Cuando Perón llegó a la presidencia de uno de los diez países con mayor renta per cápita del mundo, comenzó a impartir recetas para la pobreza. Algún asesor le preguntó "¿Cómo vamos a pagar todo esto?". "¿Bromea?", respondió el presidente. "Argentina es rica".
CK, como le llaman los periódicos de allí, ha pasado por España en una gira triunfal, en la que ha ido respondiendo a FG cumplidamente. Por ejemplo, alguien le acusó de estar dispuesta a "aumentar las tarifas en la medida de lo razonable", cabe pensar que hasta hacer las inversiones españolas en infraestructuras un negocio rentable. Ante tal imputación, según un diario argentino, fuentes de la delegación argentina aclararon que "Cristina nunca mencionó la palabra razonable".
Claro que no. Es más, ante la sugerencia de los empresarios españoles de que debiera haber "un marco más estable" para "seguir desarrollando inversiones", la Kirchner no pudo ser más clara: "Ustedes tienen que dar respuesta a sus accionistas, nosotros a la sociedad". Es decir, que el respeto a los principios económicos depende de las encuestas.
Ahora bien, no es que los inversores no puedan hacer absolutamente nada. CK les ha prometido la posibilidad de un "diálogo directo", siempre que éstos acepten un compromiso de "hermetismo". ¿Será el tradicional hermetismo suizo lo que pide CK?
El peronismo, ha aclarado CK, consiste en categorías políticas diferentes de las europeas, más allá de la superación del liberalismo y el socialismo. Imagino que la clave del peronismo es el hermetismo que pedía a los empresarios españoles.
Argentina está volviendo a crecer a buen ritmo. Tiene una población con mucho capital humano y en las condiciones adecuadas puede progresar mucho. Pero si es cierto que necesita "un marco más estable", también lo es que tiene que algo más que una sala de reuniones.