¡Qué verano agonizante! Keira Knightley ha posado en cueros para Interview, que muestra en blanco y negro su figura estilizada, apenas remarcada por un busto escueto. Claire Cohen, de The Telegraph, la ha cubierto en elogios. Es, nos dice, un desnudo “feminista” por sus “pechos menos voluminosos”; el culo y las témporas por fin juntos. El feminismo de Clare abomina de la mujer como objeto de belleza, especialmente si se expone a su explotación comercial. Pero ¿qué tiene que ver eso con la sucinta figura de Knightley? Pero las modelos de la moda, epítome de la belleza femenina al servicio del mercado, quedarían expulsadas a los paddok de la Fórmula 1 con una talla más generosa, y lo viene a reconocer en su entusiasta y fallido artículo. Al final dice que gracias a sus medidas, ella es el producto comercial, con lo cual tampoco hemos avanzado mucho en su recatado feminismo. Claro, que para celebrar la naturalidad cuando tan de moda está la realidad aumentada tampoco hace falta ser feminista.
En este mismo capítulo de ideologías fallidas está nuestro Luis Tosar. Tiene la cara de mala leche más acrisolada del cine español. La tenía ya antes de que Hacienda repasase sus cuentas a ver si el robo se ajustaba a la ley o no. No vamos a prejuzgar nada. Aunque Montoro había hecho una acusación generalizada con el gremio: “Alguno de nuestros famosos actores no paga impuestos en España”. “Dicho y hecho”, ha declarado Tosar.
Hombre, hombre. Tosar. Pues claro. Tú crees que podemos. Que el Estado debe controlarnos a todos, robarnos más aún, repartir las migajas, y llamas a eso justicia. Solidaridad. Montoro es un aprendiz de brujo al lado de lo que pides. La política fiscal de Podemos es los Jemeres Rojos en la Agencia Tributaria. Montoro hace política. Persigue a los críticos con el Gobierno. ¿No quieres política? Toma dos tazas.
En esta confusión finicanicular, en este crepúsculo veraniego, nos preparamos para un curso político apasionante, con una España roja y rota, y Cañete colocado en Europa.