¿El fin del optimismo con el euro?
Lo último que querría la UE es perder el referente del euro como moneda de reserva.
Lo último que querría la UE es perder el referente del euro como moneda de reserva.
El problema de la Eurozona no es de liquidez ni de acceso a crédito, sino de exceso de deuda, bajo valor añadido y sobrecapacidad.
Para la Comisión Europea, lo que no se controla desde un órgano burocrático no es transparente.
La Unión Europea puede salir de estas negociaciones reforzada, aprendiendo de sus errores, reduciendo burocracia y atrayendo inversión y capital.
Eliminar imposición ideológica, gasto discrecional y subvenciones innecesarias del presupuesto es una buena noticia.
Intentar limitar la producción no soluciona el problema de los precios, que solo es problema para los que necesitan precios más altos.
El gran error de los bancos centrales ha sido impulsar burbujas, para luego negarlas, y tratar de mantenerlas con la misma política que creó el problema inicial.
Para atacar la economía sumergida, revertir el impacto del envejecimiento y mejorar salarios y calidad de trabajo, el objetivo debe ser avanzar en productividad.
La tecnología solo destruye empleos que no queremos de cualquier forma.
La prueba de que la renta básica no funciona está en que los que la defienden sólo la quieren como subsidio y se niegan a implementar impuestos negativos.