Contestando al señor Borrell: de cómo el coronavirus acabó con el estado de bienestar
Nuestro aliado, como durante esta coronacrisis, será el capitalismo; nuestro enemigo, los políticos.
Nuestro aliado, como durante esta coronacrisis, será el capitalismo; nuestro enemigo, los políticos.
La lección que tenemos que sacar es que si esta respuesta de las telecomunicaciones ha sido tan brillante ha sido pese a la regulación.
Pasadas unas semanas, los daños producidos por el estado de alarma empezarán a superar los supuestos beneficios obtenidos.
Todo conspira para impedir que los recursos vayan allí donde ahora los queremos y necesitamos.
La característica principal del mercado no intervenido es que tiende a reflejar las preferencias de los individuos.
Los Estados andan a la busca de un nuevo Keynes que les dé excusas para intervenir más y más en la economía y en la libertad.
La asignación de los recursos escasos la hará el individuo en función de sus preferencias.
Los argumentos sobre la eficiencia de bitcoins como almacén de valor resultan muy convincentes.
Es muy difícil, sino imposible, aprender lecciones de aquello que sucede arbitrariamente, únicamente guiado por los deseos de los políticos.
Tiene pinta de que Oriente no tardará en tomar una vez más la delantera.