Las personas con negocios e inversiones fraguan en su mente cada día intuiciones, planes y deseos con el fin de alcanzar la máxima libertad económica. Para ellos la independencia financiera es la clave esencial de una vida mejor. Toman numerosas decisiones, ponen en práctica estrategias, aciertan o se equivocan; cuando el error les derriba, se levantan del suelo, apartan los fallos y continúan su camino. A veces permanecen en el alero, manteniendo un difícil equilibrio entre el triunfo y la derrota. Los ricos decididamente tienen un patrón del dinero (y de la existencia) diferente de los que no lo son.
La gente próspera suele decir adiós a los padres y maestros que les aconsejaron un empleo por cuenta ajena o por cuenta del Estado. La gente que logra o anhela la riqueza pretende ser siempre dueña de su propio destino; los acontecimientos no sobrevienen, se modelan. Hay ricos por linaje y ricos por continuado esfuerzo. Robert Kiyosaki, autor de Guía para invertir, cuenta penurias tales como emplear su automóvil a modo de hogar durante meses junto a su esposa, antes de que apareciera la hora del reconocimiento profesional. ¿Cuántos lo hubieran aguantado? Los emprendedores –en su variada clase y condición– no se quejan, atraen lo que quieren, pelean nuevas oportunidades en la arena.
Cuando te acercas al mundo de los ricos sorprende su permanente afán de curiosidad. Inversores y empresarios perspicaces almuerzan cada jornada con multitud de consultores, proveedores, clientes y colaboradores para saber y conocerlo todo. Esa habilidad social para la invitación supone utilidades que permiten mayores cotas de creatividad en sus proyectos, entreverando el empresario datos y sensaciones. Hablando de creación, el músico y pintor José María Cano descubre en un reciente magazine su deslumbrante producción de retratos de magnates que adornan su casa. Dice el ex -compositor de Mecano: "Ahora el motivo esencial del arte es el dinero. Y nadie, ni artistas ni galeristas, permiten que eso sea visible. ¿Qué el dinero es tan importante y nos interesa a todos? Pues pintemos a los señores que salen en The Wall Street Journal: Bill Gates, Rupert Murdoch…, las venus afroditas de hoy en día. Esta serie está planteada como un club exclusivo de 100 miembros. Ahora van a Shanghai como si fueran a ver posibilidades de inversión".
Harv Eker es presidente de Peak Potencial Training, una de las empresas de preparación para el éxito de más rápido crecimiento en Estados Unidos, y expresa en sus artículos algunas ideas sugerentes. En opinión de Eker, los ricos eligen que se les pague según los resultados mientras que los pobres eligen que se les pague según el tiempo. Para este formador la verdadera medida de la riqueza es la fortuna neta, no los ingresos del trabajo. Sin embargo, la mayoría social incurre cotidianamente en las trampas de los horarios, la plusvalía y la productividad en claroscuro para justificarse ante sí misma.
No obstante, aparecen por estos pagos mensajes clarificadores para quien tenga entendederas. El reciente estudio del Instituto Juan de Mariana Una sociedad de propietarios es un valioso itinerario de orientaciones hacia la libertad económica. Su lectura no es período desaprovechado. El estudio formula sugerencias para la holgura en las finanzas personales y refuta tópicos acerca del ahorro, el trabajo y el mercado de valores, entre otras cuestiones. Una sociedad de propietarios confirma lo que algunos ya practican y otros –no una muchedumbre hoy, desafortunadamente– confían en emular.
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!