muy variada. Lo único que puede hacer descender el número de turistas son actos violentos, ya sean actos terroristas, guerras civiles, revueltas, mafias, etc. El ataque a buses turísticos entra dentro de esta categoría, generando incertidumbre y miedo entre los turistas, que tienen otros lugares turísticos donde ir. Los atacantes lo saben, y por eso sus acciones están destinadas a generar miedo a través de la violencia.

Perjuicio a empresarios

Los ataques violentos suponen una pérdida y deterioro de activos. Unos activos cuyo valor monetario sería difícilmente recuperable y que supondrá grandes pérdidas económicas para los negocios que los sufren. Sin ir más lejos, la empresa de bicis atacada por Arran denuncia 600 actos vandálicos en cuatro meses. Y lo mismo han sufrido restaurantes, hoteles, yates y demás negocios relacionados. No es de extrañar que la tibieza de Colau ante los ataques al turismo haya indignado a los empresarios.

Perjuicio a trabajadores

Acabamos de explicar que los negocios se van a resentir por dos motivos: por las pérdidas patrimoniales causadas y por el previsible descenso de turistas que los ataques provocarán. Esto, evidentemente, ocasionará cierres y pérdidas en las empresas, y perjudicará enormemente a los trabajadores. Algunos serán despedidos, a otros se les bajará el sueldo y, en general, disminuirán las contrataciones y aumentarán los contratos temporales. En un país que ha llegado a tener 26% de desempleo y que ahora roza el 20% no parece lo más conveniente y racional.

Perjuicio a propietarios de viviendas

El posible descenso en la afluencia de turistas también será negativo para los propietarios de pisos que intentan obtener rentas de sus activos legítima y honradamente adquiridos. Si se les priva de esta obtención de rentas ya sea mediante legislación o provocando el descenso de la demanda, lo que se está provocando es que la gente no ahorre o, mejor dicho, que no ahorre en Barcelona debido a la imposibilidad de obtener rentabilidades para sus ahorros e inversiones.

Perjuicio a la ciudad y la “marca Barcelona”

Los ataques violentos destruyen la marca Barcelona y los valores que representa: tolerancia, multiculturalidad, innovación, progreso y respeto. Esto es altamente perjudicial para la ciudad porque imposibilitará la llegada de inversiones, proyectos, empresas, capitales y personas que aumentan el valor de la ciudad. Ya hay medios internacionales haciéndose eco de los ataques al turismo que se han producido.

Perjuicio a ciudadanos y a la sociedad en su conjunto

El no tomar acciones claras y contundentes en contra de actos violentos y vandálicos sólo puede acabar en el empobrecimiento de la sociedad: cierre de empresas, despido de trabajadores, menos turistas, sueldos más bajos, deterioro de cualquier estado de bienestar, violación de los derechos de propiedad privada, pérdida de inversiones extranjeras y nacionales, entre otros.

1 Comentario

  1. Todas esas razones son
    Todas esas razones son perfectas y entendibles para cualquier persona. Pero los diseñadores de una economía virtual que viven de atrapar el voto de unos electores que en cuanto se den cuenta del daño directo en puestos de trabajo que termina por afectarles les abandonaran quizás demasiado tarde ya que son gente que precisa vivir un desastre para darse cuenta de su absurdo.


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