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Adam Smith, los austríacos y el crecimiento económico

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Carl Menger, cuando se refiere a Adam Smith en sus Principios de Economía Política, suele hacerlo en tono crítico. Una de las críticas se refiere a la teoría del crecimiento de Smith, que es central en el famoso libro del escocés, ya que el problema que se planteó era precisamente la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones. Menger cita los capítulos 2 y 3 de La Riqueza de las Naciones de Adam Smith, en los que éste explica que "el gran aumento de los productos introducido por la división del trabajo en las más diversas industrias produce en una sociedad bien regida aquel bienestar que se extiende hasta las capas más humildes de la población".

Basándose en esa cita, Menger dice que "así pues, Adam Smith hacía de la creciente división del trabajo el punto cardinal del progreso económico de los hombres", que es "sólo una de las causas del creciente bienestar de los hombres". El otro pilar, ausente en Smith según el austriaco, es "la progresiva utilización de bienes de órdenes superiores", es decir, la acumulación de capital.

Ludwig von Mises vio a Smith como parte de la gran corriente de "los economistas" dentro de la cual se engarza la escuela austriaca. Y no señaló una clara oposición entre su visión del crecimiento económico, según la cual éste depende en última instancia de la acumulación de capital, y la del escocés. El Smith que encontramos en las obras de Hayek está más centrado en la división del trabajo, pero también aparece dentro de la tradición clásica que ofrece un papel preponderante al capital como determinante del crecimiento. Murray Rothbard, en su polémico capítulo sobre el economista, hizo más una crítica liberal a Adam Smith que una explicación de su pensamiento. En su historieta del pensamiento económico, Mark Skousen señala, sin enlazarlos, los dos aspectos de la teoría de crecimiento en el autor, la división del trabajo y la acumulación del capital. Para los austriacos es esta la causa última, si resultara forzoso elegir una, del progreso económico.

Pero, ¿cuál es, sucintamente expresada, la idea que tenía Smith de los determinantes del desarrollo? Para el economista hay dos causas inmediatas de la riqueza de las naciones: la productividad del trabajo y la proporción entre trabajo productivo y trabajo improductivo. Esta última depende de la cantidad de capital que tenga una nación, de modo que cuanto mayor sea, el espacio ocupado por el trabajo improductivo será menor.

Pero ¿cuál es el determinante último de la productividad del trabajo? Efectivamente, la división del trabajo a la que Smith le dio tanta importancia. Pero no sería la causa última, ya que esta dependía por un lado de la extensión del mercado y de la acumulación de capital. Y la extensión del mercado está limitada, también, por la acumulación de capital. De este modo, la causa mediata del desarrollo, el fenómeno que posibilita y fomenta el resto de factores que son causa inmediata del mismo, es el capital. No cabe duda de que la idea que tenía Adam Smith del proceso capitalista era muy sencilla y no podía satisfacer a los lectores de Menger, pero también lo es que la concepción básica de cómo se desarrolla una sociedad de Adam Smith sólo ha sido ampliada y mejor explicada por los austriacos.

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