Este artículo está inspirado en la exposición original que, como conferencista, tuve la oportunidad y el honor de impartir gracias a la invitación del Independent Institute y de The Association of Private Enterprise Education (APEE), ambas instituciones estadounidenses, en el marco del 49º aniversario de esta última asociación, celebrado en la ciudad de Guatemala los días 7 y 8 de abril del presente año.
El título original de la conferencia fue: “Freedom Will Finally Come to Venezuela?”, lo que traducido al español sería: “¿La libertad finalmente llegará a Venezuela?”
La interrogante que planteaba el título de la conferencia nos condujo, más que a una respuesta concreta, a una serie de cuestionamientos que estábamos obligados a desarrollar frente a la audiencia. El objetivo era explicar el actual escenario político-económico venezolano no solo desde una narración de los hechos históricos que condujeron al país a su situación actual, sino también desde la continuidad de ciertas políticas económicas y comportamientos culturales que han prevalecido en la cultura sociopolítica venezolana desde principios del siglo XX, con reminiscencias incluso del siglo XIX.
A partir de esa experiencia, decidimos replantear la ponencia bajo el título: ¿Podrá instaurarse en Venezuela un sistema económico liberal? El propósito fue analizar si, en un hipotético escenario de cambio político, el país volvería a instaurar un sistema similar al que predominó entre 1958 y 1998 —el cual coadyuvó en gran medida a crear las condiciones para el ascenso del régimen de Hugo Chávez Frías— o si sería posible refundar un nuevo sistema económico sustentado en los principios del libre mercado, con menos regulaciones e intervenciones estatales distorsionadoras de la eficiencia económica, y enmarcado en un verdadero Estado de derecho.
Interrogantes planteadas
Durante la conferencia, abordamos las siguientes preguntas clave:
- ¿Tuvo Venezuela realmente un sistema democrático ejemplar y estable entre 1958 y 1999, que sirvió de referencia en América Latina?
- ¿Por qué se produjo el deterioro del sistema político venezolano y el ascenso de Hugo Chávez al poder?
- ¿Cuál ha sido la naturaleza del régimen chavista en sus aspectos políticos, económicos y culturales?
- ¿Existe una relación de continuidad entre los antecedentes históricos venezolanos —en lo político y económico— y la situación actual del país?
Respuestas a las interrogantes
1. La democracia venezolana (1958–1998)
Sobre la primera pregunta, resulta pertinente citar al historiador venezolano Germán Carrera Damas, quien en su obra “Venezuelan Democracy in Historical Perspective” sostiene:
Hasta 1958, Venezuela fue un ejemplo extremo de inestabilidad política o de gobiernos dictatoriales. Desde el inicio de su historia republicana en 1811, el país apenas había disfrutado de tres agitados años de gobierno democrático entre 1945 y 1948. Sin embargo, a partir de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958, se logró establecer en el país un ordenamiento que, con sus limitaciones y deficiencias, es el que más se ha acercado al ideal republicano y democrático buscado desde la independencia.
El sistema al que hace referencia Carrera Damas fue el de conciliación de élites políticas, conocido como el Pacto de Punto Fijo. Firmado el 31 de octubre de 1958 por los partidos Acción Democrática (AD), COPEI y URD, el acuerdo tuvo como objetivo estabilizar el incipiente sistema democrático tras la caída de la dictadura de Pérez Jiménez.
Este pacto estableció compromisos clave como:
- Respeto al orden constitucional y a los resultados electorales.
- Formación de gobiernos de unidad nacional.
- Elaboración de un programa de gobierno mínimo común.
Pese a sus defectos, este modelo permitió elecciones periódicas y evitó la llegada de un nuevo dictador durante 40 años. Sin embargo, los partidos protagonistas —AD y COPEI— desarrollaron estructuras internas autoritarias y caudillistas. Aun así, la dinámica bipartidista se mantuvo dentro del marco democrático, con respeto general a las libertades civiles y a la oposición.
Durante los años 80 se implementaron reformas importantes, como la elección directa de gobernadores, alcaldes y concejales, lo que mejoró la representatividad y permitió la irrupción de nuevos partidos. En el ámbito educativo, se expandió el acceso a la educación pública y programas como las becas de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho permitieron a miles de jóvenes estudiar en universidades del exterior. Asimismo, se ejecutaron obras públicas de relevancia nacional como el sistema hidroeléctrico de Guayana y se consolidó PDVSA, que funcionó con eficiencia relativa pese a ser estatal.
2. El ascenso de Chávez y el colapso del sistema
No obstante, los logros anteriores no fueron suficientes para evitar el colapso del modelo. El sistema rentista y paternalista, sustentado en ingresos petroleros volátiles, gasto público ineficiente, deuda creciente e inflación, contenía en sí mismo las semillas de su autodestrucción.
La ausencia de un sector privado competitivo, la corrupción generalizada, el deterioro de los servicios públicos y el desprestigio de los partidos tradicionales generaron un creciente descontento en todos los sectores: pobres, gremios, empresarios y medios de comunicación.
La negativa de los partidos del “estatus” a reformar el modelo —por miopía, autocomplacencia o complicidad— impidió acciones drásticas, salvo por intentos parciales como las reformas del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, bloqueadas incluso desde su propio partido.
Todo esto abrió el camino al ascenso de Hugo Chávez Frías, quien capitalizó el descontento social y evocó el imaginario del caudillo salvador, instalando un nuevo régimen.
3. Naturaleza del régimen chavista
Hugo Chávez instauró un modelo autoritario sustentado en tres ejes discursivos:
- Deslegitimación del Pacto de Punto Fijo, señalado como causante de los males del pueblo.
- Invocación de un nacionalismo socialista bolivariano, con fuerte sesgo antiimperialista.
- Legitimación del poder mediante elecciones controladas, uso abusivo de recursos públicos y propaganda.
El chavismo reivindicó figuras como Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, y se nutrió de ideologías de izquierda como el marxismo y el guevarismo. Se construyó así un régimen autoritario que utilizó mecanismos democráticos solo en apariencia.
4. ¿Ruptura o continuidad histórica?
¿Representó el chavismo una ruptura o una continuidad del pasado? La expresión “vino viejo en botellas nuevas” resume bien la respuesta. Muchos de los vicios del pasado persisten, aunque agravados:
- Populismo y estatismo exacerbado.
- Dependencia extrema del petróleo.
- Corrupción sistémica y control absoluto de las instituciones.
- Clientelismo político-empresarial.
- Pérdida total de soberanía nacional, con alianzas con regímenes autoritarios y organizaciones cuestionadas internacionalmente.
¿Podrá instaurarse en Venezuela un sistema económico liberal?
La gran pregunta es: ¿podrá refundarse Venezuela bajo un modelo liberal y moderno o se repetirá el ciclo histórico de errores?
Hay dos indicadores contrastantes:
- Negativo: la mayoría de los actores políticos que se presentan como oposición provienen de estructuras fracasadas, incluyendo partidos como AD, COPEI, PJ, Voluntad Popular, entre otros. Muchos de sus dirigentes han servido más al régimen que a la libertad, proponiendo volver al viejo modelo que fracasó.
- Positivo: el liderazgo de María Corina Machado (MCM), que ha defendido postulados liberales y ha logrado conectar con una población agotada por el chavismo. Su visión representa una oportunidad única para construir una Venezuela distinta.
Conclusión
La única posibilidad real de transformación económica en Venezuela pasa por líderes con un compromiso serio con el liberalismo, como el que ha esbozado María Corina Machado. Solo mediante la reconstrucción institucional basada en la propiedad privada, la libre empresa, el Estado de derecho y una educación centrada en la responsabilidad individual, podrá Venezuela evitar repetir su historia.
La reflexión final es clara: ¿ha sido el socialismo, en cualquiera de sus variantes, generador de riqueza y estabilidad? La experiencia venezolana muestra con crudeza que no. Es el ejemplo de lo que ninguna nación debe aspirar a imitar.