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¿Debemos los españoles temer una recesión inminente? [nuevo informe Market Trends]

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Se observa una economía en leve desaceleración, que podría continuar en próximos trimestres si el contexto global no mejora, pero no preocupa una recesión de gran magnitud en el corto-medio plazo.

Madrid, a 18 de diciembre de 2018.-

Los datos han confirmado finalmente que la economía española ha desacelerado su ritmo de crecimiento de la actividad y el empleo en los últimos trimestres. Como señala el último informe de coyuntura de España elaborado por el Instituto Juan de Mariana y UFM Market Trends, el principal causante de esta debilidad está en un entorno exterior menos favorable, en medio de tensiones comerciales entre las principales potencias económicas del mundo, turbulencias políticas en Italia y una desaceleración del crecimiento global.

El responsable de coyuntura económica del Instituto Juan de Mariana, Ángel Martín Oro, revisa los últimos datos macroeconómicos disponibles en el Informe España de UFM Market Trends del 2º Semestre. Indicadores como el crecimiento del PIB y el empleo, los índices de gestores de compras (PMI), las ventas de automóviles, los permisos de construcción, el agregado monetario M1 o la confianza de los agentes económicos coinciden en señalar la desaceleración de la actividad.

La volatilidad de los precios del petróleo está siendo protagonista en la economía global, con un impacto en la economía española en diferentes formas. En trimestres anteriores había empujado hacia arriba la inflación general de precios, pero una desaceleración significativa en esta variable es inevitable dado el desplome reciente del petróleo. Las presiones inflacionarias todavía no se dejan notar en los precios agregados excluyendo el componente energético.

Por su lado, el déficit público muestra una evolución a la baja, pero lo que sigue preocupando de cara al medio y largo plazo es el enorme volumen de deuda pública y exterior acumulado durante estos últimos años. Su coste podría ser difícil de asumir y/o enormemente gravoso para los españoles en cuanto los tipos de interés suban apreciablemente. Por ello sería prudente hacer mayores esfuerzos para reducir el déficit y la deuda pública.

Como dato más positivo podemos señalar la reducción en el porcentaje de activos dudosos del sector bancario. Este sigue sin incrementar su nivel de activos. El stock de crédito total de la economía apenas crece en términos interanuales, con lo que la financiación a las empresas todavía se encuentra en tasas negativas. Además, el stock de crédito neto dedicado a vivienda sigue contrayéndose, aunque cada vez menos.

En definitiva, observamos una economía en leve desaceleración, que podría continuar en próximos trimestres si el contexto global no mejora. Pero no nos preocupa una recesión de gran magnitud en el corto o medio plazo. Principalmente porque no se perciben las señales de desequilibrio y excesos (por ejemplo en el crédito y el sector bancario) que normalmente sugieren que el ciclo económico está cerca de girarse.

Crecimiento económico, empleo y confianza de los agentes económicos

  • El crecimiento de la economía española se desacelera desde la segunda mitad de 2017: pasa en la actualidad al 2,5% anual desde el 3%.
  • Las tasas de crecimiento anual de la matriculación de automóviles o de los visados de obra también reflejan esta desaceleración, y crecen a un ritmo la mitad de lento que hace un año.
  • La tasa de paro se reduce al 14,6%, pero el crecimiento del empleo también desacelera respecto al año anterior. No obstante, en términos de variación anual de afiliados a la Seguridad Social, los datos de 2018 aún mejorarían los de 2016.
  • La confianza de los agentes económicos ha caído notablemente, en línea con lo que sucede en Europa y el resto del mundo.

Índices de precios

  • La tasa de variación anual del IPC, tras subir desde principios de año, se ha estabilizado alrededor del 2% los últimos meses. Pero por poco tiempo, dado que el desplome del precio del petróleo llevará la tasa a niveles bastante más reducidos.
  • Las presiones inflacionistas sobre la economía siguen sin apreciarse, con una inflación excluyendo el efecto volátil de la energía estable en torno al 1%.

Mercado financiero

  • Las bolsas están respondiendo a este clima económico más negativo con fuertes caídas y elevada volatilidad: descuentan quizá una desaceleración mucho más profunda de lo que estamos viendo. El IBEX 35 pierde alrededor del 10% anual.
  • En el mercado de bonos no hay grandes novedades. La rentabilidad del bono español a 10 años se ha mantenido relativamente estable en los dos últimos años, en un rango entre el 1,25% y el 1,8%.

Niveles de deuda y apalancamiento

  • El total de activos del sector bancario, tras haber repuntado a finales de 2017, ha marcado un nuevo mínimo. No es lo que suele suceder en episodios previos a recesiones fuertes, donde los desequilibrios macroeconómicos se crean y crecen hasta hacerse insostenibles.
  • Los activos de dudoso cobro han acelerado su contracción, y el volumen de activos dudosos respecto al total ha descendido al 3% desde el 4% hace un año. Pero recordemos que en la década de los 2000 no superó el 1% hasta junio de 2008.
  • El crecimiento del crédito a las empresas no financieras todavía no registra tasas positivas de forma sostenida.
  • El stock de crédito a las familias por fin ha pasado a crecer en términos interanuales, gracias al fuerte impulso del crédito al consumo y la menor caída del crédito a vivienda.

Déficit y deuda pública

  • De enero a agosto 2018, el déficit público se redujo en un 16% interanual, una contracción bastante inferior a la registrada hace un año, es decir, la reducción del déficit se frena. En términos de PIB se sitúa en el 2,8%, cifra estimada para el conjunto de 2018.
  • La deuda sobre PIB se reduce muy ligeramente al 98,1%.
  • El tipo de interés medio total de la deuda del Estado ha descendido levemente al 2,5%, desde el 2,6% en el que estuvo en promedio en el segundo semestre de 2017.

Balanza de pagos

  • El superávit por cuenta corriente se ha desplomado un 78% interanual al 1,2% sobre PIB, debido principalmente al saldo no energético, donde los servicios no han aportado tanto como de costumbre en un contexto de desaceleración de las entradas por turismo. En próximos meses ayudará al superávit el menor déficit energético por la caída del precio del petróleo.
  • La enorme posición deudora frente al exterior se reduce ligeramente hasta el 82,6% del PIB desde el 88,3% hace un año. La magnitud de este indicador muestra la fragilidad externa de la economía española ante nuevos episodios de inestabilidad financiera internacional.
  • Como dato positivo, la evolución reciente de la inversión directa en España ha mejorado tras un deterioro notable en el último año y medio.

RECURSOS ADICIONALES:

 

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