Vas conduciendo y un coche que vas a adelantar pone el intermitente y, sin mirar, se mete en tu carril haciendo que des un volantazo… O en medio de una autopista un coche ralentiza su marcha para que el conductor vea un cartel, provocando el caos. Tercer caso, un maravilloso sitio para aparcar, metros y metros de espacio para maniobrar y allí en medio, un bonito Cinquecento a casi un metro del bordillo o subido en el… A todos nos ha pasado, hemos visto situaciones así.
Y, honestamente, si tuvieseis que apostar vuestro dinero acerca del sexo del conductor de los casos anteriores, ¿por quién apostaríais? ¿Era un hombre o mujer el conductor?
La respuesta sincera es evidente, aunque políticamente incorrecta. El conductor era una mujer. No hay duda, son tres casos típicos de mujeres al volante. O, mejor dicho, churris al volante, para seguir con el tono políticamente incorrecto del artículo.
Y esto mismo, identificar patrones diferenciados, para adaptar su oferta al mercado, es decir, jugándose su dinero, es lo que hizo la red de autoescuelas del Real Automóvil Club de Cataluña en Zaragoza hace algunos meses… Efectivamente, habiendo detectado que las mujeres, como media, tardaban más en sacarse el carnet y necesitaban más horas de clase, el RACC estableció dos precios cerrados y garantizados en función del sexo. Así, los varones pagarían 665 € y las mujeres 850 €.
La respuesta de los guardianes de lo políticamente correcto no se hizo esperar… Desde la Dirección General de Consumo del Gobierno aragonés, y a instancias de la UCA, Unión de Consumidores de Aragón, se abrió expediente a las autoescuelas. Se les acusó nada más y nada menos que de violar el artículo 14 de la Constitución que garantiza la igualdad de hombres y mujeres ante la ley (no sabía que las tarifas de autoescuela fueran leyes…), así como de saltarse la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres en el Acceso a Bienes y Servicios de 2007, otro gran logro zapateril del año 2007… ¡Toma ya!
Pero no pensemos que estamos ante un caso de feminismo exacerbado militante. La propia UCA ya valoró positivamente la decisión de la Unión Europea de prohibir a las aseguradoras de automóviles que tuvieran en cuenta el sexo de sus clientes a la hora de contratar las pólizas, aunque en este caso eran las mujeres las beneficiadas, dada su menor propensión a los accidentes, y habrían podido acceder a unas cuotas más baratas.
Estamos simplemente ante un nuevo caso de intervencionismo exacerbado militante, un caso de "igualitarismo" absurdo que solo consigue perjudicar tanto a los clientes como a las empresas que dan el servicio, impidiendo de forma artificial que la oferta se adecúe a la demanda…
Está claro, ni el Gobierno de Aragón ni la UCA ni, por supuesto, la Unión Europea se juegan su dinero…
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!