Criticar un coeficiente del 100% sobre la experiencia de la reserva fraccionaria, o a la banca libre sobre los resultados de una banca controlada por un órgano centralizado, es un error muy chocante.
Los bancos centrales y la regulación financiera están en entredicho. La principal justificación tanto de la institución reguladora como de la normativa es evitar las crisis económicas, sobre la cual se le han sumado otros objetivos como el pleno empleo y, más recientemente, el control de la inflación. La gran depresión que hemos sufrido desde 2007 demuestra que el sistema financiero actual ha fracasado. La crítica que se impuso desde la nube de medios de comunicación, casi una petición de principio, fue la de que el responsable había sido el mercado. Lo cual obligaba a suponer, y a decir sin necesidad de ofrecer prueba alguna, que ese mercado actuaba sin regulación.
No es, claro está, la única. También hay propuestas que van en otro sentido, como la imposición de un coeficiente de caja del 100 por cien, o la eliminación de los bancos centrales. Un informe elaborado por el banco francés Natixis toma nota precisamente de estas dos propuestas, y ello tiene el suficiente interés como para recogerlo.
En concreto, lo que dice el banco es que “el debate actual” gira en torno a “dos reformas de política monetaria extremas y opuestas”. Estas son: “Una reforma extremadamente reguladora: El dinero del 100 por ciento. Se pediría a los bancos un coeficiente de reserva del 100 por ciento, lo que significa que todo el dinero en circulación sería creado por los bancos centrales y los bancos, simplemente, analizarían el riesgo del prestamista”. La otra es “una reforma liberal extrema: Se eliminarían los bancos centrales y sólo los bancos crearían dinero, que estarían controlados por los prestamistas y depositantes (según la lógica del bail-in), sin una regulación específica”.
Veamos qué piensa el servicio de estudios del banco de estas dos propuestas. Sobre la primera, dice que los depósitos coincidirían con los fondos prestables, y los dos con la base monetaria. El informe no distingue entre un depósito y un préstamo, mientras que el primero se recupera a la vista, el segundo supone una renuncia durante un tiempo a su disposición, tiempo durante el cual esos fondos se destinan a la inversión. Madurada esa inversión durante el plazo del préstamo (roll over aparte), se obtendrán en el mejor de los casos los réditos suficientes como para devolver el principal más los intereses del préstamo, y más un beneficio (o menos unas pérdidas). En estas condiciones, el coeficiente de caja del 100 por cien no implica que los préstamos coincidan con los depósitos, sino que el banco hace de intermediario financiero, y los fondos que recibe a plazo los presta en el mismo plazo, y obtiene por esa intermediación una comisión. Lo relevante, en realidad, es que los plazos casen, y no se descalcen.
Con una reserva plena de los depósitos, “no hay dinero creado por los bancos”, y este es precisamente el objetivo de esta reforma, tal como lo ve Natixis. En una situación así, la evolución de su oferta depende por completo de las decisiones del Banco Central, y habría una situación muy diferente a la actual, “en la que la base monetaria es una fracción muy pequeña de la oferta monetaria”.
La otra reforma es la “ultra liberal” según la cual “se elimina el banco central y las regulaciones quedan abolidas”. Eso no quiere decir que no haya control pues “están disciplinados por los accionistas, prestamistas y depositantes”. Éstos pueden “retirar sus depósitos a los bancos más seguros a expensas de los que tengan más riesgos”. Esta reforma evitaría que los bancos centrales coordinasen un aumento de la oferta, y obligaría a los bancos a auto disciplinarse.
El banco rechaza las dos posiciones. La primera porque los bancos centrales han demostrado ser incapaces de controlar la oferta monetaria. No lo han sido, pero ello no demuestra que no pudieran hacerlo con unas condiciones muy diferentes, como es la eliminación de la reserva fraccionaria. Más peregrina es la crítica a la banca libre, después de dejar caer cuál es la lógica detrás de esa posición. La rechazan porque la banca estaba “escasamente regulada” antes de 2008, y ello llevó a unas crisis de exceso de deuda y, en última instancia, a crisis bancarias. Dejando a un lado si había exceso o carencia de regulación bancaria, lo que es evidente es que había bancos centrales, por lo que el resultado no se puede achacar a la banca libre.
Todo ello aparte del hecho de que las dos medidas no son necesariamente antitéticas, como lo prueba el hecho de que autores como Murray N. Rothbard o Jesús Huerta de Soto proponen precisamente la combinación de las dos medidas: Una banca libre con una reserva de caja del 100 por ciento.
El análisis de Natixis resulta muy decepcionante, no ya por la falta de referencias o el desconocimiento de los argumentos más relevantes, sino por sus críticas a las dos reformas a partir de unos resultados históricos en circunstancias muy distintas a las de éstas: Achacar unos resultados negativos a un coeficiente del 100 por ciento de caja sobre la experiencia de la reserva fraccionaria, o a la banca libre sobre los resultados de una banca controlada por un órgano centralizado, es un error muy chocante.
No obstante, resulta interesante. No por su análisis, sino por el hecho de que preste atención y contribuya al debate de la reforma del sistema financiero sobre esas bases.
7 Comentarios
Es un banco con su larga
Es un banco con su larga experiencia bancaria opinando sobre su propio negocio que debería conocer mejor que nadie. Rallo and Huerta please coment!!!!!!
¿Cómo que “las dos medidas no
¿Cómo que “las dos medidas no son necesariamente antitéticas”? “La libertad no se opone necesariamente a la probidad” tampoco sería expresión muy afortunada, por cuanto sugiere que tal vez pudiera hacerlo eventualmente, lo cual no es cierto. La banca libre no es que no esté necesariamente reñida con el coeficiente de caja del cien por cien: con lo que está radicalmente reñida es con estafar a los clientes descalzando plazos, o sea, con la aplicación unilateral o fuera de contrato de la reserva fraccionaria.
En esta historia se aprecia un error de concepto básico: confundir regulación con la proscripción del fraude o, en este caso, imposición profiláctica del coeficiente de caja del cien por cien, inevitable consecuencia espontánea de una banca no intervenida y sin prestamistas de última instancia. Tampoco es cierto que la banca libre pueda crear dinero; podrá crear a lo sumo medios de pago rechazables por el mercado si no resultan solventes.
No me sorprende nada que un informe burocrático no tenga ni píes ni cabeza, pero sí que alguien lo contemple esperanzado y suponga que contribuye al debate y no a la confusión.
Señor Jose Carlos Diez, es
Señor Jose Carlos Diez, es usted un peligro.
Para empezar, usted comienza expresando que una de las CAUSAS plausives (en principio) de la crisis financiera es la falta de regulación bancaria:
«La crítica que se impuso desde la nube de medios de comunicación, casi una petición de principio, fue la de que el responsable había sido el mercado. Lo cual obligaba a suponer, y a decir sin necesidad de ofrecer prueba alguna, que ese mercado actuaba sin regulación».
ACTO SEGUIDO, usted trata (con intención de PARECER objetivo), exponer OTRAS posibles CAUSAS y para ello usted pasa a exponer las MEDIDAS que proponen los que defienden ALGUNAS de las otras CAUSAS:
«No es, claro está, la única. También hay propuestas que van en otro sentido, como la imposición de un coeficiente de caja del 100 por cien, o la eliminación de los bancos centrales».
De esta forma, cualquier lector que sólo haya escuhado a Cintora, a usted y la Sexta, ya piensa que usted a expuesto diferentes (al menos dos) posibles CAUSAS MUTUAMENTE EXCLUYENTES a un mismo estado de cosas, cosa que no ha hecho, y por tanto puede creer este lector que si sigue leyendo va a leer algo presentado como una análisis de diferentes POSIBLES CAUSAS de una situación economica concreata AL MENOS con coherencia formal.
Vaya usted a timar a otro sitio. Supongo que le han publicado aquí por ese intento nuevo de hacer las ideas de la libertad más «accesibles» a la manada socialdemócrata. Pues ale, ya tienen ustedes algo inutil que hacer durante 5 minutos en su vida: leer este panfleto del señor Jose Carlos Diez.
Una vez me dijeron que habían
Una vez me dijeron que habían comprado este libro mío:
m.casadellibro.com/libro-la-economia-no-da-la-felicidad/9788401343216/2489962
Pero me hizo menos ilusión de la que creía mi interlocutor
Berdonio, entiendo
Berdonio, entiendo perfectamente tu crítica. Pero hay cuestiones que voluntariamente he dejado de lado, como algunos aspectos jurídicos como el que has señalado. Simplemente, me quería centrar en otros aspectos. Quizá hubiera sido bueno añadir las distinciones jurídicas entre el préstamo y el depósito y la diferencia entre el estatuto jurídico del depósito y la regulación. Pero preferí dejarlo de lado para centrarme en otras críticas.
Por otro lado, crees que contribuye más a la confusión que al debate. El informe tiene graves errores metodológicos y de concepto. Pero si da ocasión a que alguien los señale, entonces entiendo que sí hay una contribución al debate.
Ya, pero, al omitir esos
Ya, pero, al omitir esos aspectos, parece como que el artículo no remata y frustra algo al lector más “hooligan”. El informe de marras no invita en realidad a cuestionar los bancos centrales ni la regulación financiera y embrolla con despropósitos dignos tal vez de crítica más contundente o de oportunas explicaciones como las de César.
Celebraría leer artículos así en medios convencionales, pero aquí me dio la sensación de que podía ser más incisivo, de ahí mi apostilla.
Estimado Rodriguez :
Estimado Rodriguez : estábamos todos esperando tu «descargo» a la criticas «imputaitivas» de Berdonio y otros. Y las justifico porque tu articulo en un 90% a comenta la natural posición reguladora y dirigista del sistema monetario, expresado por uno de sus tantos su interlocutores adictos , el banco (Natixis)- Obviamente no puedes esperar aqui otros elogios como el que tuvo tu articulo.
Te resumo mi punto de vista: tu titulo es correcto, (pero no políticamente:)) . El descalce no es el problema de los ciclos porque el libre mercado los supera (Rallo) . El problema es que la gatopardista teoría de la liquidez debería reconocer (decir sin el eufemismo de la corrección política ) que es el monopolio de emisión + el descalce, la causa de los ciclos económicos. Ni el descalce de plazos ni la reserva fraccionaria causarían las crisis recurrentes, si los bancos centrales cerraran sus puertas. La reserva fraccionaria solo causa fluctuaciones (Hayek) no ciclos. Sin bancos centrales y con banca libre (libre competencia!!) los propios bancos se cuidarían muy bien de sobreofertar dinero que no tienen, amparándose en el prestamista de última instancia que los incentiva al mal manejo administrativo del descalce para cebar el sistema financiero con exceso de crédito y asi “impuslar” la economía keynesiana de la falacia del consumo, Y vuelve el cántaro a la fuente
El problema, hay que decirle a Fekete y otros economistas liberales a medias, son los bancos centrales . Es el único problema. Y es Institucionalmente político, Es el dirigismo, la regulación política ad hoc de las oligarquías de la democracia de turno.
Saludos.