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Champions vs. Superliga: Un análisis económico

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La economía debate -entre muchos temas- bajo qué Instituciones, normas o reglas queremos organizar la sociedad. Desde luego, siguiendo a Friedrich Hayek, la buena economía desborda la disciplina, y necesita integrarse con el derecho, las ciencias políticas y la historia, entre otras ciencias sociales, para poder aportar algo a esta pregunta.

Aplicado al deporte, o en concreto al fútbol, la economía puede decir algunas cosas. En definitiva, la discusión abarca cantidades de micro-discusiones, pero una de ellas, quizás la central es bajo qué reglas se desarrollará el fútbol mundial, o en este caso concreto, el fútbol europeo.La noticia que recorrió el mundo es que algunos grandes equipos se propusieron separar de la UEFA y crear así una Superliga. El fundamento inicial me parece que está en la coyuntura. En 2020/21 y en directa relación con la pandemia, estos grandes equipos no pudieron mantener los ingresos de años previos. Menos entradas, menos camisetas, menos derechos televisivos en la etapa en que se interrumpió el fútbol generó pérdidas millonarias en los grandes clubes.

El Presidente del Real Madrid señaló que la Superliga es la salvación, pues pondría frente a frente a los equipos más fuertes de cada liga, y con ello, la atracción sería mayor, generando más televidentes, más derechos televisivos, más ingresos. El planteo es discutible desde lo futbolístico. Si hoy queremos ver a los equipos grandes de cada Liga compitiendo entre sí, lo es porque año a año lo demuestran conquistando sus ligas, liderando los grupos y llegando a los cuartos de final de la Champions. Pero qué ocurriría si tales equipos llegaran a este torneo sin esos logros, y más bien por privilegios de fundadores de la Suerliga. Quizás el atractivo sería menor, y quizás la lógica de mayores ingresos no se cumpla.

Pero quiero abrirme de esta discusión. Quiero más bien discutir si esta propuesta de Superliga debe o no hacerse. Algunos ven a la UEFA como un monopolio, y en tal caso, sí, una contrapropuesta, una segunda UEFA abriría la competencia. Bienvenida la competencia entonces. Pero el punto es que la UEFA responde a la FIFA, y la FIFA hoy gobierna y administra el fútbol mundial. Bajo su órbita están las ligas nacionales, las copas continentales, el mundial de clubes, y también el Mundial o las copas continentales con selecciones nacionales. Crear una FIFA 2, o una UEFA 2, y una Superliga 2 es posible, aunque requiere un poder económico que desborda hoy incluso a los gigantes de Europa.

¿Se puede hacer? Potencialmente sí. En economía sabemos que cuando hay incentivos, los recursos aparecen.

¿Se debería hacer? Quizás sí, porque la FIFA está desbordada de escándalos de corrupción, lobby, privilegios, como también lo están todos los gobiernos, e incluso el Vaticano.

¿Se hará? Es difícil definirlo. Para tener una UEFA 2, me arece que se requiere una FIFA 2, y para ello más que 12 grandes clubes se requiere acuerdos globales que exceden a este puñado de gigantes de Europa.

Por otro lado, no veo en la FIFA un monopolio, y si lo es, no es otra cosa que un monopolio de mercado. Sí, hoy tiene enorme poder y administra el fútbol global. Pero también es cierto que no existen barraras de entrada o impedimentos para que otras federaciones se funden, e intentan administrar nuevas ligas y competiciones.Por lo pronto, me animo a concluir que este proyecto de Superliga ha lanzado una piedra y las consecuencias apenas están emergiendo. Primeros Ministros, estrellas del fútbol global, líderes de empresas globales ya se han pronunciado. Pero la discusión continúa. No se está discutiendo sólo si la Superliga es más atractiva que la Champions. Se está iniciando un debate acerca de cómo organizar el fútbol global. Y en esto la apuesta puede salir mal a los creadores de la Superliga, pues hay otros deportes que con otras reglas, han sabido reducir la competencia de dinero, y bajar el debate a una competencia en el campo. Estudien por ejemplo la organización del Fútbol americano donde el último de la tabla es el primero en poder elegir las incorporaciones del año siguiente para emparejar la competencia. No digo que sean reglas superadoras, pero sin duda son alternativas que también se van a barajar, colocando topes en los ingresos, y quizás reduciendo el poder económico que hoy tienen los gigantes de Europa.

La FIFA no lo hace bien, pero puede ser peor. Me recuerda a Hayek cuando analizaba el Patrón Oro. No era un sistema perfecto, por supuesto, pero el nacionalismo monetario es una alternativa lamentablemente peor y hoy lo estamos sufriendo.

1 Comentario

  1. Superliga sí, pero con tres condiciones:
    1º Presencia obligatoria de un mínimo de seis futbolistas transexuales en cada partido.
    2º Todos los miembros del equipo de fútbol, junta directiva inclusive, deben ser obligados a ser veganos crudívoros. Si incumplen la dieta, el club será descalificado de la competición y los miembros de la junta directiva serán transformados en croquetas para perros.
    3º Los árbitros deben ser reemplazados por robots T1000, de esos con habilidad para cambiar su estado material. La tarjeta roja directa debe ser sustituida por el empalamiento instantáneo.

    Todo sea por un mundo más ecológico, más inclusivo y con justicia automática regida por inteligencia artificial. ¡El dinero no lo es todo!


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