La libre inmigración es un tema controvertido. Incluso dentro del liberalismo hay posiciones enfrentadas.

Podemos ser pocos, homogéneos y salvajes, o muchos -por nacimientos o entradas de inmigrantes-, diversos y civilizados.

Los padres fundadores vieron un nexo causal entre permisividad de flujos migratorios y crecimiento económico.

Son jóvenes franceses, belgas, holandeses, alemanes o suecos que no padecen el “síndrome del retorno” de sus padres inmigrantes, pero que tampoco encuentran su lugar en sus países de “adopción”.

La migración internacional no es un juego de suma cero por mucho que nos digan lo contrario. Pese a sus costes, enriquece a todos.

Cinco razones por las que la inmigración de trabajadores menos cualificados es también buena para la economía.

La inmigración de personas cualificadas agrega capital humano al país de acogida de la forma más barata y expeditiva.

La demanda de mano de obra extranjera no decae desde que existen esas leyes migratorias; por el contrario, aumenta cada año.

El deseo inicial del ex cabo Adolf, nativista acérrimo, era deshacerse de los judíos y sellar su país de la influencia perniciosa de inmigrantes no deseados.