Algunos de los argumentos que se utilizan para defender la existencia del Estado parten de principios similares a los de la teoría del monopolio natural.
Max Weber, en una de las definiciones más famosas de la historia delas ciencias sociales, identificó al Estado como el detentador del monopolio de la violencia legítima en un territorio. La definición es sumamente interesante, más partiendo de quien la realiza es un autor no anarquista, porque identifica el Estado con la violencia, algo que ha influido muchísimo en tradiciones como la de la sociología histórica (Charles Tilly, Michael Mann, Barrington Moore, John Hall…) que desde entonces han echado por tierra el mito del origen contractual o consentido del Estado moderno y desvelado, por tanto, sus no inmaculados inicios.
Se ha insistido bastante menos, sin embargo, en su carácter de monopolio. La teoría del monopolio austríaca difiere en muchos aspectos de la teoría mainstream y es uno de los principales puntos de desencuentro con las demás escuelas económicas (sólo hay que observar las agrias polémicas entre Scherer por el lado neoclásico y Armentano por el austríaco). Uno de ellos es el de la no existencia de monopolios naturales, que precisen, por tanto, de algún tipo de intervención correctora por parte del gobierno. La teoría económica mainstream defiende que en algunos casos un Estado o una empresa privada puede suministrar un bien o servicio de forma monopolística a un coste muy inferior al que existiría en un entorno competitivo. Esto se debería a las ineficiencias derivadas de su duplicación, que incrementarían los costes sin ofrecer un mejor producto o servicio. Agua corriente urbana o suministro eléctrico serían ejemplos de manual de tales monopolios naturales.
Algunos de los argumentos que se acostumbran a utilizar para defender la existencia del Estado parten de principios muy similares a los de la teoría del monopolio natural, en el sentido de que se presume que es más eficiente la prestación de determinados servicios públicos como los de defensa o justicia en régimen de monopolio por razones muy similares. Esto es, se presume que la duplicidad de tales servicios no sólo incrementaría los costes económicos sino que podría traer consigo incrementos en costes sociales tales como inestabilidad, conflicto o falta de seguridad jurídica. Debemos, pues, proceder a analizar la pertinencia de tales argumentos. En este artículo analizaremos, en primer lugar, los aspectos económicos, dejando para un artículo posterior el análisis de los costes sociales del monopolio público.
En lo que se refiere a los costes económicos de la competencia en un determinado territorio de varias empresas u organizaciones dedicadas a prestar los mismos servicios, creo que el argumento estatista no tiene fácil defensa. En primer lugar, la defensa es un bien subjetivo, esto es, no todas las personas tienen la misma percepción de inseguridad ni perciben de la misma forma cuáles son los enemigos potenciales. La última invasión sufrida por los españoles fue la francesa. Pues bien, entonces hubo españoles (los famosos liberales afrancesados) que la percibieron como positiva y colaboraron con ella mientras que otros se resistieron fieramente a la misma. Tampoco todos los ciudadanos se sienten igual de inseguros. Unos ven enemigos o amenazas potenciales a la seguridad por todas partes mientras que otros van voluntarios a combatir a las peores guerras del mundo o se adentran sin miedo en los barrios más peligrosos.
En segundo lugar, y derivado de lo anterior, no todos están dispuestos a pagar lo mismo por tal servicio e, incluso, algunos pagarían por ser invadidos si esto fuese posible. Dada la forma de prestación del servicio, no todos los ciudadanos están igual de seguros en la forma en que el monopolio de seguridad suministra el servicio. Los habitantes rurales están más protegidos que los urbanos en caso de bombardeos, los que habitan en zonas fronterizas tienen más peligro de ser invadidos, al igual los que viven cerca de un objetivo estratégico. Es decir, no todos los ciudadanos están defendidos por igual y es lógico que presenten demandas distintas y que, por tanto, no estén dispuestos a aceptar los mismos precios monopolistas. De hecho, el monopolio realiza aquí una labor redistributiva de la seguridad que no satisface más que a una pequeña parte de la sociedad.
En tercer lugar, y aun en el caso de que existiese algún tipo de consenso sobre la cantidad de defensa necesaria, no habría forma de establecer los medios en que esta tendría que ser llevada a cabo (el argumento sobre la imposibilidad del socialismo se refiere no a los bienes demandados sino a la imposibilidad de establecer cuál es la forma correcta de producirlos). Los gobiernos, al operar de forma monopolista, determinan cuál es la cantidad y calidad necesaria de defensa y establecen los medios necesarios, pero al no disponer de la información necesaria no pueden determinar los medios apropiados. Es cierto que autores como el nobel Jan Tinbergen han intentado, por ejemplo, calcular las dimensiones óptimas de los arsenales, pero no parece haber tenido mucho éxito, pues no sólo hay que determinar el número óptimo de armas sino determinar cómo, a quién, cuándo y dónde aplicarlas y esto son elementos ajenos al cálculo meramente económico. ¿Aplicarlas con motivos de desmoralización, de mayor destrucción económica, de mayor valor simbólico, a regiones concretas con el ánimo de dividir…? Es más un cálculo político que económico. Sin contar con que, de acuerdo con la teoría de la elección pública, no hay ninguna garantía de que determinados grupos de interés no la capturen y la establezcan de acuerdo con sus propios intereses. Autores como Mary Kaldor (en su genial El arsenal barroco) afirman que buena parte del armamento estatal no responde a necesidades de defensa, sino a imperativos de prestigio o de impresionar al enemigo o la propia población (solo hay que observar los desfiles militares para darse cuenta de que la mayor parte de las armas allí exhibidas no son nunca usadas ni tienen utilidad bélica, sino que sirven para exhibir de forma ritual el poderío estatal). Otros como el libertario Seymour Melman (su El capitalismo del Pentágono sigue siendo lectura obligada) nos explican cómo buena parte de los gastos de defensa viene determinada por las presiones de la industria del armamento y sus conexiones con el poder político. No es una novedad en la historia la captura del gasto en defensa por parte de los lobistas armamentísticos ya desde tiempos de los romanos y que me temo sigue siendo tan vigente como siempre (de hecho, el famoso libro Los comerciantes de la muerte de Engelbrecht está previsto que sea reeditado por Unión editorial más de 70 años después de su publicación). Se darían, por tanto, costes extraordinarios derivados de la búsqueda de rentas por parte de grupos de interés, derivados en buena parte de que al no existir mercados libres, en estos bienes los precios son desconocidos por la población y es fácil que tales asimetrías de información se resuelvan a favor del monopolista y sus contratantes. Algo que es común a muchas de las compras y concesiones llevadas a cabo por las administraciones públicas. Los manuales de gestión pública están llenos de ejemplos de despilfarros en las compras de bienes militares (Trump en sus primeros días desveló algunas de ellas, si bien ahora parece haberlas olvidado).
De esto se puede deducir que la prestación de servicios de seguridad y defensa en un ámbito monopolístico no es necesariamente más barata de lo que sería en una situación de libre competencia y, sobre todo, que para el consumidor de tal servicio puede ser un despilfarro total porque bien no es producida en suficiente cantidad o bien es sobreproducida. Por lo tanto, la característica principal de un monopolio natural no se daría en el caso de la defensa y la seguridad y, por tanto, el monopolio no estaría justificado ni siquiera aceptando (que no las acepto) las teorías mainstream del monopolio.
Otra de las críticas de los austríacos a los neoclásicos en la teoría del monopolio es la falta de concreción en lo que respecta al ámbito geográfico del monopolio. Para los austríacos es normal que en un determinado espacio exista un sólo proveedor y, en este aspecto, podemos decir que todo establecimiento o empresa cuenta con un monopolio de localización con características propias y que depende de los gustos y necesidades del consumidor. Una cafetería puede estar al lado de la otra y una tener sombra y la otra no. Donde yo vivo hay solo un quiosco cerca. Si me enfadase con el vendedor tendría que ir a la ciudad a comprar el periódico con un encarecimiento del precio en tiempo y aparcamientos. ¿Son monopolistas la cafetería y el kiosco? Para mí, de hecho, lo serían, pero no creo que incurran en ninguna práctica colusoria que merezca sanción ni que, por tanto, deba existir provisión estatal de los mismos, pues, en última instancia, si no me satisfacen puedo cambiarlos aun teniendo que incurrir en costes mayores. Pues algo semejante puede ocurrir con la defensa. Obviamente, al igual que con la carretera o el quiosco, puedo preferir una organización de defensa de proximidad por las ventajas que pudiera tener (estos pueden conocer mis necesidades mejor o estar más próximos culturalmente), pero debería ser el consumidor quien determine qué agencia es la que mejor le provee el servicio y no que esta le venga impuesta. Los gibraltareños parece que no desean agencias protectoras de proximidad y prefieren ser defendidos a distancia y, en este caso, como en el de otros enclaves que existen en el mundo, la teoría del monopolio natural, por razones geográficas, no parece funcionar bien. Supongamos un Estado llamado Rallonia, monopolista de la violencia en un territorio. Supongamos que su población tiene diferencias irreconciliables sobre la cuestión de las letras reales y el tipo de reserva y se secesionan creando dos Estados donde había uno, el Rallistán y Rallolandia, pero su división es de forma no compacta manteniendo enclaves, que prefieren ser defendidos por sus correligionarios. Bien, donde antes había monopolio ahora existen monopolios, pero de forma discontinua y sin poder descartar que alguno de estos enclaves se secesione a su vez. Estas situaciones existieron históricamente y existen hoy en países como Líbano, Armenia o Bosnia con enclaves de este tipo. Recordemos que teóricamente la secesión no tiene límites definidos, dado que los Estados no tienen escala óptima. Entonces ¿en qué se diferencia esta situación de monopolio estatal en pequeños enclaves de una situación de libre mercado en el que existan agencias voluntarias en competencia también protegiendo pequeños enclaves? Una agencia de protección tampoco tiene una escala definida, y puede proteger un domicilio particular, un condominio, un barrio, una ciudad, una región, etc., y a su vez puede perfectamente ser la única agencia en cada uno de esos territorios sin que podamos hablar de monopolio. De la misma forma en que solo tengo un quiosco y este no es monopolista, puedo también tener una única agencia de protección privada sin ser esta tampoco monopolista. Lo único que los diferencia es que en un caso se usa la fuerza para someter a la clientela y en la otra no, pero no es una cuestión de necesidad estricta.
Otro aspecto a tratar del monopolio natural es el que se refiere a los costes de duplicar servicios, esto es, que sea extraordinariamente caro duplicar las redes de suministro y, por tanto, solo compense tener una. En el ámbito de la defensa se refiere a si puede ser conveniente o no la redundancia en lo que respecta al diseño y logística en el suministro de tal servicio, o si es más conveniente la prestación única, no solo en términos relacionados con el cómputo económico sino también en el ámbito de la paz social. Esto es, ¿pueden convivir en un territorio distintas agencias de protección sin que existan conflictos sociales, étnicos o religiosos derivados de tal multiplicidad? ¿Pueden existir varios ejércitos o policías en un territorio sin que se peleen entre sí? Yo creo que sí y de hecho ya ocurre, pero esa idea será desarrollada en próximos artículos.
76 Comentarios
De todas formas, el principal
De todas formas, el principal argumento para defender la existencia del Estado no tiene absolutamente nada que ver con enarbolar una refutación sobre un millón y medio de cuestiones técnicas de hipotética eficacia o plausible sustitución. Hablar del monopolio del quiosquero de mi barrio o de lo que harán o no los correligionarios de la Rallistán y la Rallolandia ralla con su frivolidad a la auto-sátira. Cuestionar al Estado es legítimo, pero el precio a pagar por tergiversar y desenraizar los debates políticos, económicos, éticos, jurídicos… para que encajen en las mallas de un esclerótico monotema estado-si/estado-no, además de ser ineficiente en sus intenciones más sinceras, razonadas y menos dogmáticas, es demasiado alto; este sigue siendo, tal y como yo lo veo, el verdadero argumento a favor del Estado. Pensar de manera realista y honesta en lo que sería una realización histórica concreta de aquí a doscientos años de algo parecido a lo que teoriza el anarcocapitalismo solo lleva a imaginar una situación de clásica dictadura contrarrevolucionaria: la vieja bala en la recámara, el mismo simulacro de anulación del orden para, si hiciese falta, poder garantizar, mientras dure, la libre expansión de privilegios del corporativismo estatal y los poderes financieros, por encima de todo lo demás y sin ningún control democrático.
Entre que hay tratados teológicos y de bullonismo que susurran a más de uno sobre la maltrecha economía post-industrial y el capitalismo monopolista y que este think tank tampoco tiene mucho que ver ni con el liberalismo clásico político ni con el verdadero espíritu de origen del anarquismo y el pensamiento libertario, no sé si se podría etiquetar al IJM como un resto de ideología huérfana, heredera perdida de la reacción antiliberal (contra el derecho positivo, el parlamentarismo y cualquier expresión genuina por “pan y rosas”), pero con una aspiración fundacional de profunda prevención anticomunista. Es que esto me recuerda más a este tipo de cosas: “Tan pronto como Donoso advierte que la época de la monarquía ha terminado porque ya no hay reyes y ninguno de ellos tendrá valor de serlo sino por la voluntad popular, lleva su decisionismo a una conclusión; es decir, pide una dictadura política. Y en las citadas observaciones De Maistre latía una reducción del Estado al factor decisión pura, que no razona, no discute, ni se justifica, es decir, creada de la nada y absoluta. Mas, esencialmente, esto es dictadura, no legitimidad dinástica. Donoso Cortés estaba convencido de que había llegado el instante de la lucha final; frente a lo radicalmente malo solo cabe una dictadura, y la idea legitimista de sucesión dinástica se convierte en tal coyuntura en vacío legismo. Así los extremos opuestos de autoridad y anarquía pudieron enfrentarse con absoluta nitidez y constituir la clara antítesis antes mencionada.” Un saludo.
Pero qué chiflada estás, tía.
Pero qué chiflada estás, tía. Quedarías a gustito.
Gracias por contribuir a tu manera a la causa anarquista: abonas la ya arraigada tesis de que sólo necios y locos engreídos osan pronunciarse a favor del Estado.
¿Por qué chiflada? Yo le
¿Por qué chiflada? Yo le tengo mucho respeto intelectual al anarquismo. Al anarcocapitalismo no, porque, como digo, creo que su único papel histórico de peso es apoyar dictaduras contrarrevolucionarias y mantener el orden económico y de poder jerárquico en momentos de transición o crisis.
Chiflada porque confundes tus
Chiflada porque confundes tus delirios onírico-psicodélicos –la primera chorrada cogida por los pelos que te viene a la cabeza- con argumentos de interés.
Desbarras con que el verdadero argumento a favor del Estado es el alto ¡e ineficiente! precio a pagar “por tergiversar y desenraizar los debates políticos, económicos, éticos, jurídicos… para que encajen en las mallas de un esclerótico monotema estado-si/estado-no”. ¿Pero qué coño significa eso? ¿Crees que alguien normal puede entenderte? Tú estás fumada, de guasa o simplemente vienes a trolear.
Aparte de fárrago, prejuicios, tópicos y descalificaciones gratuitas –muy pedantes y ampulosos, eso sí- no aportas nada que valga la pena (salvo tal vez para el que descanse de ti mientras aporreas las teclas). Tu patética impostura resulta estéril a todas luces, pues se diría que sólo queda un modo de defender el Estado y el comunismo: desesperadamente, a lo tonto y a lo loca.
Yo no estoy trolleando, y mi
Yo no estoy trolleando, y mi primer mensaje está escrito de manera perfectamente normal y argumentada. Con menos ampulosidad, pedantería, prejuicios y descalificaciones gratuitas que este tuyo, y eso que es bien corto y tontuno. ¿Me contestas poniéndole una O a mi nombre? Es que no sabéis ni tener el mínimo de gracia recomendado. Cómo para ser anarquistas.
Buen analisis Sr Bastos de
Buen analisis Sr Bastos de los monopolios que en lo primordial nos muestra la falsedad de la peligrosa faceta de «natural» que le atribuyen los estatistas de siempre… pero:
Vaya!! que ecumenicas emociones despierta en algunas mentes de simplona bidimensionalidad el pensamiento de un liberal.
Solo una hormiga se mueve en el plano del papel sin alcanzar a ver el tercer eje cartesiano de la dimensión real que la sobrepasa , Hace falta valor, reconozco, salir a la luz de la la realidad , fuera del surrealismo de la cueva socrática .
Pretender con la imperativa sintaxis de la insoportable arrogancia del necio, tomar como referencia a quienes han transcurrido la suya medrando en la asfixiante mediocre calidez del Leviatán , tal el caso de un De Maistre o Donoso , habla no solo de estrecha , sino temerosa cobardía vital de quien los invoca como referentes.
Porque sera que olvidamos esa máxima del valor y sentido de la vida : «Sea lo que puedas o creas poder hacer hazlo, en el atrevimiento está el genio, poder y magia..» Goethe
Debemos entender que esa mayoría silenciosa en su arraigada sumisa mediocridad , no se atreve a seguir a un Bastos o a un Etienne de La Boétie : “son, pues, los propios pueblos los que se dejan o, mejor dicho, se hacen encadenar, ya que con solo dejar de servir, romperían sus cadenas”.
Un saludo cordial
Pues todavía hay más, porque
Pues todavía hay más, porque siendo coherentes a la historia de terror, a este típico conservadurismo autoritario se lo combina con la acostumbrada predicación de la Singularidad neoliberal. ”Ayudar a los makers, trabajar con las start-up, evangelizar la plataforma” y las novísimas formas de libertad para los pobres: sexo por alojamiento, venta de bebés por dinero, trabajo asalariado sin salario a cambio de que la policia privada no te elimine de la calle y una comida al día si dices que Fidel fue un agente sionista. A los pobres no blancos se les deja la muerte o la muerte; por la superioridad de nuestros valores y porque a los iluminados se les mueve el prepucio al jugar al yoyó del repliegue nacional y el expansionismo militar, contrayéndose cual tímidos protozoarios para florecer después cual cáncer imperialista de violencia organizada. Pero qué le importan el presente y el futuro, si pueden quedarse con la pomposidad de complicidad fascista propia del peor mandarín de República de Weimar: “O sea, the mass of people, as La Boetie and Mises recognised, always and everywhere consists of «brutes», «dullards», and «fools», easily deluded and sunk into habitual submission, pero no como yo, que te rejuro por snoopy que soy un copito de nieve muy especial”.
Los querubines, que son los ángeles que llevamos dentro, de la contrarrevolución armada y la revolución neoconservadora, nos van a ofrecer una restauración de colonia esclava de sociedad victoriana con mucha pompita y circunstancia o la instauración de unos Emiratos Arios Unidos desde la post-ironía post-distópica de programa informático y mediante el lenguaje de un personaje de la obra de Václav Havel. Me entero ahora de que a esto también se le puede llamar “el tercer eje cartesiano de la dimensión real” y la luz fuera “del surrealismo de la cueva socrática”. Además de reconciliar el peor revisionismo histórico del demócrata burgués, que equipara sin excepción fascismo y comunismo, y al que se le puede decir que “es en realidad un fascista, y desde luego solo combatirá al fascismo de manera aparente e hipócrita, mientras deja todo su odio al comunismo”, con el neonazi posmoderno; que quiere ser lo que es, pero sin que se le etiquete de manera logocéntrica s´il vous plaît. Y desde aquí también se emiten mensajes de poltergeist sobre high dimensions, interactions and dynamics para generar paranormal intelectual activity en babosos alucinados, para que sean tan rancios como unos legionarios haciéndole un bukkake a una puta pero encima creyéndose listos porque tal vez uno de ellos pueda permitirse algún día a una de lujo. Nada nuevo bajo el sol. Los que piensan en tanques nos prepara un futuro de eterno retorno, y siempre van por delante; machacarán, bajo un disfraz intelectual, y al parecer cada vez más carnavalesco, a toda ya marchita rosa de los vientos que permita distinguir al ethos del kratos hasta que la gente sencillamente prefiera morir en cualquier guerra a tener que pseudovivir imaginando que tal vez algún día podrá disfrutar de la profilaxis pequeñoburguesa propia de una sala de espera de dentista adornada con revistas cuore que lllevan la jeta con pajarita de Mario Vargas Llosa.
César, es que yo solo soy una hormiguita a la que pisotear, pero intento prestar atención para que al menos no me cambien las principales señales camineras de ese plano de papel que, por desgracia, sigue y seguirá operando, no sólo en el papel, sino en una realidad política e histórica que afecta a personas de carne y hueso, que, aunque no tengan burdos delirios de hacerse monarcas por selección natural, están ahí, y son la responsabilidad de todos. Por cierto, esto no lo deciden las hormiguitas; los primeros en tener clara esta bidimensión que tanto le preocupa son los think tanks que llevan emblemas de libertad. Inútil es apelar a mi necedad si pretende que me crea que un libro de filosofía de bachillerato en el que pone “la metafísica contribuirá a que el empresario se haga la preguntas radicales con las que podrá distinguir todas las dimensiones relevantes que influyen en una empresa y que no pueden desatenderse” es síntoma de una educación gramsciana o que Gramsci tiene algo que ver con la mediocre calidez del verdadero Leviatán que la intelligenza que hace política mundial nos impone a las masas. Por cierto, no se le puede contestar a una hormiga con una franca y cada vez más acusada preocupación por el tipo de futuro que nos está soplando en la nuca con la estrategia del anuncio de Media Markt de “Yo no soy tonto”. Un saludo
Silvia: Tu no puedes tener
Silvia: Tu no puedes tener «respeto intelectual» por un anarquismo que no entiendes. Afirmas exactamente lo que dice un socialista estatista retrógrado sobre el capitalismo. Lo que odias es la propiedad , el capital físico o intelectual humano, derecho primero del individuo en libertad. Hablas de dictadura contrarrevolucionaria de el anarco capitalismo. ¿Cual la que denunció tu acomplejado y pusilánime De Maitre ? La de Napoleón sobre los jacobinos guillotinadoras.
No tienes idea de la historia, sociología y economía política , pero hablas y hablas en confusión semántica propia de tu mentor De Maitre. Eso que dices que la propiedad es un robo que somete a los trabajadores es basura marxista. Puro cuento demostrado hasta el hartazgo. Respetas el anarquismo, cual? el llamado anarco -socialismo que persigue la propiedad privada endiosando la pública? Quien administrara esa propiedad común ¿El estado? No entiendes nada. El anarco capitalismo no pretende abolir la autoridad. Esta es innata en el ser humano por sus diferencias entre ellos, Existe un solo anarquismo el capitalista, Respeta una única autoridad, las naturales jerarquías de los individuos según sus capacidades en sociedad que redundan en beneficio mutuo, (la bendita división del trabajo que crearon los empresarios) . No legitimamos autoridad impuesta por un estado. No tienes idea que es autoridad y que es jerarquía . El estado es autoridad irrestricta gracias a la maraña de leyes de derecho positivo ( Sí, esa aberración que niego y que tu satirizas con patetico infantilismo ) Las jerarquías no son cargos burocráticos a inútiles, digitados caprichosamente por el estado, Son privilegios naturales que emergen de las capacidades de cada individuo, su derecho inalienable sobre su propia producción «capitalista». Tu concepción del mundo «perfecto y el único posible» es peor que la antiutopía del «Mundo Feliz» de Huxley .
Te recomiendo leas los clásicos recomendados por uno de estos Think Tank libertarios que tu denigras. No se si del IJM porque según tu dices es «(como un resto de ideología huérfana, heredera perdida de la reacción antiliberal (contra el derecho positivo, el parlamentarismo y cualquier expresión genuina por “pan y rosas”) . Y ya que te gusta escribir te recomiendo para que te concentres, la fria soledad de la Isla de Jura en las Hébridas británicas donde Orwell se inspiró en su magistral , 1984. https://www.theguardian.com/books/2016/oct/08/hebrides-shaped-british-culture-madeleine-bunting
jajajajajajajajaja gracias
jajajajajajajajaja gracias por aconsejarme la fría soledad de la Isla de Jura en las Hébridas. Se nota que me conoces porque me iría mañana sin pensármelo, máxime si es para vivir una historia pasión (siendo conmigo, la mejor) con un penniless sailor entre windy weather.
Claro que no sé ni de historia, ni de sociología ni de economía política; yo no sé de nada. Tener que repetir esto es la historia de vida de la hormiga. Como hormiga, no necesito que nadie me reconozca ningún conocimiento, y dormir con la tranquilidad de que nadie vaya hacerlo me ahorra el tener que ser una cínica o que excusarme en racionalizaciones que impliquen resignación, justificación, defensa o negación de cualquier indefendible. Sabes que satirizo porque me magnifico por mera diversión, pero en el fondo hablo muy en serio y sin guasa, casi desde la más honda desesperación. Y sabes perfectamente de qué “hablo y hablo”, y me entiendes, aunque no quieras reconocerlo. Como causa más perdida, les reclamo a mis mayores que sean responsables con algo más que ellos mismos para cuando yo no esté.
Te confesaré que esto se me hace muy raro, y que me da pereza, porque muchas cosas que dices yo las repetía exactas a los 17 años. Leí a de Jasay, Mises, Rothbard, Hayek… César, si yo leí hasta a Solzhenitsyn. Si quieres la prueba, todavía tengo los libros subrayados y con las esquinas dobladas. Para que no queden acusaciones unilaterales: sé por experiencia propia que ahí donde tú estás también hay cosas (políticas, económicas, filosóficas, históricas y sociales) que no se pueden valorar, entender y disfrutar sin satirizar. También he de decir que yo era mucho más honesta con las consecuencias cuando discutía, y que no evitaba las que eran más desagradables. En parte por eso lo dejé caer, es esperpéntico, pero me veía defendiendo teóricamente cuestiones e hipotéticas situaciones que yo jamás defendería en la realidad, digamos que me auto-refuté sin mediación racional porque en realidad partía de unos rígidos axiomas que había hecho míos de manera completamente irracional. Como teoría ahora sí que lo considero el acabose auténtico, y considero que sí que tengo la capacidad para razonar y desarrollar el porqué.
Dices “Tu concepción del mundo «perfecto y el único posible» es peor que la anti-utopía del «Mundo Feliz» de Huxley”. ¿De qué concepción me hablas? Te diriges a mí como si fuese uno de esos personajes de novela distópica que tanto te gustan, de esos que personifican relaciones sociales y posturas ideológicas como los dioses y sus acciones servían para explicar los conceptos y los universales a la gente de los foros de los think tanks de la Antigua Grecia. Anda, buenas noches.
Debes trabajar mas de seis
Debes trabajar mas de seis meses al año para mantener el aparato del estado. Yo abogo por no arrojar a la basura la mitad de mi vida.
Continúas alegremente equivocada, pero como decía Nixon: If three wrongs don’t make a truth , try a third. Quizás…
Debes trabajar más de seis
Debes trabajar más de seis meses al año para mantener al capitalismo, hay gente que ha arrojado no solo la mitad sino su vida entera a la basura por ello. Hay quienes viven y mueren con un trato más bestial y desconsiderado que el que recibe una hormiga por culpa de aquellos que quieren salvar o instaurar de manera desesperada las estructuras que mantienen al capitalismo. No entiendes qué es el capitalismo ni cómo funciona. Tampoco ves a tu gran Otro, ni siquiera consideras la posibilidad de que exista y haya existido realmente, de que no sea más que un cuento para no dormir. Poco me importan los impuestos que pague alguien para el que las prioridades humanas son cosa de una invención de perra maraca marxista. Si no tienes la sencilla intuición de persona de barra bar, si solo la finges, solo te queda leer muchos libros. Son muchísimos más wrongs que tres los que hacen una verdad, como sabes, son infinitos, pero puedes avanzar. Si eso tampoco funciona, sigue tristemente equivocado y ya está, que no se pá que me preocupo.
El necesitar que haya un afuera de la ley es un derecho natural, casi de alivio psicológico, que indica salud mental. El universalismo y la homogeneización aplicados a problemas y personas que son siempre diferentes es siempre una amenaza para la libertad (y para el más sano sentido común). Otras formas de organización nos enriquecerían más vital, material, social e intelectualmente y además a todos… SÍ, pero el Estado para algunos no es más que un simple un chivo expiatorio para no tener que ver ninguna forma de opresión real pasada, presente y futura: ni de las que son consecuencia más directa del capitalismo ni de las que derivan de esos órdenes naturales que tanto te gustan y que los crea la pura ley darwiniana del más bestia y del más sociópata.
Ante esto, al que me lloriquea por sus impuestos le digo ¯_(ツ)_/¯ (porque no tengo para escenificar aquí otro gesto xDD)
Además, se me enfadan por creer que les estoy tratando de convencer de algo cuando solo estoy hablando contigo. Así que adiós.
xD joder es que estaba
xD joder es que estaba pensando en lo de “producir un sándwich nos costaría 6 meses de trabajo y 1.500 e y el mercado nos lo ofrece al instante por 2e. ¡Milagro!» y entonces desde ahí es imposible situarse en qué pensáis que piensan los no liberales o en qué es lo que está ocurriendo, ¿sabes? Es que ya he perdido totalmente la práctica con esto y no puedo pasarme el día en think tanks intentando averiguar cómo está el Estado mental porque es un auténtico coñazo. Estas incursiones no me han aclarado nada, aunque te hayas esforzado.
A ver, que para adquirir la intuición de bar de barrio que tanto codicias poseer lee libros que hablen de eso de:
La Verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Agamenón. –Coforme.
El porquero.-No me convence
(Y no puedes volver a mirar quotes motivacionales de Nixon JAMÁS)
Por cierto, te vi realmente afectado por no poseer el maquiavélico (y muy inglés) talento del sarcasmo, pero tienes el talento de ser respetuoso, sobretodo cuando dejas de escribir de manera tan estereotipada y te atreves con el insulto con encanto. (Como ves saco piropo hasta de donde no hay). En esos momentos dejas de ser tan muermo anarcocap y podrías tener cierto estilo inglés más al modo del bueno de Oakeshott, que se relajaba lo suficiente como para señalar la modestia de que el objetivo último del monumental Leviatán fuese que la gente no se matase. Ese tipo de cosas también son positivas para imitar al Estado bar.
Y ya no vuelvo más por forever de verdad lo juro por jesusito. De hecho, MÁTAME si lo hago.
Mira , no la tomes con Nixon
Mira , no la tomes con Nixon porque su cita no es literal (me equivoque) Este republicano paradigma de los procedimientos políticos honrados e intachables , dijo en realidad : …»If two wrongs don’t make a right, try three»..
Y no me des ideas con eso de «Matame», porque aunque liberal y pacifista, mi guia espiritual es el genial Heinrich Heine.
» One must, it is true, forgive one’s enemies. But not before they have been hanged»
Por eso os aconsejo una agencia de seguridad privada , lejos, más eficiente y económica que tu Estado ;))
Mucho mejor. ¡Pero qué
Mucho mejor. ¡Pero qué sublime artificioso puede crear una perturbada afición por las quotes! De “La gran palabra de la Revolución pronunciada por SaintJust -le pain est le droit du peuple-, dice según nosotros: le pain est le droit divin de l´homme” a que el mandarín anarco-fascista Hans-Hermann Hoppe te chupe la orejita…podría ser coherente, aunque no tanto. Ese carácter ilusorio de la aspiración revolucionaria, pesimismo y utopismo acaban fácilmente en un flamenco arrebato de espanto conservador, pero deberías mantener tú también esas dos voces a favor del comunismo que no puedes acallar: la de lógica, que te dice que todos deberían comer, y otra, más poderosa todavía, que es la del odio contra un enemigo común de falsos patriotas que solo odian al extranjero.
Amor mío, las empresas de seguridad privada, el dinero de los saqueos, los aparatos del Estado y los ejércitos nunca podrán usarse en contra de un precioso querubín con tembleque de tener popo como tú. De mis hermanas se dirá «si por lo menos esas mujeres fuesen bonitas, pero no son más que cabezas de Medusa cuya vista petrifica» y a nosotras solo nos quedarán la guerrilla anarquista, la mala suerte y la cuneta. Ah, y como proscrita, no será la primera ni la última vez que me intenten colgar 😉
Me quedé fascinado por tu forma de escribir, la verdad. Esas florituras son realmente dignas de encomio. Pero sinceramente detrás de todo ese despliegue de ocurrencias retóricas no encuentro ninguna idea política/ social/ económica de fondo que me haga replantearme mi ideología, diametralmente opuesta a la tuya. Lo cierto es que las personas ya trabajaron por aquello que tienen. Y si no lo hicieron, lo recibieron con el consentimiento de personas que sí lo trabajaron. Y no hay ninguna persona en este mundo digna del fruto del trabajo ajeno. Además, tu sistema es totalmente contrario a la libertad. La única alternativa existente a que las personas puedan ofrecer los bienes, los servicios o los trabajos que deseen a los demás, por medio de bienes adquiridos pacíficamente, es que otras personas nos impongan los trabajos que deseen, nos den lo que ellos deseen a cambio de ese trabajo impuesto y producido por medio de bienes violentamente arrebatados a otras personas. Semejante cosa no es más que una aberración moral del peor género concebible, por mucho que quienes lo defiendan crean ser el culmen del virtuosismo. Decís que sos comunista porque no querés que haya hambre. No veo por qué la esclavitud generaría menos hambre y la libertad generaría más hambre. El liberalismo les da los mayores incentivos a los productores para tratar bien a los individuos en cuanto consumidores como en cuanto trabajadores, porque si el individuo se siente descontento con un productor en cuanto consumidor o en cuanto trabajador, puede apelar a alguno de las otras miles de empresas que existan en el mercado casi automáticamente y sin ningún costo, y si no hay ninguna que lo satisfaga, todavía puede crear su propia empresa. En cambio la única forma de escapar del gobierno en cuanto consumidor o en cuanto trabajador, es levantarse en armas y arriesgar la propia vida, empresa difícil de llevar a cabo, con horribles consecuencias humanitarias y económicas. O, en el mejor de los casos, rogar que el próximo gobernante, que recién llegaría en varios años, tenga más consideraciones para con nosotros. Dirás que los individuos, en cuanto consumidores y en cuanto trabajadores, toman decisiones económicas estúpidas, y por tanto deben ser controlados. Pero los políticos que tomarían todas las decisiones económicas en nombre de todos los individuos en un mundo sin propiedad privada también serían seres humanos proclives a la estupidez. Y no solo eso. Es mucho más probable que el individuo tenga un interés en su propio bienestar que el político sobre él mismo, que ni lo conoce y no tiene nada que ver con él, y además, no es probable que tenga una mayor información acerca de su situación personal como para saber qué necesita mejor que cada individuo sobre sí mismo. Cuando el gobierno invierte se externalizan costes y beneficios. Esto significa que los individuos, en cuanto productores y consumidores, en cuanto ya no pueden tomar decisiones económicas, dejan de estar interesados en hacer las cosas bien o dejar de hacerlas mal, porque ni son recompensadas por producir o consumir bien, ni son castigadas por producir o consumir mal, todos somos castigados por las malas decisiones de otros sin merecerlo, y beneficiados por los otros sin merecerlo. En cambio, en el mercado, el productor que merced a sus propias decisiones satisface las necesidades del prójimo se llena de dinero y las pierde si deja de hacerlo, y el consumidor, merced a sus propias decisiones, puede satisfacer sus propias necesidades si toma buenas decisiones, y deja de hacerlo si lo hace mal. Ganar recursos como político es fácil, basta con extraérselos a la fuerza a otras personas. Ganarlos con el consentimiento del prójimo, o extraerlos cuando no son de nadie, es difícil, porque los demás nos pueden decir que no. El individuo, al ser consciente de que ganar recursos requiere esfuerzo, va a ser más cuidadoso a la hora de utilizar esos recursos. Y además, al ser una multiplicidad los productores involucrados en lugar de uno solo, las ideas sobre cómo satisfacer nuestras necesidades brotan en mucha mayor medida también, con el consiguiente progreso que esto conlleva. Las ideas llevadas a la práctica hablan por sí solas. El comunismo, más que acabar con el hambre, termina en hambrunas que matan a millones de personas, y el resto censurado, esclavizado y fusilado; esto fue lo que ocurrió con Lenin, con Stalin, con Mao, Pol Pot, etc. Las socialdemocracias occidentales en cambio, serán sumamente imperfectas, pero Corea del Sur sigue siendo mejor a Corea del norte, Taiwan y Hong Kong a china, Alemania Occidental a Alemania Oriental. En definitiva, no hay absolutamente ninguna razón moral, ni filosófica, ni económica, ni política para abogar por ese esperpento repugnante llamado socialismo.
SILVIA y CESAR creo que hay
SILVIA y CESAR creo que hay que hacer más el amor que la guerra. Supongo que a mí no me van las guerras evitables. Tranquis, debatiendo sacáis conclusiones didácticas, lo que no consigo sacar yo en otros. No lleguéis al insulto, no es necesario.
Si estuviera BASTIAT volvería a escribir algo sobre el tema. Os dejo aquí tórtolitos.
El ejemplo de un kiosco o un
El ejemplo de un kiosco o un bar… es paradigmático. ¿Por qué no puede ser la defensa igual que un kiosco o un bar? Pues tiene razón… Lo cierto es que en el pasado así era. La defensa era un kiosco o un bar. Si cualquiera podría elegir tener la mejor defensa que pudiera existir. De hecho, los individuos se defendían siempre y en todo caso uno a uno… Sólo que cuando eran atacados por más de dos.. solían perder.
Que eso es lo que ocurre en el mercado. Vaya, cuando uno pone un kiosco hace un estudio de mercado pide a una empresa de publicidad una campaña de imagen, firma con los proveedores unos contratos de suministros… que normalmente consiste en aceptar lo que le ponen en la mesa… con una empresa de chuches…. aquí lo mismo puede elegir el suministrador… Pero si quiere vender marca… lo lleva claro.
Vaya. La defensa es igual a poner un kiosco. Y, de hecho pasa lo mismo que cuando pones un kiosco. Si tus cálculos de retorno de inversión no son correctos cierras… Solo que…. en el caso de la defensa, si tus retornos, es decir, si la satisfacción de la necesidad para la que pagas por una defensa no es convenientemente satisfecha, es decir, la defensa no funciona…. mueres.
Aquí… ya la defensa y el kiosco empiezan a parecerse poco.
La historia como decía antes, eligió en el origen muchos sistemas de defensa. Uno a uno, luego como grupo, y aquí la cosa se complica, … se crearon estados y estructuras organizadas que facilitaron la supervivencia y… en un momento dado la conquista… Porque no olvidemos que uno se tiene que defender de alguien que quiere lo que tú tienes o el territorio que tú dominas…. y por la misma razón puedes tener tú la intención de hacer lo mismo… Y resulta que la defensa organizada, bien dirigida, superior en potencia, capacidad y apariencia de ello… garantiza y ha garantizado muy bien en el mercado de la historia, porque así se ha demostrado, que el sistema actual es el más eficaz. Y eso lo ha demostrado el mercado de la violencia en el que está inmerso el producto… “defensa”
Sólo cuando se usa se ve si satisface o no el precio que se paga por él.
Y resulta que la defensa tiene, si, ese aquel que los pavos, los urogallos, los alces…. usan para, en la medida de posibilidades, evitar una pelea o conquistar el territorio vedado de una hembra… la exhibición. Si el enemigo no sabe lo que tienes puede pensar que eres presa fácil. Pero si haces exhibición de tus capacidades, incluso sobrevalorándolas, lo mismo el enemigo se lo piensa. De hecho, en la historia muchas de las grandes obras arquitectónicas no tenían más objetivo que el decirle al mundo lo capaces que eran las sociedades que los erigían… cosas de la vida. Vaya.
Osea…. la defensa NO es como poner un kiosco.
El problema fundamental de todo esto, empero es el empeño en tratar asuntos distintos como si fueran iguales. Y el asunto fundamental aquí no está en solucionar un problema que NO es de mercado como si lo fuera. La violencia ni su solución es un problema de mercado. La violencia no está sometido a criterios de oferta y demanda, sino a criterios de amenaza, coacción, respuesta a la agresión, … y nada de eso sucede en el mercado de productos y servicios porque en dicho mercado no está en juego ni la vida ni la propiedad ni la libertad por medio de la libre elección y acciones responsables. Hacer responsable de sus actos cuando esos actos son la agresión a otro implica necesariamente el que haya alguien que sea capaz de someter a quien ha iniciado la violencia. Y eso no se hace con planes contables en una hoja Excel, porque los criterios por los cuales un determinado país en un determinado momento decide ejercer la violencia contra otro, que no se trata de individuos sino de grupos humanos, no aparecen en los registros de la bolsa de valores sino que se sustancia en hechos no tratados nunca. Nunca se dio la Blitzkrieg hasta que se dio. ¿Estaban los países agredidos preparados para esa nueva forma de guerra? Pues según los planes contables de algunos, Chamberlain, por ejemplo…. si. Los franceses con la costosísima Linea Maginot…. también lo pensaban….
Pero no.
BASTIAT, muy buenos apuntes
BASTIAT, muy buenos apuntes de historia. Lo cierto es que la «Armada Invencible» hizo el ridículo y curiosamente era algo estatal que yo sepa, supongo que lo sabrás. No entiendo porque crees que está reñida la organización con lo descentralizado. ¿De verdad crees que con el «I Want You» del tío Sam yo (o tú) tendría más vocación por ir a una guerra y por ende sería más efectivo y/o eficiente?
Ya tenía ganas de BASTIAT Jajaja
La historia dice que si.
La historia dice que si.
Porque fracasos han habido… Pero recuerda que frente al fracaso de Chamberlain o los franceses… estaba enfrente el ejercito estatal del muy socialista estado alemán. Nacionalsocialista en este caso.
No un ejército privado.
Faked 13
Faked 13
¿Para que mencionaste a Bastiat ? :))) Me obligas a leerlo y me descompongo, porque no se si aun piensa así o es solo la zanahoria que agita en mis narices. para sulfurarme. Quiero creer que solo simula ser tan candorosamente lineal como un adolescente que cree que las guerras masivas gozan de la espontaneidad social. Que surgen de manera no planificada o proyectada al modo que afirmó Mises de las instituciones Que no es tema del mercado y que el gobierno es un mal necesario para su cura. No quiere ver, porque ya se lo he explicado ( y hasta el hartazgo el amigo Berdonio) que los conflictos masivos son consecuencia directa de los modernos estados- nación. Que la industria bélica americana mueve mas de 13 billones de dólares y los políticos , sus principales accionistas (P ej. recuerdas al vice de Clinton, Al Gore y su guerra a Exxon? ) necesitan crear enemigos virtuales que luego convierten en reales para aumentar su patrimonio y poder. No llega a comprender que en una sociedad libre de gobierno central, en libre mercado es decir en Laissez Faire, los conflictos en tal entorno solo serian limitados a la delincuencia común , no a la institucional artificiosa que es la guerra. Y asi no llega a entender lo que bien afirma Bastos : un simple «kiosco» de defensa en libre competencia y con las reglas de mercado no solo seria suficiente sino mucho mas seguro, eficiente y económico para sus defendidos. Y añado seguro porque el año pasado la policía de USA mato mas de 2000 personas inocentes, solo «como daños colaterales» de su eficiente salvaguarda de la paz interior.
En fin Faked , solo podría respònderle a Bastiat con su clásica respuesta de guerra, un «aaaaggg!!» o sonido onomatopeyico de inadaptados bipedos prehistóricos. Pero no quiero que me denuncie por plagio. Saludos.
aaagggg
aaagggg
BASTIAT, en Stalingrado las
BASTIAT, en Stalingrado las condiciones meteorológicas los masacraron más que otra cosa.
La cantidad es una variable que puede ser decisiva pero esto no implica organización. Si 100 hombres de 200 kgs. simplemente se tiraran encima de otros 50 hombres de cualquier manera ya por peso diríamos que ganarían.
Lo que sí es cierto es que la asociación entre las personas no tiende a darse voluntariamente cuando hay peligros. Pero forzar la asociación no creo que potencie más, por eso desde pequeños en Oriente Medio les lavan el tarro.
Y la Armada invencible la
Y la Armada invencible la venció una tormenta del carajo….
La cuestión es que el argumento de que se puede calcular el coste optimo de la defensa desde un punto de vista privado carece de sentido. No existe mercado de la defensa. Sólo defensa que cuando ha sido puesta a prueba ha quedado claro que era la correcta . Porque si no … se acabó.
BASTIAT, ¿te refieres al
BASTIAT, ¿te refieres al número de bajas como coste no?
Si existiera sólo España y Liechtenstein, ¿aumentarías per secula seculorum tu ejército o sólo cuando vieras que el otro país lo aumenta?
¿Las propias o las ajenas…?
¿Las propias o las ajenas…?
Respecto a lo de España y Liechtenstein…. no tengo ni idea. Es un caso que no se da en la realidad.
BASTIAT, la página del IJM no
BASTIAT, la página del IJM no siempre estuvo en la realidad como aquel que dice tampoco.
Es un supuesto que serviría como experimento filosófico. Pues si hablamos de defensa serán las propias no las de los atacantes.
Si no tienes ni idea como afirmas tajantemente eso. Creo que el argumento de que la gente no tiende a asociarse voluntariamente ante el peligro tiene más peso. Lo que te decía de la vocación es que había soldados que había que drogarlos, por algo será.
Vale…
Vale…
La cuestión fundamental es que no puedo saber si necesito o no un ejército porque mi vecino cree el suyo.
Puede ocurrir que mi vecino sea muy buen vecino y no tenga necesidad de tener yo un ejército. Si sólo existimos mi vecino y yo…. y nosotros, mejor dicho, podría pensar que nuestro vecino está haciendo un gasto innecesario dado nuestras buenas relaciones de amistad. Pero al ser innecesario podría empezar a temer, si, por nuestra propia seguridad. Y entonces,… claro, nuestro coste de tener un ejército ha de ser proporcional. Y si podemos superior, al de nuestro vecino para evitar que este nos ataque por miedo a perder. Siempre una defensa es más barata que un ataque si está bien planificada, pero siempre es mejor que el vecino sepa que somos mejores para evitar que el otro lo intente.
Lo mismo esa es la propia razón por la que nuestro vecino ha decidido tener su propio ejército.
Pero todo esto es lógica de defensa. No implica, para nada, que esos cálculos los vaya a hacer mejor una empresa privada que un ejército público, estatal. Es que no tiene na da que ver. Y se lo explico ahora a Fermín.
Si sale cara yo gano; si cruz
Si sale cara yo gano; si cruz, pierdes tú. Típica “lógica” estatista.
Coartar la eficiencia empresarial que elimina legítimamente competidores satisfaciendo la demanda al menor coste posible se considera supuesta defensa de la competencia e imprescindible medida antimonopolio; pero cuando el Estado se arroga tal eficacia se invierte el discurso y deviene benéfico monopolio natural digno del mayor encomio y protección. Lo que no hay manera de entender es cómo se puede defender la competencia, esto es, la libre concurrencia en el mercado de ofertas cada vez más atractivas al consumidor, restringiendo tales innovaciones a fin de que tampoco tengan demasiado éxito, ni por qué resulta preciso proteger y forzar lo que se supone espontáneo y natural.
Fermín, Si sale cara ganas tú
Fermín, Si sale cara ganas tú y si sale cruz gano yo… Típica lógica fanático anarquista.
He argumentado el porqué tratar este tema desde el punto de vista empresarial es confundir el culo con las témporas, es confundir la velocidad con el tocino.
La defensa no es un mercado. Porque la defensa no son las armas que fabrican los fabricantes de armas o las empresas de trabajo temporal que contratan seguratas para ponerse en garitas y puestos avanzados a hacer que miran. A mostrar presencia.
La defensa, el mercado de la defensa, es el de actuar en contra de quien te ataque con garantías. Y no se sabe si lo planificado previamente es efectivo hasta que no se pone en acción, hasta que no ocurren los ataques.
Tu puedes planificar, diseñar, construir un cohete magnifico sobre los papeles… pero nunca empiezas un viaje interestelar sin hacer las pruebas pertinentes. Y mandas a toda la población de la tierra a ese viaje. ¿Y por qué es eso? Porque está en juego la vida de las personas. Y la defensa no va de mercados. Va de la vida, la libertad y la propiedad de las personas.
Y sobre todo lo que me fastidia es ese mantra de la “eficiencia empresarial”. Mira, lo de la eficiencia empresarial implica que EN EL MERCADO, las empresas más eficientes ganan y las menos eficientes pierden. Y la eficiencia no es hacer un ejército más bonito o más aparente al menor precio sino que en el campo de batalla gane guerras. Porque el ser ineficiente se demuestra cuando la ineficacia en el campo de batalla lleva aparejado la derrota, la muerte, la privación de tus bienes, el sometimiento de los tuyos al poder invasor. Y este no hace diferencias. La guerra, como la muerte, es tremendamente igualitaria. Es por eso que el hombre, que los seres humanos nos agrupamos en manadas, en tribus, en naciones. Y creamos estructuras para garantizar nuestra, la del grupo, defensa.
La defensa no es una cuestión de mercado. Es una cuestión de supervivencia que implica que todos participemos de ella. Porque perteneciendo al grupo vencedor sobrevivimos nosotros… o, al menos los míos, mis hijos, mi mujer, mi familia… las personas a las que quiero y por lo que sacrifico mi vida.
Vaya… lo mismo que elegir Samsung o Nokia. Nokia ha casi desaparecido…. pero no Finlandia. No sé si lo pillas.
La defensa de los míos es un bien público.