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Bitcoin frente a los bienes inmuebles como vehículo de ahorro

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Para garantizar nuestro poder adquisitivo en periodos largos de tiempo tendemos a buscar vehículos de ahorro que tengan una serie de cualidades concretas: que tengan una inflación baja, que sea costoso de crear o descubrir, que tenga poco deterioro, que sea transportable, fungibles, con bajos costes de custodia y mantenimiento, difícil de manipular y con riesgos regulatorios bajos.

El oro ha cumplido muy bien a lo largo de la historia este papel. Las acciones y la deuda pública también han servido a este propósito, al igual que el arte y otros coleccionables, pero en países como España el vehículo de ahorro principal son los bienes inmuebles. El 83 % de los españoles es propietario de una vivienda, y esto puede ser problemático dado el contexto actual. Voy a tratar de explicar, sin tratar de detallar todo, por qué Bitcoin es superior cualitativamente a los bienes inmuebles como vehículo de ahorro.

Tal y como trato de explicar en La filosofía de Bitcoin, está diseñado específicamente para preservar valor en periodos largos de tiempo, superiores a 3-4 años, y durante su corta vida ha mostrado ser superior al resto de sus alternativas para este fin, gracias a sus propiedades objetivas, no meramente a un carácter especulativo o de consenso.

¿Cuáles son estas propiedades? Bitcoin es un activo real —un bien presente—, y por ello sin riesgo de contrapartida. Es escaso, con una oferta fija conocida de antemano, y no dependiente de terceros. Es muy divisible, con una liquidez espacial muy elevada —un mercado 24/7, 365 días al año y universal—, fácil de almacenar, barato de custodiar, sin apenas costes de mantenimiento, con riesgos regulatorios bajos. También es fungible, casi imposible de manipular, fácil de verificar, no se deteriora con el tiempo (los bitcoins no envejecen —ventajas del ciberesparcio—) y resistente a la censura. Si se realizan los procedimientos adecuados, permite mantener niveles altos de privacidad. Asimismo, es fácil de transportar, sin riesgo de redenominación, difícil de confiscar, con costes de envío bajos y, algo muy importante vista la guerra de Ucrania, te permite salir por patas con tu patrimonio en tu cabeza en caso de conflicto.

Seguro que me dejo unas cuantas, pero ya podemos empezar a ver que tiene una serie de cualidades únicas, y no replicables, que convierten a Bitcoin en una alternativa al resto de opciones que hemos tenido históricamente como reserva de valor en periodos largos de tiempo.

Si comparamos los bienes inmuebles con estas propiedades de Bitcoin, nos encontramos con un activo cuya oferta y demanda dependen principalmente de las condiciones de financiación, lo que es uno de los problemas que abordaré más adelante. No es un bien divisible, por lo que en caso de que necesites recurrir a tus ahorros tendrás que liquidar el bien íntegro, no puedes acceder a una fracción de tus ahorros. Su liquidez deja bastante que desear, especialmente fuera de las ciudades globales, y tiene unos trámites burocráticos elevados. Tiene unos costes significativos de mantenimiento —reparaciones y reformas—, de custodia y vigilancia, y cotidianos —comunidad, recogida de basuras, etc.—. Además, tiene unos costes de transmisión enormes: ITP, IVA de obra nueva, notaría, plusvalía municipal, plusvalía fiscal, más lo que se le ocurra a los políticos de turno. Por si fuera poco, se encuentra en registros públicos, por lo que la privacidad es nula y su resistencia a la censura igual. Su seguridad jurídica deja mucho que desear viendo los problemas de okupas e inquilinos morosos. Al tenerlo un gran número de ciudadanos y ser inmóvil es el blanco perfecto para ser objeto de mayores impuestos. Por ser un bien fijo no se puede transportar y en caso de tener que huir de tu país ya puedes despedirte.

He pretendido analizar algunas de sus cualidades como vehículo de ahorro sin tener en cuenta el contexto actual del sector, pero si reflexionamos sobre él, caeremos rápido en la cuenta de que los bienes inmuebles pueden sufrir una caída de precios muy significativa, especialmente las viviendas fuera de las ciudades globales.

El precio de cualquier bien económico viene determinado por su oferta y por su demanda. En el contexto actual de inflación tan elevada, los ciudadanos cada vez van a tener más problemas para llegar a final de mes, por lo que tendrán que recurrir a sus ahorros para hacer frente a los gastos, y el ahorro principal de los españoles es la vivienda y otros bienes inmuebles. Por ello, cabe imaginar que la oferta crecerá significativamente, pero ¿y su demanda? Como comentaba anteriormente, la demanda de bienes inmuebles está muy relacionada con la facilidad de acceso a financiación, por lo que en el contexto de los últimos años los que tenían intención y capacidad de compra lo han hecho por unas condiciones extraordinarias para ello. Así que, por un lado, tenemos que gran parte de los potenciales compradores de vivienda ya lo han hecho. Por otro lado, ante la inevitable subida de tipos de interés, vamos a ver un endurecimiento de las condiciones de financiación, en un contexto de recesión económica e inflación —stagflation—, lo que sumado a la escasez de jóvenes por la demografía española, la precariedad laboral y las subidas de impuestos que se están preparando, crea un contexto realmente preocupante sobre la expectativa de los precios de los bienes inmuebles fuera de las ciudades globales.

Un incremento significativo de la oferta con una caída fuerte de la demanda lleva inevitablemente a una caída de los precios, de tal modo que cuando los españoles quieran acudir a sus ahorros los verán muy mermados. Y es en este contexto donde igual puede ser interesante saltar del barco antes de que se hunda y pasarse al bote salvavidas de Bitcoin.

6 Comentarios

  1. Estimado Álvaro D. María, gracias por exponer conocimientos y opinión. Me ha gustado leerte y además te diré que estoy bastante de acuerdo en tu línea de argumentación, pero permíteme (desde la ignorancia casi…) aportar matices, intentando ser organizado en mis motivaciones:
    1º Si bien estoy de acuerdo en las grandes cualidades del bitcoin, ampliemos la consideración hacia otras criptomonedas, incluso , ¿por qué no? a los NFT, por tanto la cualidad no replicable es la única con la que no estoy de acuerdo (léase este comentario que trata de aportar, no de rebatir) y la cualidad difícil de confiscar se perderá en muy breve…
    2º Cuando hablas de los inconvenientes del inmueble como valor refugio para los ahorros a medio-largo plazo, estoy de acuerdo en todos!, es decir, objetivamente comparto contigo su dificultad de acceso (por la financiación, claro…), elevado coste de mantenimiento y burocrático, indivisibilidad, falta de liquidez inmediata, inseguridad jurídica ante okupas e inquilinos morosos… y por supuesto de los inconvenientes de ser un bien raíz. Lo suscribo todo como características objetivas y dejamos contabilizado todo esto en el pasivo. Pero la exposición nos deja al descubierto un factor socio-demográfico que luego contabilizaremos en el activo, pero lo relevante es preguntar: ¿Qué sucede con las características subjetivas?
    Aquí entramos en unas consideraciones sociales, culturales, ideológicas y por qué no, posiblemente debamos dotar nuestra motivación con un «factor humano», porque no debemos olvidar que el ser humano valora más lo que ve y toca (susceptible de ser atribuible como propiedad en su clásica denominación) que lo no fungible. En la historia, el ser humano ha tendido a poseer y atesorar, y si bien estamos inmersos en una globalización, esto no ha cambiado. Creo que debemos activar en nuestro balance el factor arraigo, a pesar de parecer antieconómico, porque hablamos de seres humanos… Y pasando ahora a considerar las leyes de la economía (inexcusablemente de acuerdo con la ley de la oferta y la demanda) tampoco olvidemos que el mercado inmobiliario, tan importante en nuestro país como para que más del 80% seamos propietarios, también se regula por las mismas leyes, con lo que los desajustes entre oferta y demanda, no dejarán de ser puntuales y corregibles en el corto o medio plazo, según mi opinión y leyendo sobre el último ajuste catastral. por último, me gustaría contrarrestar la «partida demográfica» del pasivo, puesto que si el envejecimiento de Europa es un axioma, no es menos cierto que la esperanza de vida se alarga, lo que da una lugar a un grupo generacional que precisa una vivienda (arrendada o en propiedad) donde vivir esa ultima etapa, y España es país «receptor» de este segmento de ciudadanos, que debemos contabilizar en el activo.
    Finalmente, volver a agradecer este artículo que nos hace reflexionar, y si bien estamos de acuerdo en una mayoría del argumentario, no quería dejar de aportar matices que pudieran, en función de la opinión de cada lector, complementar esta redacción. Gracias!

    • Hola Fernando, podrías elaborar un poco en como la inconfiscalidad de Bitcoin se perderá el breve?
      Porque tengo entendido que una de sus cualidades más fuertes es precisamente esa, que no es confiscable.

      • Si bien es cierto que para conseguir cualquier criptomoneda (ejemplo: bitcoin, cardano, ShibaInu, etc.) deberá hacerlo por un exchange (Bit2Me, Binance, etc.) luego deberá ud. como usuaria si desea que no «sea confiscado» trasladar esas criptomonedas a una wallet fría (ejemplo: Ledger, Trezor, etc.) sucede que los exchanges tarde o temprano podrían ser sujetos de confiscación puesto que los bancos saben que se quedarán sin trabajo si siguen proliferando el tema de las criptomonedas porque tienen más características buenas que malas y sobre todo las comisiones son bajas a diferencia de su sistema centralizado. Y es ahí donde los amigazos de los bancos (Congresistas) podrían usar ese poder político para cazar a los exchanges, la mejor forma de protegerse es sacando sus criptos y tenerlos en algún lugar seguro. Saludos desde Perú.

        • Jose Taboada, también vaya a repasar lo que es BTC.
          Y no, no es cierto que la compra tenga que ser necesariamente por exchange.

    • Fernando, por favor aprenda lo que es BTC antes de aportar algo, porque tiene un cacao inmenso.

      Un saludo


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