Ha sido el propio gobierno de España, con sus múltiples políticas extractivas y ataques frontales a la creación de valor y riqueza, el que ha terminado por expulsar a Ferrovial de España.
El principal banco central del mundo no está ni cerca del momento de dejar de subir tipos o frenar la contracción de su balance.
Lo que se vivió el pasado domingo en Brasil es una muestra más del peligro que suponen los movimientos nacionalpopulistas para la salud democrática de los países.
Hemos visto en la cumbre de la COP27 en Egipto, en la que multitud de estados y compañías petroleras han defendido sus intereses con uñas y dientes y han apoyado la idea de que dichos estados sigan subsidiando y tratando de manera preferente a determinadas empresas petroleras
En las últimas semanas, tras cada subida de tipos por parte de los bancos centrales, hemos escuchado a multitud de comentaristas de la actualidad criticar dichos movimientos, alegando los claramente
Existen múltiples razones para que un gobierno de Meloni asuste a aquellos que creemos en el multilateralismo, las instituciones supranacionales y el liberalismo económico y social.
No debemos pensar en el movimiento antiglobalización y sus tendencias como algo que siempre ha existido o estado ahí, ya que hace 15-20 años, con la construcción y consolidación de algunas de las principales instituciones de apoyo al comercio internacional, los movimientos políticos contrarios a la globalización eran cuasi marginales.
Tras los acontecimientos vividos en la última semana con la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, la relación entre las dos superpotencias que representan China y EEUU se ha recrudecido
Actualmente, muchos modelos que estudian la economía como un sistema adaptativo complejo en el que las variables dependientes se hallan determinadas por procesos de interacción social y transmisión de información, beben de la teoría hayekiana para construir sus bases.
En ningún caso debería recurrirse al control de precios energéticos, ya que solo conllevaría a empeorar el problema y prolongarlo en el tiempo.