Madrid, 360º de alma estatal
Los burócratas del ayuntamiento de Madrid se encontraron con un problema: no podían leer las tarjetas de estacionamiento con sus cámaras de control.
Entre el liberalismo y la democracia
Conseguir la combinación adecuada de elementos liberales y democráticos en la democracia liberal es muy difícil, independientemente de si se prioriza la democracia, la libertad o ninguna de las dos.
Mascarillas: una afrenta a la ciencia y la evidencia
Las mascarillas pasarán a la historia como una de las mayores afrentas e ignominias de las políticas de salud pública de la historia.
El lenguaje económico (XXIV): el juego
Los sedicentes jugadores en bolsa, acusados con frecuencia de «malvados especuladores», no juegan temerariamente con el dinero de sus clientes, sino que toman decisiones basadas en un riguroso análisis
Algunas cuestiones no disputadas del anarcocapitalismo (LXXVII): Problemas de coordinación de la transición energética (II)
La transición energética no se puede hacer por decreto. Hay que dejar funcionar el mecanismo de los precios y luego ver si es posible o no llevar a cabo la transición.
Democracia y totalitarismo no son excluyentes
La democracia podrá ser una forma de tratar (igual incluso la mejor) aquellos asuntos que por su naturaleza tengan que ser decididos conjuntamente, pero nada hay en ella que la haga contraria per se al totalitarismo.
Cuando un liberal clásico se enfrentó al terror nazi
Junto a su insistencia en la necesidad de adoptar una economía de mercado, Röpke invirtió el mismo tiempo en explicar por qué su país y Occidente (en general) debían adoptar el liberalismo basado en la civilización.
¿Avanzamos por fin hacia un debate abierto y objetivo sobre la identidad de género en las escuelas?
Profesores de todo el país que andan con pies de plomo, atrapados entre activistas y familias, desesperados por hacer lo correcto y preocupados por si se equivocan.
España, 1984
El sensacionalismo en las portadas de los medios de comunicación forma parte de un proyecto más amplio. Se trata de un intento de apadrinar la desgracia para trabar una red de intereses dependientes de la financiación del gobierno.
Bye, bye, Jacinda
El pasado 19 de enero, la primera ministra neozelandesa, Jacinda Arden, dimitió de su cargo como jefa del gobierno de forma sorpresiva y sin previo avisa. Por supuesto, raudos y veloces los adláteres de la izquierda patria salieron raudos y veloces a lamentar la decisión. Carmen Calvo, Íñigo Errejón, Yolanda Díaz y un largo etcétera […]