La economía a través del tiempo (XXXI): la cigarra y la hormiga

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Muchas de las lecciones económicas más básicas han sido transmitidas de generación en generación a través de historias que incluso llegan hasta nuestros días Es el caso de cuentos como el de la cigarra y la hormiga, que trata de enseñar el valor del ahorro y la previsión, que transmite la importancia de tener en cuenta el riesgo futuro. Sin embargo, la fábula es tan antigua que se remonta al periodo arcaico de Grecia, pudiendo ser de los tiempos de Hesíodo o, incluso, mucho anterior por haber pervivido en a través de la transmisión oral. Su primer registro aparece en las fábulas de Esopo, una colección de relatos breves y didácticos, generalmente protagonizados por animales personificados que hablan y actúan como seres humanos.

Cada historia de este recopilatorio de fábulas, a menudo de forma concisa y con un desenlace claro, tiene como objetivo impartir una lección moral o una enseñanza práctica sobre la vida. No obstante, la figura de Esopo es casi legendaria y se cree que sus historias se transmitieron oralmente durante siglos antes de ser escritas. Sea como sea, esa recopilación conocida como las fábulas de Esopo se data en alrededor del siglo VII o VI a.C. Siendo así, como se ha mencionado, serían más o menos coetáneas a los escritos de Hesíodo analizados hasta el momento.

La famosa fábula de la cigarra y la hormiga transmite una lección económica compleja a través de una historia sencilla y fácil de comprender para todas las edades, de ahí su éxito y permanencia hasta hoy. En su origen, la cigarra, en realidad, era un escarabajo, aunque el resto del relato es similar al popular (Esopo, 2010):

Llegado el verano, una hormiga que rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para alimentarse durante el invierno. La vio un escarabajo y se asombró de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de comida. Entonces sí respondió la hormiga: Mira escarabajo, si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí, ahora no te faltaría el alimento (p. 194).

Un texto enormemente corto, pero con gran contenido. El mismo relato contiene variaciones en otras ediciones. Para no retenerse en el tema principal, se puede analizar las disparidades existentes en la conclusión. En una edición moderna (Esopo, 2010, p. 194), la conclusión que aparece es la siguiente: “Cuando te queden excedentes de lo que recibes con tu trabajo, guarda una porción para cuando vengan los tiempos de escasez”. Mientras tanto, en ediciones más antiguas (Esopo, 1813, p. 155), es: “Esta fabula easeña al perezoso, que trabaje cuando puede, y es tiempo, porque despues, faltandole de comer, no pida á otros, los cuales antes se reirán de él, que darle algo”.

El ahorro de la hormiga se ha puesto como ejemplo durante generaciones, y por la moraleja que abiertamente se expone en el texto parece que la intención del autor no era otra que mostrar la necesidad de la previsibilidad. Por otro lado, mucho menos conocida popularmente es otra fábula que podría servir de precuela al célebre relato y que también aparece en los recopilatorios de Esopo (2010):

Dice una leyenda que la hormiga actual era en otros tiempos un hombre que, consagrado a los trabajos de la agricultura, no se contentaba con el producto de su propio esfuerzo, sino que miraba con envidia el producto ajeno y robaba los frutos a sus vecinos. Indignado Zeus por la avaricia de este hombre, le transformó en hormiga. Pero aunque cambió de forma, no le cambió el carácter, pues aún hoy día recorre los campos, recoge el trigo y la cebada ajenas y los guarda para su uso (p. 193).

La conclusión de esta fábula no es económica: “Aunque a los malvados se les castigue severamente, difícilmente cambian su naturaleza desviada (p.193)”. Sin embargo, sí pueden establecerse ciertos paralelismos con la anterior. Está claro que, de ser la misma hormiga, sirve de ejemplo a la hora de tomar decisiones económicas, pero no tanto cuando se trata de cuestiones éticas, pues el producto de su ahorro no sería otro que el robo.

Nota:

Se ha consultado también la versión de la Editorial Gredos (Esopo. (1985). Fábulas. Gredos.) con el objetivo de comprobar si las diferentes ediciones mantienen cierta coherencia y convergencia. Al comprobar que así es, se ha decidido no citarla por evitar resultar reiterativo.

Bibliografía

Esopo. (2010). Fábulas de Esopo. Educación y Desarrollo Contemporáneo.

Esopo. (1813). Fábulas de la vida del sabio y clarísimo fabulador Esopo. Imprenta de Espinosa.

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