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El poder sobre otros y sus formas

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Las diversas formas de poder pueden combinarse e intercambiarse, y los individuos compiten y cooperan con y por ellas.

Todo individuo es un agente que tiene cierta capacidad o poder para actuar y producir efectos en el mundo real y conseguir lo que quiere. Este poder incluye su fuerza física (capacidad de realizar trabajo), y es dirigido o controlado según su inteligencia (también una capacidad) y su voluntad (sus preferencias) para satisfacer sus intereses, intentando aprovechar oportunidades y evitar daños, incrementando su bienestar o disminuyendo su malestar. El poder permite generar cambios deseados en la realidad que no se darían en su ausencia.

La conducta de un individuo depende de su contexto, de su entorno, de sus circunstancias, y estos pueden incluir a otros individuos con los cuales tiene relaciones. Los humanos son seres sociales, viven con otros humanos, y al interactuar unos con otros influyen unos sobre otros y reciben influencias unos de otros. En sus relaciones o interacciones los individuos son agentes y pacientes, dan y reciben: al actuar producen efectos sobre otros, y la acción de otros los afecta a ellos.

Por su capacidad de acción cada individuo puede ser también un medio para los fines de otro agente. Un ser humano puede incrementar su poder, y de este modo beneficiarse, si consigue que otros actúen para él, por sus intereses, siguiendo sus instrucciones, sirviéndole como medios. Un poder muy especial es el de controlar la conducta ajena: influyo en mayor o menor medida sobre los demás para que sus conductas sean beneficiosas para mí.

El poder sobre otros no consiste solamente en imponer por la fuerza la voluntad propia sobre la ajena. Influir sobre otro es cambiar las circunstancias en las cuales el otro decide qué hacer: presentarle o hacerle ver oportunidades o peligros, recompensas o castigos, incentivos o desincentivos, posibilidades de beneficio o de perjuicio. Cada agente actúa según su voluntad, pero en condiciones que pueden estar parcialmente establecidas por otros agentes, con su propia voluntad y capacidad, para dirigir su elección.

Este poder social o relacional sobre otros se manifiesta de varias formas que pueden clasificarse a grandes rasgos y de forma imperfecta como riqueza (poder económico), violencia (poder bélico o militar), belleza (poder sexual, atractivo físico, estético) y persuasión (poder verbal, de comunicación, de convicción).

-Si tengo riqueza puedo ofrecértela a cambio de que hagas algo por mí o de que me des algo que quiero. Tú tal vez no harías algo por mí gratis, pero sí a cambio de que te entregue algo de valor o de que haga algo bueno para ti según tu propia valoración subjetiva. La riqueza puede entregarse, cederse temporalmente o compartirse, y puede consistir en objetos físicos, activos financieros, información, conocimiento, o en la capacidad de proporcionar algún servicio.

-Si puedo ejercer la fuerza de forma violenta para hacerte daño (a ti, a tus seres queridos, a tus posesiones) y existe alguna forma de comunicación o comprensión mutua (lenguaje), puedo indicarte qué debes hacer por mí o qué debes entregarme para evitar que yo use la fuerza contra ti. El individuo físicamente poderoso puede dominar, oprimir, coaccionar, esclavizar, parasitar, explotar a otros. La fuerza también puede usarse en defensa de unos contra los ataques de otros.

-Si tengo belleza puedo parecerte atractivo para una relación sexual. Esta relación puede ocurrir si yo también te encuentro atractivo, o si me ofreces algo adicional que compense tu falta de atractivo físico. La belleza puede también referirse a rasgos del carácter que hacen que otros quieran tu compañía: ser simpático, agradable, divertido. Las personas y cosas hermosas suelen considerarse más valiosas.

-Si soy persuasivo o prestigioso puedo convencerte de cosas, transmitir un mensaje que te parezca que contiene información fiable, hacerte ver oportunidades o peligros, emocionarte, implantar en ti ideas, creencias, deseos, miedos, normas, valores. Es el poder del lenguaje, de la comunicación, de la transmisión cultural, de la educación, de la buena reputación, de las historias, de los relatos, de los símbolos, de la religión, del sermón moralizante, de la justificación, de la racionalización, de las ideologías, del adoctrinamiento, de la publicidad, de la seducción con palabras o imágenes, de la propaganda, de la manipulación emocional, de las relaciones públicas, de los chismes, del cotilleo, de los rumores, de los bulos, de las alabanzas, de las difamaciones, de los insultos.

Otros animales no humanos utilizan principalmente el poder de la fuerza (para cazar y guerrear, atacar o defender) y de la belleza (reproducción sexual); también de forma más limitada la riqueza (regalar o compartir alimento) y la comunicación (señales honestas costosas).

Sobre uno mismo el poder siempre se utiliza intencionalmente en beneficio propio según la estimación subjetiva, salvo problemas de errores o falta de capacidad y control suficiente. Sobre los demás el poder puede utilizarse para beneficiar a otros, pero también para perjudicarlos (servir a otros o servirse de otros): uso mi capacidad persuasiva para convencerte de que cuides tu salud, o te cuento algún bulo para estafarte.

Tener ciertas formas de poder puede implicar exponerse a algún peligro o daño: quien tiene riqueza puede sufrir robos, con o sin agresión, o un trabajador puede ser esclavizado; una mujer muy atractiva tal vez sufra más riesgos de abuso o agresión sexual.

Las relaciones de poder pueden ser binarias (bilaterales, dos elementos), ternarias o múltiples según la cantidad de individuos implicados. Un hombre puede intentar seducir verbalmente a una mujer; un amigo del hombre puede resaltar sus virtudes ante ella, o hablar mal de otro que es un rival.

Algunas cosas pueden clasificarse en varias categorías o son poder en varios sentidos: las armas incrementan la capacidad para la violencia y también son formas de riqueza con las cuales es posible comerciar; la belleza puede ser de una persona o de objetos disponibles para intercambios.

Además del poder de alterar la conducta existe el poder de no alterarla (no influir sobre otros, no ser percibido o detectado, pasar desapercibido, camuflaje), y de dificultarla o anularla (sembrar confusión, trabas, obstáculos, incapacitar al rival).

Además de utilizarse, el poder puede mostrarse u ocultarse de forma estratégica, y las señales de poder pueden ser sinceras o deshonestas: un general puede esconder sus tropas para sorprender al enemigo, o aparentar que son muy poderosos para evitar una batalla que no desea; un hombre muestra su riqueza para seducir a una mujer, y la mujer exhibe su belleza para seducirlo a él.

El poder de dar o hacer implica el poder de no dar o no hacer. Es posible hacer daño a otros no solo con una acción sino también mediante la omisión de algo que ellos necesitan, de lo cual son dependientes, y para lo cual no hay alternativas o sustitutos o estos son más costosos: así funcionan las huelgas en las que no es posible reemplazar a los trabajadores, los bloqueos comerciales, los boicoteos o repudios.

El poder en sus distintas formas tiene una base individual, pero también puede utilizarse de forma coordinada entre varios agentes constituyendo algún grupo, incrementando así su eficacia y su eficiencia: los accionistas comparten recursos en una empresa; los soldados se asocian en un ejército; los miembros de un partido repiten las mismas consignas políticas. Una forma importante y específica de poder es la capacidad de coordinarse con otros y de coordinar a otros como líder o director. Para poder formar parte de un grupo de cooperadores y ser aceptado por los demás suele ser necesario demostrar alguna habilidad, compromiso y lealtad (conformidad, sumisión).

Las diversas formas de poder pueden combinarse e intercambiarse, y los individuos compiten y cooperan con y por ellas. El poder político tiene presuntamente el monopolio de la fuerza, pero necesita recursos económicos y también consiste en comunicar para persuadir, legitimarse (propaganda, ideología) y coordinar y cohesionar grupos. El poder económico puede utilizar su riqueza para defenderse de robos o para influir sobre los gobernantes y obtener privilegios. Los grupos religiosos usan la palabra, pero también la belleza (obras de arte, edificios de reunión) y el poder económico, e incluso la fuerza militar.

Algunos anarcocapitalistas consideran que la única forma del poder es el poder político, porque consigue mediante la coacción legal que los individuos actúen en contra de su propia voluntad. Esto es una definición limitada e incompleta de lo que es el poder como capacidad para actuar, interactuar e influir a otros.

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