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Crónica desde Aranjuez

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Voy a referirme en esta columna a los Cursos de la URJC en Aranjuez, donde el IJM celebró su IV Universidad de Verano la penúltima semana de julio. Resumiré aquí la primera Jornada que tuvo lugar el lunes día 20, coincidiendo con las noticias tergiversadas del diario Público acerca del Instituto y el informe sobre energías renovables (sobre lo que se pueden leer las puntualizaciones de las notas de prensa y un artículo del presidente publicado justo ese mismo día en la página web).

Esa mañana se estuvo tratando sobre La tradición liberal. Gabriel Calzada abría las intervenciones con su ponencia sobre Juan de Mariana, dado que este año se celebran los 400 años de su tratado De monetae mutatione. Lo que el Instituto va a conmemorar con una edición trilingüe del texto (latín, español e inglés) al tiempo que participa en la organización del evento del Mises Institute "Salamanca: cuna de la teoría económica".

Después de resumir la vida y circunstancias históricas del Padre Mariana, Calzada explicó por qué son destacables algunas aportaciones de la Escuela de Salamanca a la tradición liberal, recordando las observaciones de Schumpeter, Mises o Hayek: desde las reflexiones más teóricas sobre la teoría del valor, del dinero y de los precios hasta sus consideraciones sobre los límites del estado y del poder político; sobre los ámbitos de decisión del individuo; sobre la coordinación espontánea de la sociedad; o sobre los mecanismos de cooperación y división del conocimiento como forma de luchar contra la escasez.

Mariana destacó particularmente, lo sabemos ya bien en esta web, por su oposición al resellado y alteración metálica de las monedas, demostrando que era una forma ilegítima de obtener dinero de los súbditos; aparte del efecto distorsionador que producía en los precios, en los cambios y en el comercio. Como después ha quedado bien patente, este tipo de inflación es sencillamente un impuesto injusto y peligroso para la estabilidad económica.

El recorrido histórico de La tradición liberal siguió por la tarde por sendas conferencias de Paloma de la Nuez y de quien suscribe estas líneas. En mi caso, me referí a cómo llegó el pensamiento escolástico español hasta la Ilustración Escocesa, a través de los llamados filósofos iusnaturalistas (Hugo Grocio y Samuel Pufendorf) del siglo XVII. Y es que podemos rastrear perfectamente la pervivencia de muchas ideas salmantinas en los maestros de Adam Smith: Gershom Carmichael o Francis Hutcheson. En esta ocasión lo vimos en torno al concepto de valor y de común estimación, que muestran una sorprendente continuidad a lo largo de casi trescientos años; así como en el análisis del precio y los factores que intervienen en su composición.

Paloma de la Nuez, profesora en la URJC, nos llevó hasta el más cercano pensamiento político de Friedrich Hayek recordando su permanente vida de académico heterodoxo. Aunque recibiría el Premio Nobel de Economía en 1974, Hayek estuvo casi siempre al margen de las ideas "políticamente correctas" que triunfaron a lo largo de su biografía: desde la trágica aventura social-comunista (también denunciada por Mises), la propuesta keynesiana ante la Gran Depresión, o la consiguiente fascinación por el Welfare State después de la II Guerra Mundial. Sin embargo, el tiempo le ha venido dando la razón, demostrando que la verdadera tradición liberal es lo que ha permitido la superioridad de Occidente; ya que radica en sus mayores cotas de libertad.

La ponencia de la doctora De la Nuez suscitó un copioso debate; lo mismo que las dos intervenciones del profesor compostelano Miguel Anxo Bastos. Con un estilo vitalista y lleno de fuerza reflexionó en voz alta sobre la libertad individual y la naturaleza del Estado. Explicaba que encuentra una carencia en la Escuela Austriaca: su Teoría del Estado. A pesar de todas las prevenciones hacia el abuso de poder, desde esa visión del "monopolio de la violencia legítima", considera que tan solo Rothbard formuló una teoría completa; claro que desde su perspectiva quasi-anarquista.

Para Bastos, el Estado es el enemigo de la libertad. Por tanto, hay que educar a la sociedad en una sana desconfianza hacia los poderes públicos. Particularmente en el aspecto económico, ya que no deberíamos hablar de "fallos del mercado" para justificar la existencia del Estado: si verdaderamente se dan intercambios libres entre los individuos, aquello no puede considerarse ineficiente (aunque lo matizaba con algunas consideraciones de tipo ético).

En definitiva, Bastos considera que no se puede justificar la existencia del Estado, ya que se ha convertido en una máquina de predación. Su herramienta es la violencia, como bien subraya la frase de Bourne: "la guerra es la salud del Estado" (que explicaba hace tiempo y con más detalle José Carlos Rodríguez en estos comentarios).

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