La Mesa del Congreso y la fatal arrogancia del centro derecha
Así que no, los tecnócratas no son la solución.
Así que no, los tecnócratas no son la solución.
Las opciones que están encima de la mesa en la actualidad no llevan a ninguna parte.
Quizá el primer paso es dejar de racionalizar lo que nos une a nuestro grupo o identidad social y asumir que es un medio para un fin.
La «abrumadora evidencia empírica» ha decidido buscarse una profetisa de 16 años para que la sigamos allí donde nos quiera llevar su fe.
A lo mejor es que hay más nostálgicos de Franco en el centro derecha moderado que en la Falange.
Dentro de cualquier grupo nada importa más que el estatus.
Deberíamos tener derecho a disponer, como última voluntad, lo que nos venga en gana con lo que es nuestro.
La pleitesía que el centro derecha le ha rendido a Rubalcaba es un síntoma muy claro de que algo muy importante se ha roto en este país.
Si existiera una herramienta que nos permitiese escapar de nuestros sesgos tendríamos una cosa clara: no la habría desarrollado un periodista.
Parece que nos dirigimos hacia un mundo con carne cultivada, leche sintética, cultivos hidropónicos y huevos sin gallinas.