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Algunas cuestiones disputadas sobre el anarcocapitalismo LIX: Lecturas para el verano de 2021

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Como es habitual en los meses de verano propongo una unos libros para disfrutar a la sombra, armados con lápiz y papel, de lo que entiendo son buenas lecturas. Como es habitual, no propongo lecturas ni “ligeras” ni “refrescantes”, sino libros serios en el ámbito de las ciencias sociales, para gente que ame el trabajo duro intelectual, justo en el momento en el que se le pude dedicar más tiempo que son los meses de verano.

En primer lugar me gustaría proponer un gran libro sobre población y recursos, temas que me interesan especialmente. Recomiendo en particular el libro del profesor Jesús Javier Sánchez Barricarte, El crecimiento de la población mundial: Implicaciones socioeconómicas, ecológicas y éticas, Tirant Lo Blanch , Valencia, 2008. Si bien la cuestión de los recursos ha merecido atención por parte de liberlaes y libertarios, la cuestión de la población ha sido mucho menos abordada y de ahí la pertinencia de  este trabajo. No me explico cómo no es más referenciado en nuestros ámbitos, dado su enorme interés. El estudio de la población, sus dinámicas y su relevancia económica es aquí bien abordado, muy en la línea de Julian Simon, Colin Clark o Esther Boserup, destacando las bondades del incremento de la población frente a los profestas neomalthusianos del estilo de Paul Ehrlich. Y es un tema muy pertinente que divide a la escuela austríaca, pues Mises, sin ir más lejos no era  muy partidario del incremento de la población mundial, como revela en su Acción Humana. Yo simpatizo más con las tesis del profesor Sánchez Barricarte y espero que con esta recomendación se despierte más interés entre nosotros por el tema y por la obra de este autor, que entiendo merece ser conocida y discutida.

Siempre me gusta resaltar la importancia que tiene el estudio de la historia para la adecuada comprensión de los fenómenos políticos, sociales y económicos de nuestro tiempo. De hecho buena parte de la mitología que rodea el discurso político deriva de una incorrecta compresnisón de la misma. Por ejemplo se apunta que los orígenes del capitalismo se deben a los poderes mágicos que derivan de la importación (o expolio) de unas piedras de color amarillo que, depositadas en Europa, hicieron el milagro de multiplicar varias veces su producción. O la idea de que los avances sociales y económicos de los trabajadores occidentales se debe a la lucha consciente de la clase obrera (Ojalá fuese así y con unas cuantas huelgas en Malí o el Congo esos desgraciados países  pasasen a tener el nivel de vida de los suizos). Buena parte del discurso histórico descansa en interpretaciones de este tipo que siguen condicionando el discurso actual.

Es por eso que recomeindo encarecidamente el estudio histórico a todos los interesados en nuestras teórias. Para ello nada mejor que este libro: Antonio Miguel Bernal, España, proyecto inacabado. Costes/beneficios del Imperio, Marcial Pons, 2005. Es una excelente historia económica del Imperio Hispano que deriva además de un excelente conocimiento histórico, de una buena comprensión de la teoría económica. Es muy raro ver citado a Rothbard, por ejemplo, en un estudio de este tipo pero nuestro autor lo hace (entre otros muchos autores claro está) lo que prueba que antes de embarcarse en estudios históricos ha querido entender bien fenómenos como la inflación, el comercio, la deuda pública o la intervención estatal en la moneda y el crédito. No me extraña que el libro haya sido premiado, es una excelente lectura para todos aquellos interesados en el Imperio español.

La teología no es una de las disciplinas que más se usan en nuestros ámbitos a pesar de existir todo un cuerpo teórico de teología crítica del poder estatal. Uno de estos teólogos es el anarquista cristiano William T. Cavanaugh, del que destaco uno de sus libros, El mito de la violencia religiosa, Nuevo Inicio, Granada, 2009. Es básicamente una crítica muy detallada a la idea de que las violencia padecida por Europa en la modernidad tiene una fundamentación religiosa. Nuestro autor culpa de ella sin ambages al poder político, enmascarado eso sí en causas religiosas. Es especialmente interesante como disecciona la Guerra de los 30 años, habitualmente presentada como una suerte de conflicto entre católicos y potestantes, cuando en realidad fue una lucha por la hegemonía europea entre el Imperio de los Habsburgo y sus enemigos. La prueba está en que había católicos y protestantes en ambos bandos, llegando alguno de ellos a pactar con musulmanes para desequilibrar la contienda. En conclusión un excelente trabajo de desmitificación acompañado por una muy dura crítica de la lógica estatal. Además es un texto muy útil para iniciarse en el mundo de la teología política, sobre la que algún día volveremos.

Otro libro que me gustaría mencionar es el  reciente de Andreas Malm, Capital fósil, Capitan Swing. Madrid, 2020. Supongo que podrá sorprender que situe un libro de un reputado eco-marxista en una lista de estas características, salvo que lo hiciese por su estilo literario. Es un libro marxista con buena prosa y claro en sus razonamientos, algo que por desgracia no abunda (aunque alguno hay) y dificulta el debate. Lo hago porque rara vez veo argumentos tan liberales en la pluma de un autor marxista, supongo que no de forma deliberada. Sólo Albert Otto Hirschman con sus Retóricas de la intransigencia puede  a mi entender igualarlo. Es un libro críticos con los combustibles fósiles como no puede ser menos en un ecologista marxista (para una defensa de los mismos este Instituto ha traducido el excelente libro de Alex Epstein, La cuestión moral de los combustibles fósiles).

La cuestión es que nuestro autor intenta explicar las razones por las que han triunfado lo fósiles sobre la energía hidráulica aparentemente la favorita en los comienzos de la Revolución Industrial. A pesar de su mayor desarrollo esta contaba con un gran inconveniente, el de  que su flujo no era regular, esto es una veces había demasiada agua y otras demasiado poca. Además la localización estaba supeditada a la proximidad de una corriennte de agua, a diferencia de la combustión fósil que podía ser instalada en prácticamente cualquier lugar. Y lo más curioso de todo es que nuestro autor culpa también del fracaso hidráulico a las leyes laborales del país que comenzaron a regular tanto salarios como la duración de la jornada laboral lo que le dió la puntilla final al desarrollo de la energía hidráulica. Creo que es muy tentador extraer conclusiones que son fácilmente aplicables a las modernas políticas industriales para la transición a una economía verde. Mucho me temo que podrían acabar igual que la energía hidráulica.

Catalogar a Wilhelm Ropke no es una tarea fácil. Algunos lo sitúan como uno de los padres del moderno neoliberalismo, otros como uno de los fundadores de la escuela Ordoliberal alemana, y otros como Randall Holcombe, como un miembro algo heterodoxo de la escuela austríaca. Todos tienen bastante razón aunque ninguna del todo. Por ejemplo, Ropke comparte muchos de los elementos de análisis austríacos, pero difiere en la cuestión del monopolio, causa legítima de intervención para Ropke y en algunos aspectos de política social.

Pero Ropke en algunos aspectos va más allá que los propios austríacos; sobre todo en las cuestiones que se refieren a los valores y al orden social. A Ropke le preocupan mucho más que a la mayoría de los austríacos los valores sobre los que se debe asentar una sociedad capitalista de libre mercado. De hecho el libro  suyo que recomiendo [Wilhelm Ropke, Más allá de la oferta y la demanda, Unión editorial, Madrid, 1996] bien podría ser situado en el canon de los mejores libros conservadores de todos los tiempos. No es, como indica su título, un libro sobre fundamentos de la economía sino un hermoso tratado sobre los principios que fundan y hacen prósperos a una sociedad, y estos se fundan en valores. Para que puedan existir mercados y capitalismo dignos de tal nombre es necesario ahorro derivado de valores frugales, confianza en la palabra del otro, laboriosidad etc. Sin estos valores el sistema capitalista no sólo no puede funcionar sino que ni siquiera habría surgido y la religión juega un papel fundamental en su preservación. Su crítica a la masificación urbana y su defensa de una vida de pequeños propietarios viviendo fuera de las grandes ciudades es ya mítica y supongo que discutible. Es este a mi entender el mejor de sus libros y aunque sus razonamientos económicos se aparten algo de la doctrina austríaca es sin duda uno de los pocos trabajos en nuestra tradición que pone el foco en los valores y la forma de vida propia de una sociedad liberal en el sentido clásico de esta palabra.

Cambiando un poco de tema vamos a referirnos ahora a un libro de otro austríaco más o menos heterodoxo, Oskar Morgenstern, alumno que fue del seminario de Ludwig von Mises en Viena. Los más leídos en ciencias sociales lo identificarán, junto con John von Neumann, como uno de los padres fundadores de la moderna y matemática Teoría de Juegos, que pasa por ser uno de los principales hitos de la economía y la ciencia social formalizadas. Si nos molestamos en investigar esta teoría, como hace la profesora Amadae en su Prisoners of reason, nos sorprenderá saber que no dejaba de ser uno de los muchos desarrollos teóricos que la ciencia social norteamericana, debidamente subvencionada, dedicó al combate cultural en los tiempos de la guerra fría.

Pero Morgenstern demostró en él un muy buen conocimiento de la ciencia matemática, conocimiento que va a usar en el libro que recomendamos [Oskar Morgenstern, Sobre la exactitud de las observaciones económicas, Tecnos, Madrid, 1970] para criticar las estadísticas que usan los gobiernos para intentar regular y controlar la economía y sin las cuales no podrían ni siquiera soñar hacerlo. Morgenstern ataca la propia base de las estadísticas económicas, esto es la corrección o no de los datos sobre los que trabaja. Nuestro autor afirma que muchos de los datos con que se opera, como por ejemplo los precios usados en los índices, no son correctos y si no lo son las medidas de política que se adoptan serán equivocadas ya desde sus inicios.  El problema no estaría en el tratamiento por parte de los profesionales de los datos, sino en la propia naturaleza de los mismos que, según Morgenstern, dejarían mucho que desear. Cuando leemos o interpretamos estadísticas damos por supuesto cierto rigor y que son objetivamente verdad. De hecho las usamos en discusiones y debates como prueba irrebatible de la solidez de nuestra posición como la quintaesencia de la verdad, debido a su supuesta objetividad. Más allá de que nadie se convence o cambia de opinión por una estadística pues siempre hay una contraria para rebatir, ¿que pasaría si estas son incorrectas? Este viejo libro abre muchos debates a los que sería buena idea volver.

El otro día leí unas declaraciones de un reputado polítco de la izquierda española en la que manifestaba su satisfacción por los servicios públicos que nuestro estado prestaba, según él, de forma gratuita. El estado sería así una suerte de Santa Claus o Reyes Magos que obtendrían sus recursos de la nada y los repartirían después entre la gente de buena voluntad. Entonces antes de que el estado los suplante como ha hecho con muchas otras instituciones tradicionales creo que sería buena idea conocerlos un poco. L. Frank Baum, Vida y aventuras de santa Claus, Valdemar, Madrid, 2005 es un buen comienzo. Baum fue un experto en marketing de finales del siglo XIX (cambió los diseños de los escaparates de los grandes almacenes de la época) y escritor infantil. Es muy conocido por su libro El mago del Oz en el que en una hermosa alegoría defiende el oro frente al inflacionismo de Bryan y los populistas. El libro de Baum sobre santa Claus es un hermoso relato sobre la infancia del bonachón personaje y sobre los valores de justicia social que las hadas con las que se crió le inculcaron. La descripción nos da un Santa Claus casi predecesor de Rawls con sus criterios de equidad y justicia a la hora de repartir los regalos. No se si es una buena lectura para inculcar valores a la infancia pero si es un hermoso libro.

Como contraparte tenemos a los viejos Reyes Magos que no le ofrecen al Niño Dios devaluadas letras reales ni papel del estado sino dinero sólido y duro, en forma de oro y mercancías de gran valor fácilmente negociables en la época como incienso y mirra. Recomiendo, por tanto, un olvidado libro de un olvidado autor (uno de mis favoritos sin duda) el siempre ortodoxo católico Michel Tournier, [Michel Tournier, Gaspar, Melchor y Baltasar, Edhasa, Madrid, 1997]. En el se nos recrean viejas leyendas sobre tan maravillosos seres, en una narración de gran belleza, como todas las de este autor que animo a redescubrir o a descubrir por quienes no lo conoczcan (recomiendo especialmente su  El Rey de los alisos).

Feliz verano

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