Skip to content

Día de la mujer: poca libertad

Compartir

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en twitter
Compartir en pinterest
Compartir en email

En el Día Internacional de la Mujer ha abundado lo políticamente correcto, la indignación moral, la protesta reivindicativa, la pose progresista y el feminismo colectivista.

La causa de la libertad de la mujer es parte de la causa más amplia de la libertad en general. El liberalismo defiende los derechos y deberes de la mujer igual que los del hombre porque son los mismos: libertad, propiedad, no agresión (y compensación por las agresiones sufridas), y cumplimiento de los contratos voluntariamente pactados; lo que no acepta es derechos especiales o privilegios de unos a costa de otros. La igualdad ante la ley que respete la libertad individual y los derechos de propiedad ya incluye los derechos de las mujeres como idénticos a los de los hombres, porque el género o sexo son irrelevantes para el carácter de sujeto ético.

De forma variable según los diferentes grupos humanos, las mujeres han sido y son víctimas relativamente más frecuentes o sistemáticas de agresiones, discriminaciones, prohibiciones u obligaciones contrarias a la libertad: asesinatos, violaciones, abusos sexuales, mutilación genital, diferentes derechos civiles o políticos, subordinación coactiva a los hombres. Estas mujeres tienen derecho a reclamar su libertad y a quitarse de encima a sus opresores, posiblemente con ayuda de otras personas que quieran solidarizarse con ellas. Sin embargo ninguna persona tiene ningún derecho a exigir nada a quienes no las han agredido ni son responsables de sus problemas, y algunas personas pueden hacerse las víctimas sin serlo en realidad para de este modo conseguir simpatías y ventajas.

Muchas agresiones contra la mujer son directamente responsabilidad de ciertos Estados más o menos autoritarios, y en otras el Estado burocrático y funcionarial (policía, justicia) muestra su incompetencia para defenderlas. Muchas situaciones de pobreza, que afectan más intensamente a las mujeres, se deben al carácter nocivo de ideologías colectivistas, socialistas y comunistas. Por otro lado algunos Estados discriminan de forma ilegítima a favor de las mujeres, con obligaciones como cuotas o leyes de paridad.

En el Día Internacional de la Mujer han abundado las declaraciones solemnes, altisonantes, grandilocuentes; lo políticamente correcto, la indignación moral, la protesta reivindicativa, la pose progresista y el feminismo colectivista e intervencionista; las declaraciones de solidaridad sin asumir ningún coste real; el postureo, la superioridad moral, el aplauso a uno mismo y a los de mi cuerda, las señales de lealtad y pertenencia al grupo, los intentos de mejorar la propia reputación y el estatus social estando a favor del bien y en contra del mal; los guiños a las mujeres para caerles mejor y quizás así ligar más. Se ha reclamado igualdad, pero no ante la ley, sino mediante la ley. Han escaseado la libertad y la inteligencia, y ha habido poca o nula defensa de la responsabilidad y la tolerancia: los culpables siempre son otros y el razonamiento económico correcto ha brillado por su ausencia.

Se han metido en un mismo saco cuestiones tan diferentes como los piropos (“acoso callejero”), los “micromachismos” de moda, los asuntos económicos (la falaz brecha salarial o de ingresos), y crímenes muy graves como las violaciones, la esclavitud sexual o los asesinatos. Se ha insistido en afirmar que todo son cuestiones meramente culturales o socioeconómicas (el patriarcado, el heteropatriarcado), ignorando realidades biológicas y olvidando mencionar que países tan avanzados como los escandinavos tienen cifras comparables de asesinatos por violencia de género.

Se ha reclamado igualdad en las tareas domésticas y de cuidado de dependientes como si fuera un problema colectivo cuando se trata de un asunto que cada familia puede y debe resolver por sí misma: si una mujer no está de acuerdo con la contribución de su pareja (o del resto de la familia), puede abandonarlo y buscar a otro (escogiendo mejor esta vez), proponer algún acuerdo contractual sobre la distribución del trabajo doméstico, o exigir algún tipo de compensación a cambio de su mayor dedicación. Conviene recordar que la división del trabajo y la especialización son estrategias de optimización de recursos que tienden a incrementar la eficiencia y la productividad, y que algunas personas pueden trabajar menos en casa porque trabajan más fuera de casa o aportan más dinero al hogar.

Es interesante observar cómo las críticas en este ámbito suelen ser a bulto, al hombre en general y no a alguno concreto en particular con nombres y apellidos: casualmente los familiares o parejas de las denunciantes casi siempre parecen estar exentos de culpa o al menos no son mencionados, de modo que los malos deben de ser otros; o quizás se trata de críticas a ellos pero sin atreverse a señalarlos con el dedo.

Se ha insistido en que es injusto que las mujeres no puedan desarrollar su trabajo y su carrera profesional en igualdad de condiciones con los hombres por los problemas de las cargas familiares (embarazo y cuidado de niños): pero la justicia compatible con la libertad consiste en que las reglas sean las mismas para todos, no que los resultados o las circunstancias personales sean todos iguales. Las diferencias biológicas y psicológicas existen pero no son injusticias. En una sociedad libre nadie está obligado a reproducirse ni a financiar la reproducción de los demás: quien quiere tener hijos asume sus costes y sus consecuencias y no pretende que son un bien público que debe ser subvencionado.

Se ha hablado de compensar económicamente el trabajo doméstico de las amas de casa, obviando que este se hace para uno mismo o sus allegados y no para la sociedad en su conjunto. Si uno quiere un sueldo por esta labor, que se lo pida o exija a sus directos beneficiarios y que no busque desvergonzadamente una subvención a costa de todos los demás. Si lo que quieren es reconocimiento, pues muchas gracias.

Se han criticado las actitudes o declaraciones verbales machistas, que existen, pero estas frecuentemente no son agresiones delictivas sino meras groserías, valoraciones particulares o ideas falsas o arbitrarias de descerebrados o maleducados que muchos rechazan (“el hombre es superior a la mujer”, “la mujer debe quedarse en casa y obedecer al hombre”). En lugar de fomentar la hipersensibilidad tal vez convendría aprender algo de imperturbabilidad, o quizás recurrir a la burla y al repudio social (lo que entraría en conflicto con que todo el mundo es bueno, honorable o digno).

Se ha hablado de violencia machista o de género cuando (salvo en las violaciones) no se trata de hombres que maltraten, ataquen o asesinen mujeres al azar simplemente porque son mujeres, sino que son crímenes pasionales específicos, agresiones dirigidas a sus parejas afectivas por problemas de celos patológicos, infidelidades o rupturas de la relación. Se trata de situaciones difíciles de resolver por la dependencia económica, por el miedo a represalias, por la vergüenza de reconocer el fracaso de la relación, por la baja autoestima y por la toxicidad de muchas relaciones de dependencia psicológica.

El maltrato físico a una mujer es claramente una agresión, y el asesinato de una mujer es un crimen muy grave, del mismo modo que el maltrato físico a un hombre es una agresión y el asesinato de un hombre es un crimen muy grave. En el ámbito de las relaciones de pareja estos delitos o crímenes suelen ser perpetrados de forma muy mayoritaria por el hombre contra la mujer porque este tiende a ser más fuerte y violento que aquella, más débil y vulnerable. Para reducir estos crímenes hace falta menos postureo y más soluciones eficaces: mejor vigilancia y quizás sanciones más graves para los agresores (teniendo en cuenta que en los crímenes pasionales los desincentivos penales pueden ser muy poco efectivos). Estas soluciones pueden ser muy complicadas por la naturaleza íntima del hogar y de las relaciones de pareja: existe la posibilidad de fallar en ambos sentidos, no protegiendo adecuadamente a víctimas potenciales o condenando a inocentes (por las posibles denuncias falsas, cuya inexistencia o irrelevancia no ha quedado demostrada).

Se ha denunciado que el número de víctimas de estos crímenes es inaceptablemente alto, que una sola víctima ya es demasiado, y que se trata de un problema que afecta o debe concernir a todos. Obviamente para las víctimas y sus allegados esto es un problema muy grave. Sin embargo estos problemas son localizados, la mayoría de la sociedad no los sufre directamente, y las posibilidades de ayudar son limitadas e imperfectas. Las campañas de sensibilización suelen ser poco realistas y efectivas y sirven más como señal de superioridad moral.

Se ha criticado la cosificación de la mujer como adorno u objeto sexual, el uso de mujeres atractivas como reclamo en publicidad, eventos deportivos o programas de televisión. Les disgusta que mucha gente preste atención al físico de las mujeres, lo cual tiene una explicación psicológica evolutiva que se ignora o rechaza (señal de salud y aptitud biológica), asegurando que la “tiranía de la imagen” es algo meramente cultural y socioeconómico. Sin embargo no se trata de que la publicidad pervierta las preferencias de hombres y mujeres para vender productos de belleza, sino que se reconocen una preferencias naturales y se ofrecen medios para satisfacerlas.

Estos críticos menosprecian a las mujeres que quieren sacar partido de su belleza con algún trabajo como modelo, para el cual la imagen suele ser muy importante. En realidad no todas las mujeres son vistas como objetos sexuales o decorativos, sino que esto es función de su atractivo físico y sexual: como no todas lo son igualmente, quizás estos ataques contengan algo de envidia inconfesable o de mecanismo para limitar o prohibir la competencia en este ámbito (si no puedes ganar, que nadie juegue). Por otro lado también hay hombres objeto que triunfan por su atractivo físico, y las mujeres tienden a preferir en los hombres atributos parciales como riqueza, poder, éxito y estatus.

Se ha repetido de forma acrítica el topicazo de la brecha salarial, a menudo asegurando con nulo rigor que las mujeres cobran mucho menos por el mismo trabajo en las mismas condiciones, lo cual es empíricamente falso y teóricamente paradójico: ¿a qué están esperando los empresarios ávidos de beneficios para contratar a todas estas mujeres más productivas, eficientes y competitivas que los varones? Cuando se desmonta este discurso se cambia de tema y se habla de brecha de ingresos: las mujeres y los hombres deben ganar lo mismo independientemente del valor que aporten, o deben ganar lo mismo como conjunto. También se ha criticado que la sociedad o el mercado no valoran adecuadamente la aportación laboral femenina, pero esto es simplemente un berrinche camuflado, la protesta carente de argumentos sólidos de quien no está de acuerdo con las preferencias ajenas.

Se ha insistido en que es un grave error económico el desperdiciar la mitad del talento de la población, como si esa mitad estuviera de manos cruzadas sin hacer nada, o como si el trabajo por cuenta ajena en el mercado laboral fuera siempre mejor idea que el trabajo doméstico. Se ha recordado que las mujeres tienen mayor educación pero ganan menos: quizás porque no han adquirido el capital intelectual más valorado en el mercado laboral, porque sus preferencias de ocupación profesional son diferentes a las de los hombres, o porque han desperdiciado el gasto en su educación. Es interesante que no se mencione la brecha en accidentes laborales mortales: adivinen qué sexo los sufre de forma casi total.

Se ha hablado de conciliación laboral, obviando que las rigideces a menudo proceden de la regulación estatal y del intervencionismo sindical. Se olvida que el trabajo consiste en servir a otros (empleadores, clientes), y que estos otros tienen algo que decir sobre cuándo y cómo desean ser servidos.

Algunos ejemplos:

Lidia Falcón, líder del feminismo español más antiliberal, y que aparentemente se cree dueña del movimiento, protesta contra “Las últimas perversiones del feminismo”:

… lo que desconcierta y desanima es comprobar cómo en este Primer Mundo, que disfruta de los avances que los movimientos sociales han alcanzado en siglos de cruentas batallas, un sector del MF, más desinteresado hoy de la lucha por la subsistencia, está derivando a defender reclamaciones que contradicen la esencia misma del feminismo.

Cuando reclamábamos el derecho al amor libre, vindicación que ha cumplido más de un siglo, no pudimos ni imaginar, ni nosotras ni nuestras heroicas antepasadas, pioneras de todas las luchas, que tal reclamación se pervirtiera de tal modo que se defendiera la prostitución como un trabajo aceptable, o incluso deseable, ignorando la degradación moral y la explotación económica que supone dicha esclavitud para las mujeres.

… un sector del feminismo ve con complacencia la explotación de las víctimas, haciendo una infame campaña a favor de legalizarla, montando incluso una Escuela de Prostitución en Barcelona…

… Cuando aún no hemos logrado abolir la prostitución y situarnos entre los países avanzados moralmente, nos encontramos con que unos sectores del movimiento LGTB defienden legalizar “los vientres de alquiler” Es decir, la mercantilización más absoluta del cuerpo de la mujer. Y como esa es una demanda del movimiento homosexual, predominantemente masculino, que tiene influencia en muchos de los partidos políticos, y dinero para financiar sus campañas, han logrado que la mayoría de ellos no se defina en contra, a la espera de ver cuántos votos logran.

Mariano Rajoy Brey, presidente del gobierno:

en cada una de las decisiones que tomemos ahora, tenemos la oportunidad de hacer frente a la sinrazón que, históricamente, ha dejado a tantas mujeres fuera del mercado laboral o ha minusvalorado su contribución con salarios más bajos que los de sus compañeros varones.

tampoco puede permitirse desperdiciar el talento de la mitad de la población.

Queremos que la sociedad española supere las desigualdades salariales injustificadas, y estamos comprometidos con la puesta en marcha de medidas que estimulen la conciliación de la vida familiar y laboral, y la corresponsabilidad en las tareas del cuidado de los hijos.

Aún persisten, en efecto, importantes desigualdades entre mujeres y hombres. Destacan las relativas al cuidado de hijos o de familiares en situación de dependencia, que colocan a las mujeres en situación de desventaja en sus carreras profesionales y contribuyen a que al final de su vida laboral alcancen unos ingresos más bajos que los de sus compañeros varones. Para compensar esta diferencia, el Gobierno ha introducido un complemento de hasta un 15% en la cuantía de las pensiones que reciben las mujeres que han sido madres.

Me gustaría también tener en el día de hoy un sentido recuerdo por todas y cada una de las mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas y por las que todavía siguen inmersas en la mayor y más insoportable manifestación de desigualdad, la violencia de género.

Porque si hoy es el Día Internacional de la Mujer, queremos que todos los días del año sean su día: el de las mujeres y los hombres en condiciones de igualdad.

David Bollero

Rosa María Artal

Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT

Miguel Lorente Acosta

Berna González Harbour

Editorial de El País

Jose Ignacio Torreblanca, jefe de Opinión de El País (algo más razonable en comparación con los anteriores).

16 Comentarios

  1. Muy buen artículo Paco. Voy a
    Muy buen artículo Paco. Voy a ver si puedo comentar unas cosas sin polemizar demasiado…

    Creo que El Día Internacional de la Mujer se sabe que es el 8 de Marzo ya por todo el mundo, pero, ¿todo el mundo sabe que El Día Internacional del Hombre es el 19 de Noviembre?
    Aquí quizás se pueda ya observar la primera desigualdad ante la ley, no ante una norma estatal está claro, pero sí ante una norma ética quizás.

    La superioridad y la inferioridad no es algo que se mida con el sexo más aún cuando por naturaleza se supone que se complementarían ambos sexos. De ahí que sea absurdo decir que el hombre es superior a la mujer o viceversa por el mero hecho de ser hombre o de ser mujer.
    De todos modos tampoco creo que deban de compararse los sexos constantemente porque sino eso luego sí que tendería a fomentar pensamientos de superioridad e inferioridad. Se trata de concienciación sobre esto pues.

    Hay que reconocer incluso por parte de las mujeres, que en cuanto a sexualidad superan al hombre de calle. De ahí que la prostitución sea mayoritariamente de mujeres.
    En cuanto al amor, la mujer tiende menos a enamorarse porque es más selectiva y exigente en el amor. A lo mejor el hecho de tardar en enamorarse, fomenta la fidelidad hacia el elegido, quién sabe; de ahí a que farden luego de que son más fieles quizás.

    ¿A qué se refieren con lo de «amor libre»? en la prehistoria eso se supone que era poliandría.

    Es cierto que la mujer ha sido victima en ocasiones sobretodo en el pasado, pero el hecho de que exista esa disparidad en violencia de género es por lo que has dicho, suelen ser más débiles y vulnerables.
    A no ser que el hombre todavía sea un niño claro está.
    En cuanto a la agresividad suele ser más psicológica ya que puede que perciban que físicamente no tendrían mucha posibilidad de éxito.

    Lo de los piropos a mí me parece más gracioso que otra cosa, yo reconozco que soy el típico que va por la calle muchas veces con amigos y suelta: hostia que culo, vaya chufas… Jaja pero no veo yo ahí un acoso ni un machismo ni nada por el estilo. Puede que se sientan incomodas si lo oyen, eso es verdad, pero basta con expresarlo de alguna manera incluso una mirada de asco digo yo.

    Sobre el salario, aquí es que no sé qué comentar sinceramente. Salvo que el empleador sea un machista o algo así, no creo que sea una confabulación de nada contra la mujer per sé.
    En cuanto a la educación, no digo que no les guste más estudiar y que puedan de media sacar más nota, pero esto pasa sobretodo hoy en día que parece que se les eduque para competir con los hombres.

    El tema de las tareas del hogar lo podría solucionar la tecnología en un futuro, si existieran robots sin sexo no se podría tildar de machista ni de feminista a nadie. Esto se daba por lo de la «división del trabajo», no porque no se quisiera a mujeres trabajando; simplemente es que era más eficiente.
    Hay quien dice que no se dejaba trabajar a las mujeres fuera de casa por miedo a que superaran al hombre en lo que hiciera debido a que podía surgir la competencia evidentemente.

    En cuanto a lo de la imagen, me parece incluso un insulto a la inteligencia que se quiera enmascarar la realidad de que las mujeres menos atractivas (sobretodo de cuerpo) para no cuidarse e intentar agradar al hombre, meten esa excusa de que las quieras como son. Esta excusa la podrían tener mujeres que por genética tienden mucho a engordar y hagan lo que hagan es casi imposible que adelgacen o mujeres que ya tienen más años que Matusalén, pero ya está.
    Pero a ver… dejémonos de hipocresías, todo el mundo sabe que la mayoría de las mujeres no tienen esa predisposición genética porque eso también dificultaría un embarazo natural y demás menesteres.
    Sí y luego pondrán modelos de tallas grandes y no habrá tiranía de masa mórbida entonces.
    Es totalmente cierto que el hecho de que una chica mida 1,60 cms. y pese menos de 40 kgs. es preocupante por si es por causa de problemas mentales, pero que mida por ejemplo 1,60 cms. y pese 80 kgs. por no cuidarse (pudiendo hacerlo insisto), me parece hasta de traca.

  2. Dado que ya se han tocado los
    Dado que ya se han tocado los temas esenciales y que he leído con atención solo deseo añadir la sensación que he tenido hoy al pasar por la casa de cultura de un municipio de la Comunidad de Madrid y en la celebración del día Internacional de la mujer detenerme ante unos chistes,viñetas y comentarios de muy mal gusto firmados por un colectivo feminista. Desgraciadamente las muertes existen pero no es posible que las leyes que pretenden protegerlas fomentan también las falsas denuncias con enorme perjuicio para los hombres que inmediatamente tienen que abandonar su domicilio habitual y a su familia esposados por la Guardia Civil privados de toda presunción de inocencia y obligados a compensaciones económicas. Una parte de los agresores no lo son por amor enfermizo obsesivo(frente a esos no existen leyes que detengan su violencia) y no correspondido son personas que no aceptan de pronto quedarse en la calle y desgraciadamente no aceptan perder como la mayoría sensata que si tiene recursos morales e intelectuales para comprender que tienen que marcharse de casa y esperar una sentencia casi siempre en su contra y los motivos pueden ser muy diversos (es interesante hablar en privado con algún juez) . De otro lado la enorme publicidad incrementa la violencia no la disminuye, algo dramáticamente cierto . También se incrementa año tras año la violencia de las mujeres pero no se contabiliza en muchos casos como violencia de genero.

    • EMILIANO, no te cuento un
      EMILIANO, no te cuento un caso personal porque no es el lugar, pero y tanto que es así.
      Lo que pasa que obviamente no va a ir un hombre a denunciar a una mujer. ¿Quién puñetas se va a creer eso?
      Sí, es una desgracia y se da por lo que ha dicho Paco, pero yo creo que también hay mujeres que querrían asesinar a hombres pero como ven que no pueden quizás no lo hacen. Y eso que con la parcialidad de hoy en día de las leyes en estos casos de violencia de género lo tienen más fácil aún.

      En el tema del amor, me han llegado a confesar mujeres, cosas como: la mujer de hoy es que es muy independiente.
      Supongo que por ahí van los tiros de que parezca muchas veces que no necesitan a ningún hombre para nada.
      Con el tema de la sexualidad me refiero a que tienen más poder porque saben que el hombre lo tiene más difícil ya por biología para negarse a tener sexo al menos; aparte de lo típico que se suele decir de que: no tienen que levantar nada.

      El problema de la publicidad sobre estos temas es que tampoco se observa una imparcialidad algunas veces y esto puede ocasionar hasta que los hombres teman a algunas mujeres por si los estigmatizan socialmente luego.

      El Día Internacional de La Mujer yo creo que debería estar más enfocado a mostrar sus logros no a condenar, para eso, pueden coger otro día del calendario.

    • como ven que quizás no pueden
      como ven que quizás no pueden, no lo hacen*

      A mi

    • como ven que quizás no pueden
      como ven que quizás no pueden, no lo hacen*

      A mí todavía no me ha entrado el miedo al pensar que te pueden hacer algo (sobretodo con el feminismo que hay hoy en día por ahí) si duermes con ellas, ya que no me ha pasado ni he oído casos pero… Jaja
      Qué yuyu, un poco de cachondeo pues 😛

  3. Nada que acotar. Simplemente
    Nada que acotar. Simplemente brillante.

  4. Excelente como siempre
    Excelente como siempre

  5. Perdón por el comment que no
    Perdón por el comment que no toca 😀
    ¡Hasta el mes que viene si no hay debate ni comentas nada!

  6. ¿Violencia y patriarcado en
    ¿Violencia y patriarcado en el paleolítico?, Otro relato sesgado. Recomiendo la lectura de esta publicación científicahttp://mujeresconciencia.com/2017/02/21/violencia-patriarcado-paleolitico-relato-sesgado/

  7. Soy mujer. Y me siento objeto
    Soy mujer. Y me siento objeto cada vez que me incluyen como elemento del conjunto «mujer» . En mi experiencia personal no he conocido ninguna discriminación negativa por razón exclusiva de sexo salvo la que afecta a los hombres por la defendida discriminación positiva a favor de la mujeres. Sé que el atractivo físico importa a los hombres tanto como me importa a mí mi propia imagen (y el día que dejen de piropearme confieso que me pondré algo triste). En mi caso particular aprecio el atractivo físico como secundario respecto a la capacidad intelectual.
    En fin, creo que muchos viven de este cuento de las discriminaciones y pretenden imponer paridades a la fuerza por puro equilibrio matemático: invito a pedir paridad en la cuota femenina en la población reclusa: hombres 92% mujeres 8% (datos de estadística penitenciaria del total nacional enero de 2016).

  8. MANUEL GÜERDOL, buen artículo
    MANUEL GÜERDOL, buen artículo. Lo primero que hay que señalar es que ningún ser vivo que sabe que puede ser agredido en mayor medida tiende a ser violento (se encuentre en la época de la historia que se encuentre), puede haber excepciones está claro pero es raro.
    Partiendo de esto: ¿todos los seres vivos son buenos por naturaleza entonces?

    Digamos que, influyen mucho las circunstancias y las propias capacidades del ser vivo por tanto; decir que «es bueno o malo por naturaleza» es un poco absurdo, ya que no creo que pueda existir la esencia de algo de forma predeterminada.
    Mucho menos si con lo de bueno no nos referimos sólo a: no agredir.
    Ni Hobbes ni Rousseau a mi entender tienen razón.
    Además, ningún ser vivo suele ser violento sin «motivo» como ya digo. Esto se puede observar en todo tipo de animales, aunque Paco sabrá más del tema. Yo diría que esto es motivado por la supervivencia, si agreden, saben que pueden ser agredidos y como no saben siempre si pueden tener éxito al agredir, sería como una «aversión al riesgo» subconsciente incluso.
    Ya lo nombré un día, todo apunta a que cuando los seres humanos se necesitan mutuamente para sobrevivir, tiende a surgir menos la violencia entre ellos; otro condicionante en este caso social pues.

    El tema del patriarcado (o heteropatriarcado) es incluso interesante a mi juicio. Yo no niego que no existiera, lo que habría que indagar es el motivo de su surgimiento. Todo apunta a que sin matrimonio, no podría existir este tipo de dominación. ¿Porqué? porque entre los cónyuges no habría ninguna relación de dependencia obligatoria aunque esta fuera por un contrato matrimonial.
    Si existe una relación de dependencia obligatoria y una de las partes no cumple con su función, puede ser dominada por la otra (no digo que deba), saltándose incluso cualquier pauta del contrato, es lo que tiene. De todos modos el contrato matrimonial convencional no incluye la violencia ni siquiera para el sado que yo sepa. Pero bueno, el tema iría por ahí.
    Hay muchas mujeres que dicen que es porque el hombre confunde la relación con una mujer con la posesión de un bien o algo por el estilo. No creo que sea eso (yo diría que es una cuestión de celos), debido a que el mantenimiento de una mujer supone un coste, no es como un jarrón que lo pones en una mesa y ya está, pero bueno, haberlos ailos supongo ya que esto pueden hacerlo también las mujeres.

    En cuanto a la esencia de la mujer, debe de reconocer que por su naturaleza aunque diga que es fiel, tiende a comparar hombres constantemente (que no sólo mirar, si es que mira). De ahí que sea muy difícil mantener una relación estable con una mujer (al menos atractiva que sepa que puede estar con cualquier hombre). Aparte de que cuando tiene hijos, es capaz de querer más a su hijo que a su marido, esto lo sabe todo el mundo. Digamos que por mucho que lo nieguen, son más emocionales tanto para lo bueno como para lo malo. De ahí que puedan ser también el top de los tops en violencia psicológica; en violencia física no lo son porque su fuerza física quizás no les permita cometer las atrocidades que pueden cometer los hombres, insisto.

    Por supuesto aún diciendo esto, me gustaría equivocarme y que esto no sea algo general ya que me gustan las mujeres, pero la evidencia empírica es lo que tiene.

    • FAKED13, Interesante tu
      FAKED13, Interesante tu aporte, no comulgo con todos los términos del artículo que he recomendado, pero como punto de vista «científico», y escrito desde una web con cierto sesgo de género, a mi me resultó de interés; sobre todo como cierta explicación científica de que sin cooperación hombre/hombre y hombre/mujer (usando el planteamiento del artículo, yo no reconozco una especie humana específica mujer o hombre) la especie humana no habría alcanzado el nivel de bienestar que disfrutamos. Viene, a mi juicio, a confirmar más, las tesis del profesor Bastos; en el relato descrito no aparece la mano de ningún planificador central, la especie humana cooperó siempre por que esa es su esencia, siendo esa cooperación voluntaria/interesada la que le llevó a erigirse en dominante sobre las demás especies.
      Y leer manifestaciones como la MONSERRAT, con la aplastante lógica de su realidad concreta, son un auténtico soplo de aire fresco y sano en medio de tanta confusión y manipulación

  9. MONTSERRAT, buen comentario.
    MONTSERRAT, buen comentario. Sí, es cierto que el físico es algo secundario, aquí nadie necesita una modelo (que yo sepa) pero en mi caso particular parece que sólo atraigo a mujeres que no atraerían a otros hombres 😀
    Espero que eso no te pase a ti porque créeme que para la autoestima es un golpazo.

    Un saludo y que te vaya bien.

    • ¿Por qué no dices que eres mu
      ¿Por qué no dices que eres mu feo y acabas antes?

    • PICIO, es verdad soy muy feo.
      PICIO, es verdad soy muy feo. Tienes razón.

  10. MANUEL GÜERDOL, muy buena
    MANUEL GÜERDOL, muy buena opinión. Yo sinceramente creo que también se puede cooperar para hacer algo malo o incluso para perjudicarse los propios cooperadores, no sé si has visto una película bizarra que se llama: Suicide Club.
    Muchas especies sobreviven sin ostentar tanta cooperación precisamente porque otras no las eliminan como aquel que dice porque no pueden hacerlo o no quieren.
    Se tiende a ver a la cooperación como buena per sé y a la competencia como mala per sé, pero esto es un graso error. Además, en mi opinión también existe la «neutralidad» o ese camino «en el medio» del que hablan los budistas. No quiere decir que siempre sea el correcto eso sí.

    Así que no sé que mas decirte sobre el tema, siempre es de agradecer que encima en un mundo como el de hoy, haya mujeres así.


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más artículos

Trump 2.0: la incertidumbre contraataca

A Trump lo han encumbrado a la presidencia una colación de intereses contrapuestos que oscilan entre cripto Bros, ultraconservadores, magnates multimillonarios y aislacionistas globales. Pero, este es su juego, es su mundo, él es el protagonista.

Juego político en torno a Muface

La caída de Muface crea el caldo de cultivo perfecto para acusar a las autonomías (la mayoría del PP) de no invertir lo suficiente en sanidad.