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Metiendo miedo con las pensiones

Publicado en Libertad Digital

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Desde que tengo uso de razón escucho a los líderes socialistas decir que si gobierna la derecha, desaparecerán las pensiones. La cantinela era casi el himno de campaña del PSOE durante la era González. Los socialistas no dejaron de usar esa idea ni siquiera después de que los años de Gobierno popular dejaran bien claro que prácticamente no había diferencias entre los dos partidos en esta materia. Zapatero llegó a enviar cartas a los electores diciéndoles que si el PP ganaba las elecciones europeas bajaría las pensiones.

Ojalá los socialistas hubiesen tenido razón cuando decían que el PP acabaría con las pensiones públicas, porque eso es precisamente lo que necesitamos para generar algo de seguridad social. Lo que debería dar miedo a cualquier persona que analice el sistema de pensiones estatal es pensar que unos y otros sigan imponiéndonos a la fuerza y durante más tiempo un sistema de reparto bien parecido a una estafa piramidal. Da miedo el sistema público y da miedo saber que no hay partido ni político en este país que abogue abiertamente por dar libertad de elección a los ciudadanos sobre el modelo de pensiones que quiere para su jubilación. Manuel Pizarro defendió antes de entrar en política un modelo de capitalización bastante más libre que el que tenemos y se desdijo en el primer debate cara a cara con Solbes. Quizá ahora que abandona por aburrimiento el Partido Popular, recupere sus críticas al actual modelo público.

Otro gran miedo en el campo de las pensiones es el que mete la izquierda (sin respuesta alguna por parte de la derecha) cuando relaciona un sistema más libre con la dictadura de Augusto Pinochet. Claro que ellos defienden un timo tipo Madoff inventado por el totalitario de Bismarck. Como nadie les dice nada, ellos siguen erre que erre. Chile fue, bajo el mandato de Pinochet, sí, el primer país en sustituir el fraude de las pensiones de reparto por un sistema en el que el ciudadano es medianamente responsable de su jubilación. Después de dos décadas de gobiernos de centro-izquierda, los sucesivos gobiernos democráticos no han hecho sino reforzar el sistema de pensiones de capitalización. Detrás de Chile han venido más de una veintena de países. En la mayoría se ha dado a elegir a la población qué sistema preferían, algo que nunca se ha hecho con el sistema coactivo y social de reparto. En todos ellos las encuestas previas vaticinaban el mayoritario mantenimiento del sistema público de reparto y, sin embargo, allí donde se ha dado libertad de elección, la inmensa mayoría de los ciudadanos han huido como ratas del sistema público, tal y como lo hacen los funcionarios españoles de la provisión médica pública cuando Muface les da a elegir servicio privado o público.

Gabriel Calzada Álvarez es doctor en Economía y presidente del Instituto Juan de Mariana.

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