No puedo evitar pensar en todos los inmigrantes que acogemos en España y que trabajan muy duro para poder sobrevivir dentro de la ley.
Estos delincuentes acosan y derriban cuentas concretas de personas que no piensan como ellos.
Me avergüenza contarle a esta valiente mujer turca qué se juegan las feministas radicales en España.
Cada vez menos personas albergan la esperanza de que el mecanismo de partidos funcione para algo más que ganar las siguientes elecciones.
España no debería esperar a ver qué hacen los demás, como no lo ha hecho Alemania.
A estas alturas ¿quién puede pensar que hay algo imposible en Europa?
El que su hijo sea libertario y haya estudiado a la Escuela Austriaca de Economía no excusa a Bolsonaro.
El pasado lunes, primer aniversario del fiasco de la república catalana, los violentos volvieron a entrar a escena en Cataluña.
A muchos políticos se les llena la boca hablando de excelencia universitaria y no se atiende a la realidad.
No podemos apoyar ni las medidas de Trump ni tampoco las propuestas de quienes idolatran una organización que se torna más y más ineficiente.