Podemos necesita que caiga la Corona, que en estos momentos es el principal sostén de la Constitución española y de la unidad del país.
El problema, ante esta crisis, es que estamos rodeados de algunos políticos que ponen decenas de escollos a la inversión y al empleo.
La característica principal del mercado no intervenido es que tiende a reflejar las preferencias de los individuos.
La red de corrupción del Gobierno es tan amplia que algunos mineros prefieren la protección de la guerrilla.
¿Pueden aun así los gestores activos vencer al mercado con una cartera muy diversificada? Por supuesto que sí.
Se debe estar dispuesto a ayudar antes de que un tercero (el Estado) obligue a hacerlo.
Es conveniente que existan códigos morales y de conducta compartidos que faciliten las relaciones y mitiguen las controversias, al menos, las no graves.
Lo que ha retrasado imprudentemente el diagnóstico de la epidemia del Covid-19 en EEUU han sido los fallos del Gobierno: hiperregulación y burocratización.
Cada paso adelante de ese feminismo socialista y sectario supone un nuevo motivo para reclamar la igual libertad de todos.
Los Gobiernos generan mayores impactos en la economía que las propias epidemias.