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Populismo y empresas vendidas

Publicado en La Razón

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Se argumentará que una empresa española ha desaparecido y una empresa extranjera ha salido fortalecida.

El acuerdo entre Sánchez e Iglesias abre la puerta a un gobierno de la izquierda populista en España. ¿Qué harían ante la venta de Air Europa a IAG? La operación fue calificada como un buen negocio para las empresas pero no para España.

 

 

La columna Lex del Financial Times sostuvo que la compra “tiene mucho sentido”, siempre que IAG pueda contener costes y evitar huelgas. El objetivo estratégico son los aeropuertos a donde vuela Air Europa en Estados Unidos y América Latina, donde IAG va a superar a su principal rival, Air France-KLM, y será líder en la región con el 26 % de la cuota de viajeros transportados, como informó LA RAZÓN.

La compra, por tanto, es buena para el comprador extranjero. ¿Y el vendedor español? Actuó racionalmente, en un contexto en donde se está produciendo una concentración que ha llevado a la desaparición de numerosas compañías aéreas, muchas de las cuales se han ido integrando en conglomerados más grandes, con mejores posibilidades para ahorrar costes y afrontar desafíos competitivos y regulatorios. Nadie ha forzado a Globalia a vender, y ha conseguido una buena suma de dinero, abandonando una posición empresarial complicada, en un sector difícil, con lo que tiene posibilidades de emprender nuevas aventuras.

¿Y los trabajadores? No está claro que salgan perjudicados, porque la ampliación de las rutas puede significar que no sea necesario acometer un reajuste de plantilla. La nueva IAG reforzada con Air Europa potenciará Madrid como “hub” regional frente a Londres, París, Ámsterdam y Frankfurt, según Lex. Las acciones de la compañía han subido.

Se argumentará que una empresa española ha desaparecido y una empresa extranjera ha salido fortalecida. Esto es cierto, pero no tiene por qué ser malo para nuestro país, considerando que el futuro de una Air Europa española podía ser cada vez más difícil.

Por fin, existe la cuestión de la competencia, que podría ser limitada en procesos de concentración que den lugar a actores empresariales cada vez menores en número y mayores en tamaño. Pero es precisamente algo que toda la prensa nacional e internacional ha destacado que será cuestión a dilucidar por las autoridades de competencia en España. Una pauta de lo que cabe esperar de un eventual gobierno de coalición PSOE/Podemos es, precisamente, qué obstáculos pondrían ante esta operación empresarial.

 

 

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