Skip to content

70 años de Estudio

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

No diré con libertad, porque Estudio nació en el albor de la dictadura, de un régimen que aún continuaba la guerra por otros medios. Aquél 1940, Jimena Menéndez-Pidal fundó Estudio junto con Ángeles Gasset y Carmen García del Diestro. Jimena, su solo nombre ha impuesto el respeto de tres generaciones de alumnos de Estudio, tuvo las mejores oportunidades para formarse como una gran intelectual. Tenía en su casa al filólogo e historiador por excelencia de la generación del 98.

Se formó en la Institución Libre de Enseñanza, cuyos métodos llevó, en parte, a su obra más destacada, y que no es otra que Estudio. La ILE, como ha contado recientemente Alicia Delibes, resultó en un fracaso educativo notable. Por eso, entre otras cosas, tiene tanto mérito que Estudio no sólo no haya compartido con la Institución Libre de Enseñanza el fracaso, sino que incluso se convirtiese en una institución de relevancia, con una calidad educativa reconocida. Quizá sea porque Jimena, como su madre, fue una gran pedagoga.

Estudio busca un equilibrio entre la formación intelectual de los alumnos y su aprendizaje físico y estético. El colegio busca el desarrollo integral de la persona, más allá de la simple instrucción que, claro es, no se deja de lado. También busca que sus alumnos tengan un contacto con la naturaleza fruto del conocimiento, o al menos de la curiosidad.

Se dice de Estudio que es una institución liberal. Será porque ha sido el primer colegio en que chicos y chicas compartían clase, en una clara violación de la ley que el régimen sólo le permitía a Jimena. Será, también, porque es un colegio laico, aunque esté fundado por tres catoliconas y se represente entre sus muros un bellísimo Auto de Navidad. Será por los rastros de tradición republicana. Liberal o no, lo cierto es que está inspirado en una concepción del ciudadano que es más rica de lo que pueda enseñar una asignatura específica.

En este año cursarán alumnos que son ya la cuarta generación de Estudio. Hoy, este colegio no es tan descollante como lo fue en la dictadura porque, afortunadamente, muchas de las características que le son propias se han extendido a todo el sistema educativo.

Es inevitable pensar qué hubiera pasado si no se hubiera dado la paradoja de que la llegada de la democracia no viniese acompañada de la libertad de enseñanza, que es empresarial y educativa. El Estado se viste con nuevos ropajes, pero se resigna a controlar las mentes de nuestros hijos. ¿Qué nuevas formas de enseñar, qué nuevas propuestas, qué experiencias no podríamos haber ganado si fuera plenamente libre crear un colegio y elegir el modo de instruir a sus alumnos? Sólo lo podemos imaginar cuántos Estudios habrían surgido en los últimos 30 años.

Más artículos

Populismo fiscal

Cómo la política impositiva del gobierno de Pedro Sánchez divide y empobrece a la sociedad española El nuevo informe del Instituto Juan de Mariana evalúa la deriva de la política