
El próximo viernes 28 de noviembre, a las 19.00, en la Universidad Francisco Marroquín de Madrid, tendremos un acto muy especial. Hablaremos de toma de decisiones, modelos, alternativas y de cómo analizar las diferentes opciones que tenemos ante nosotros.
Lo haremos con motivo del lanzamiento en castellano de uno de los libros más interesantes y que más ha dado que hablar en la última década: “Incertidumbre radical”, de John Kay y Mervyn King (Innecesaria Editorial)
Domingo Soriano, periodista de Libertad Digital y miembro del Instituto Juan de Mariana, también forma parte del equipo de la editorial que ha traído a España esta obra (que define como “el nuevo ‘El cisne negro'”). Y nos asegura que leerla cambiará la manera en la que pensamos en nuestra vida y en el futuro. Porque, desde hace décadas, el paradigma predominante en el mundo de la política, las finanzas o la economía reduce la incertidumbre a meros cálculos probabilísticos. El riesgo es habitualmente una cifra que se puede calcular, y las posibilidades de que un suceso tenga lugar deben medirse con ecuaciones o estadísticas.
El problema es que nada de esto es cierto. Como hemos aprendido en los últimos años, con sucesos impredecibles (de la crisis financiera de 2007 a la pandemia del Covid), vivimos en un estado de constante “Incertidumbre radical”. Este libro nos recuerda que nuestro entorno no es modelizable. Ni lo que pasará mañana se puede anticipar con una hoja de cálculo, como nos dicen los intervencionistas y centralizadores que quieren dominar nuestras vidas.
En el corazón de “Incertidumbre Radical” yace una distinción fundamental entre dos tipos de incertidumbre: la “resoluble” y la “radical”. La primera se refiere a eventos repetibles y predecibles, como el lanzamiento de una moneda. En el segundo grupo se engloban la mayoría de las decisiones críticas en la vida —desde si invertir o no en una empresa a la estrategia geopolítica de un país—. Nos encontramos ante eventos cuyos determinantes son tan complejos e imprevisibles que no permiten que les asignemos probabilidades creíbles.
En este contexto, los autores critican la falsa precisión de los modelos económicos modernos, herederos de la teoría de juegos y de la hipótesis del mercado eficiente, que pretenden cuantificar lo incuantificable y generar una ilusión de control. Kay y King reivindican una toma de decisiones mucho más humana: imprecisa, cambiante, descentralizada, que usa la intuición en un proceso de prueba y error, aparentemente menos científico, pero mucho más eficiente en el fondo.