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¿Derechos de los animales? Réplica a Manuel de la Herrán Gascón

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El liberalismo lo que protege es el derecho de las personas a llevar a cabo su plan vital.

Uno es muy libre de promover la extensión de derechos a animales, árboles, plantas e, incluso, al planeta Tierra en su conjunto (recordemos la delirante hipótesis Gaia). Pero semejante postura no debería ser defendida en nombre del liberalismo, como recientemente ha hecho en esta casa Manuel de la Herrán Gascón.

Tal vez la definición de liberalismo más completa y acertada, popularizada por Juan Ramón Rallo, es la del filósofo australiano de origen malasio Chandran Kukathas:

El término liberalismo se identifica con un paradigma político que responde a la diversidad humana mediante la defensa de instituciones que permitan la coexistencia de distintas creencias y modos de vida; el liberalismo acepta la pluralidad de esas creencias y modos de vida (la multiplicidad de valores religiosos y morales en el mundo moderno) y promueve la tolerancia. El liberalismo se diferencia de otras filosofías políticas en que rechaza la idea de un orden social orgánico y espiritualmente unificado, dentro del cual los intereses de los individuos se alinean en perfecta armonía con los intereses de la comunidad. Los individuos poseen fines distintos y no existe un único objetivo común que todos deben compartir; y necesariamente estos fines suelen entrar en conflicto. La cuestión a resolver desde un punto de vista liberal es la de cómo regular, y no la de cómo erradicar, tales conflictos.

Una concepción del liberalismo, como podemos comprobar, en la que no aparecen animales ni plantas por ningún lado. Únicamente se hace referencia a la diversidad a la que se enfrentan los seres humanos y a las instituciones encargadas de regular los inevitables conflictos que surgen en un entorno de tal multiplicidad de valores personales. Y es que el liberalismo, un conjunto de ideas de seres humanos que aparece en un momento determinado de la historia de la humanidad, coloca el foco en que las personas —no los cerdos, no los alcornoques— puedan desarrollar libremente su plan de vida, en un marco institucional de respeto a la propiedad privada y al principio de no agresión… a otras personas.

El liberalismo, por tanto, lo que protege es el derecho de las personas a llevar a cabo su plan vital. Las personas, en el liberalismo, son acreedoras de ese derecho porque a priori se les puede exigir que respeten el derecho de las demás personas a hacer lo propio (los animales carecen por completo de responsabilidad). Es cierto que en no todas las fases de la persona —la infancia o la niñez— ni en todas las personas —los disminuidos mentales— se cumple esa correspondencia entre derecho a no ser agredido y asunción de respetar a los demás, pero, en cualquier caso, el liberalismo protege a bebés, niños o disminuidos mentales por el hecho de ser personas. No tengo muy clara la respuesta del liberalismo a una llegada de extraterrestres con una capacidad de entendimiento similar a la nuestra. Pero sí sé que el liberalismo se centra en las personas y en las instituciones que facilitan su convivencia en paz.

Las derivadas de posturas como las que defiende nuestro comentarista, que lo orienta todo a evitar el sufrimiento de los animales, resultan inquietantes. Al menos desde un punto de vista liberal. ¿Cabría, por tanto, encarcelar al promotor que no ha agredido a ninguna persona pero que ha organizado una corrida de toros? ¿Y al ganadero que tiene completamente estabuladas a sus vacas, permitiendo tan solo que se levanten y se acuesten? ¿Todos los animales tienen derecho a no sufrir? ¿Cuáles sí y cuáles no? ¿Qué sucede con los animales, como los leones a las cebras, que «agreden» a otros animales? ¿Quién decide sobre estos asuntos? ¿Los políticos?

Un último apunte: considerar que los animales carecen de derechos, defender que la única respuesta a la cuestión animal es la correcta asignación de derechos de propiedad y el respeto al principio de no agresión entre personas, no supone aplaudir el maltrato a los animales (partiendo siempre de que es difícil establecer qué es maltrato y qué no). Pero la salida no consiste en atribuir derechos, sino, en todo caso, en promover boicots sociales a aquellas personas o entidades que lleven a cabo prácticas aberrantes con los animales.

13 Comentarios

  1. Cuando alguien llega a una
    Cuando alguien llega a una verdad y la considera universal, justa y buena, pretende imponerla a todo el mundo.
    Como concienciar a todo el mundo es un trabajo infinito y con algunos imposible, el plan consiste en formar organizaciones que promuevan leyes que el Estado haga cumplir a todos.
    De este modo, personas que no agreden a otras personas y que respetan su forma de vivir, se ven obligados a vivir según ajenos principios, los de quienes manejan la ideología, la política, el gobierno y la fuerza del Estado, con solvencia.
    Un liberal puede ser animalista si no promueve leyes animalistas, lo que, sin ser imposible, es extraordinariamente poco probable.

  2. Dices: «…personas que no
    Dices: «…personas que no agreden a otras personas y que respetan su forma de vivir…»

    Pero tal como yo digo en el artículo:

    «Desde la ética y la imparcialidad propias del liberalismo, deberíamos dejar de usar animales en nuestro provecho y considerarlos como sujetos de derecho (si se quiere, “personas” o como se les quiera llamar).»

    Los animales son tan personas como nosotros en el sentido de tener intereses (sintiencia, sensibilidad…), como lo quieran llamar.

    Y a su vez, nosotros somos animales. Es mucho lo que nos une: un mismo origen evolutivo y con algunas especies, una gran semejanza y proximidad genética. Somos muy, muy animales. Aunque nuestro elevado intelecto nos haga despreciar el cuerpo, él ya se encarga de recordárnoslo a diario.

    • Hola Manuel,
      Hola Manuel,
      Estas disquisiciones que nos traemos son entre personas. No entre animales y personas, porque las diferencias, por ínfimas que sean, les impiden concebir el concepto de sujeto de derecho y exigirlo.
      Tú les concedes unos derechos graciosamente y sin consultar, derechos que serán efectivos si consigues el consenso entre las personas.
      Es el modo en el que pretendas conseguir la unanimidad de las personas lo que define tu liberalidad. ¿Consenso forzoso mediante la imposición legal?
      Un saludo.

    • Como digo en mi artículo,
      Como digo en mi artículo, tampoco los bebés humanos, o los adultos humanos con graves problemas mentales pueden hacer cosas como «concebir el concepto de sujeto de derecho y exigirlo» y no por ello es justo esclavizarlos.

    • Hola Manuel,
      Hola Manuel,
      Cuando conceptualizamos los derechos de las personas en función de sus capacidades no nos referimos a ningún individuo en concreto. Tus derechos como ser humano no los pierdes por tener un accidente y quedarte en coma, dios no lo quiera, aunque entonces dejes de poder exigirlos.
      Un saludo.

  3. Creo que la ética liberal por
    Creo que la ética liberal por sí misma no puede esclarecer quiénes son los sujetos de derecho ni cuál el rango aceptable de apropiación y privatización de bienes naturales. Al igual que, por ejemplo, no compete a la teoría democrática informar sobre qué votar o quiénes pueden hacerlo. Se trata de cuestiones previas que requieren de consenso y en todo caso debería dilucidar una teoría más general y omnisciente donde subsumir la teoría de la libertad.

    El canibalismo y no considerar persona a los humanos de la otra tribu eran costumbres muy comunes hasta hace relativamente no mucho. Pero avanzamos. Creo correcta la tesis fundamental de Robert Wright y asimilados (no algunos aspectos, como sus divagaciones sobre el gobierno mundial o la conveniencia de ralentizar la globalización): la evolución biológica y cultural no se asemeja al andar de un borracho; por el contrario muestra un sentido bien definido, complejidades crecientes espoleadas por dinámicas de suma positiva. Según esto, la progresiva ampliación de derecho, lejos de ser casualidad, responde a una inequívoca lógica de teoría de juegos. Hoy no es el día de hablar de los derechos del alcornoque, pero sí tal vez de comprender que no es un disparate considerar que ese día llegue.

    Aunque en rigor no sería pertinente atribuir más o menos calidad liberal al animalismo per se, parece que algo no cuadra. ¿Acaso no parece más liberal, verbigracia, considerar sujeto de derecho a toda la humanidad que sólo a una parte? Eso es porque colamos de rondón, asumimos implícita e intuitivamente, un “quinto axioma de Euclides” que de modo absurdo desearíamos demostrar. Ese “quinto axioma” podría ser la tesis de Wright, la aditividad positiva señalando el progreso.

    Bueno, resumiendo; considerar sujeto de algún derecho a los animales no es más liberal (tampoco menos), pero es más “evolucionado”. Y no olvidemos que, en definitiva, somos liberales porque es más “evolucionado” que no serlo.

  4. Por favor, idos a
    Por favor, idos a autocomplaceros a vuestros clubs del unicornio. Los animales no son personas, punto número uno. Que sientan y que tengan intereses no les da derecho a nada, punto dos. El derecho matriz de la vida que quieren extender ustedes a toda la fauna, obliga a todos los humanos a ser veganos por decreto, punto tres. El acabose ya es leer que no es un disparate considerar que un día se hable de los derechos del alcornoque, quitamos la flora entonces y nos alimentamos del sol, y cuatro. Despierten de una vez y pisen el suelo, por favor.

    • René:
      René:
      No es el acabose, se puede superar: ¿qué opinas de los derechos de las piedras? ¿No te parece más idiota aun? Los derechos del chimpancé ya no escandalizan tanto como los del alcornoque, y los del neandertal, si quedara alguno, menos todavía. ¿Acaso es un disparate considerar que tiene más derecho a la vida un niño sano que un viejo aquejado de enfermedad terminal? El derecho a no ser agredido admite grado y subjetividad, no es cuestión de blanco o negro; dónde situemos la frontera será, por tanto, convencional, y siempre podremos avanzar un poco más.

      ¿Por qué limitar a priori ese avance? Si hemos decidido que es bueno caminar en una dirección y se puede continuar ¿por qué pararse? Si creemos que el Estado es malo ¿por qué no perseverar en su reducción sin límites infranqueables? Los liberales minarquistas en sus distintas versiones, pero siempre garantizando a la agresión (contra las personas o cualquier bicho viviente) su espacio de impunidad, sí que sois absurdos y una absoluta contradicción en los términos con patas.

      Sobre tus puntos, el primero es una obviedad que no viene al caso. El segundo lo podría suscribir cualquier desalmado; estoy seguro de que tú no lo eres, por lo que pienso debería preocuparte esa coincidencia. El tercero no pasa de mero prejuicio o confección de un hombre de paja: se puede muy bien cuestionar las exclusiones a priori y absolutas del derecho a no sufrir violencia sin pretender imponer extemporaneidades. Al menos hasta que la ciencia y la tecnología nos libere cultivando materia orgánica, debemos, claro está, alimentarnos de plantas y animales; pero también deberíamos empezar a respetar ALGO a esos seres que tan grandes servicios nos prestan.

      Si es un disparate considerar que un día se hable de los derechos del alcornoque lo llevamos clarito. Porque hay más estúpidos y alcornoques que escombro, somos legión, y es triste pensar que las mentes superiores (de otra galaxia o de otra rama evolutiva) no serán benevolentes con nosotros. Digo más, aunque no pudieran existir seres inteligentes de verdad tampoco tendríamos futuro, pues, como es lógico, las civilizaciones de psicópatas se autodestruyen: necesitamos genes de empatía creciente, no hay tu tía.

  5. Estoy dispuesto a admitir que
    Estoy dispuesto a admitir que la tauromaquia es maltrato animal, si los ecologistas están dispuestos a conceder
    que se considere maltrato animal el cobrar impuestos al animal humano o meterlo en una cárcel si no los paga.

    ¿A que no cuela?

    • Eso es «echar balones fuera».
      Eso es «echar balones fuera». El comentario es simpático, pero evita el asunto que estamos tratando. Creo que hay muchos otros hilos donde tratar ese tema.

    • Anónimo:
      Trato hecho

      Anónimo:

      Trato hecho

  6. Manuel, no se si conoces el
    Manuel, no se si conoces el libro «ecología de mercado», personalmente me gusto bastante, y te permite conocer experiencias pasadas y presentes en las que la naturaleza es protegida mucho más eficazmente por el sector privado y por los incentivos de mercado.
    Pero regresando al tema que nos ocupa, creo que puesto que tu objetivo ultimo es minimizar el sufrimiento, más que enfocarte en entelequias imposibles, deberías procurar buscar soluciones de mercado. Por ejemplo creando un código voluntario de trato a los animales que compagine sentido común y empatia. Que las empresas puedan conseguir un certificado que las acredite como respetuosas del bienestar animal. A lo que me estoy refiriendo es a mataderos que utilicen métodos indoloros, o granjas que usen métodos de crianza que no generen un alto estrés. Por otro lado, aunque los animales no accederán nunca derechos, su calidad de vida mejorara notablemente en el futuro por tres motivos, el primero la aplicación de los estándares de bienestar animal (una cantidad de gente cada vez mayor o será vegetariana o por lo menos se preocupara de minimizar el sufrimiento); en segundo lugar la cada vez mayor marginalidad de los deportes que se basan en el maltrato animal, y por ultimo y más revolucionario el cultivo de carne a nivel industrial. Una consecuencia de lo anterior será una drástica disminución de todas las especies no humanas (ya que su utilidad disminuirá), aunque por otro lado vivirán mejor, en reservas, o zoológicos de gran tamaño.


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