El liberalismo ofrece una salida al nacionalismo de unos u otros: la libre asociación o desasociación de las personas de una comunidad política.
El 11 de septiembre es la fecha en la que el nacionalismo catalán organiza su aquelarre anual en las calles “del pequeño país de ahí arriba”: la quintaesencia del colectivismo, la desaparición del individuo y la apoteosis del pueblo “como unidad de destino en lo universal”.
Pero la respuesta que se arroja desde “la meseta” tiene lugar en términos similares: la soberanía nacional reside en el conjunto de los españoles, que es el único sujeto legitimado, como así sucedió hace casi cuarenta años, para determinar la pertenencia de Cataluña al Estado español.
Ante este panorama —y dejando al margen cuestiones como la manipulación histórica, el adoctrinamiento escolar o la instrumentalización del separatismo para enmascarar la corrupción—, el liberalismo ofrece una salida: la libre asociación o desasociación de las personas de una comunidad política, esto es, la negación a la comunidad política del derecho a imponer a cada individuo su particular ideal de vida. Los estatistas de un lado niegan a los catalanes el derecho a decidir; y los de otro conceden ese derecho únicamente a los catalanes. El liberalismo, en cambio, propugna el derecho a decidir de la manera más descentralizada posible: de españoles, a catalanes, a barceloneses… acabando, sin ánimo de ser exhaustivos, en los habitantes del barrio de Pedralbes. Libertad frente a Estado-nación.
4 comentarios
el estado tal como se conoce
el estado tal como se conoce hoy día es un mal menor de momento irrempazable para la convivencia . Hay que procurar que sea lo mas reducido posible siendo el techo su optima eficacia para gestiona lo que no sea posible gestionar por otras instituciones mas naturales . Lo que se propone no se si es una broma “liberal” o un cruce de cables intelectual En cualquier caso , un despropósito
La soberanía es nacional y
La soberanía es nacional y reside en el conjunto de los españoles. Los que han escrito este artículo igual que los catalanistas confunden el término “España” con los pueblos castellanoparlantes. La Hispanidad es un término muy amplio y en él tienen cabida muchas lenguas y culturas.
Hay que se burro para decir que España es un Estado-Nación, cuando la Hispanidad al igual que EEUU no es una lengua o una raza, sino una idea.
Hay gente muy valiente y acomodada que se dedica a predicar el típico “yo hago lo que quiero” en cuestiones de soberanía y Estados ¡Pero ojo, ya veréis como en temas de aborto o religión no son tan tolerantes y en seguida acuden a Dios o a la moral para impedirte algo!
En un estado de derecho en el
En un estado de derecho en el que convivimos, la respuesta es simple: cumplir el ordenamiento jurídico. Y el liberalismo no ampara el golpismo antidemocrático. Juan de Mariana, que da nombre a su Instituto, en su obra De Rege, defiende incluso el tiranicidio en casos extremos. Pero no ampara el golpismo ácrata contra un estado de derecho, por Dios.
Los catalanes no
Los catalanes no independentistas tienen el mismo derecho a tener su propio país-territorio dentro de Cataluña, con estatus jurídico-político distinto al de la ansiada republica, ¿o es que solo los independentistas catalanes tienen ese derecho? Lo justo, entonces, sería que hubiese 2 Cataluñas, como hubo 2 Alemanias o hay 2 Coreas, con un muro en el medio. Este podría ser un escenario real como cualquier otro, de consecuencias impredecibles. Por ello, el capitalismo libertario ofrece la más justa opción alejada del totalitarismo de las muchedumbres, permitiendo a cada persona ejercer su derecho individual a decidir qué relación quiere mantener con un Estado determinado, independizándose fiscalmente de éste si así lo considera oportuno esa persona.