Recientemente se está criticando mucho a Bitcoin por su gran consumo de energía y, por ende, por su aportación a la emisión de CO2 y al calentamiento global. Esta crítica puede ser correcta pero no por los motivos ecológicos que habitualmente se achacan. En este articulo expongo y resumo un punto de vista del que no me había dado cuenta y que proviene del conocido Nassim Nicholas Taleb.
Bitcoin, mediante la unión de tres tecnologías (función hash, árbol de Merkle y la prueba de trabajo) consigue eliminar el problema de la ausencia de custodios y la falta de confianza entre los participantes en el mantenimiento de un libro de contabilidad público compartido permanentemente. Mediante este sistema, se consigue lograr la colaboración de diferentes agentes llamados “mineros” cuya función es la de validar las transacciones antes de añadirlas al libro de contabilidad a través del esfuerzo, gasto computacional y energético requerido por la prueba de trabajo para su validación. Este método requiere cantidades mayores de energía para su funcionamiento.
Los anteriores mineros obtienen su remuneración tanto de la recompensa que obtienen al minar un bloque nuevo (señoreaje) como de las comisiones de las transacciones. En el futuro, como la cantidad de bitcoins está prefijada desde el nacimiento de la criptomoneda, las únicas recompensas que recibirán los mineros por su trabajo serán únicamente las recibidas por las comisiones de las transacciones. Todo esto hace completamente dependiente a Bitcoin de los mineros de manera indefinida. Esto es un problema.
Bitcoin necesita que exista a perpetuidad una gran cantidad de mineros para que se puedan seguir realizando transferencias a través de su blockchain, pero estos mineros en el futuro lejano puede que no sigan interesados en participar dado que dejarían de recibir Bitcoins. Es decir, si el mantenimiento de la red no les genera beneficios en Bitcoin perderán el incentivo a mantener una red en donde se hacen transferencias en una moneda que no poseen. Por tanto, en el momento que los mineros se extingan, el valor de Bitcoin valdrá cero. Si al menos este activo produjese dividendos recurrentes, su valor futuro al menos seria el de la suma de los descuentos de esos dividendos traídos al presente.
No podemos esperar que una anotación en un libro de contabilidad que requiere un mantenimiento activo por parte de personas interesadas e incentivadas mantenga su presencia física, una condición para su valor monetario, durante un periodo de tiempo tan largo.
Por el contrario, los metales preciosos no necesitan mantenimiento continuo. Una joya de oro no se va a pudrir, ni desgastar ni apenas oxidar. Esa joya producida hoy será la misma dentro de 1.000 años. Su mantenimiento es mínimo si no nulo. Incluso en el peor de los casos en el que el precio de los metales preciosos disminuya enormemente, esa joya ha servido de complemento durante años.
Por el momento, el interés en la red por parte de los mineros depende más de la revalorización de la criptomoneda que de el volumen de las transacciones subyacentes. Eso deberá cambiar en algún momento futuro si queremos que esta moneda sobreviva por mucho tiempo.
4 Comentarios
Hola Jon,
Interesante artículo. Yo creo que Taleb lleva razón sobre todo en lo de la volatilidad, pero no en el tema de los mineros.
El registro se puede mantener con las comisiones de transacción, que ahora mismo ya representan un 10% de los ingresos de los mineros, y ese 10% ya supera en dólares los ingresos totales que tenían los mineros en 2016-2017 (subsidio de bloque + comisiones de transacción). Para poder ejercer derechos de propiedad sobre el oro, es necesario una seguridad jurídica que no es fácil ni barata de conseguir. Una joya no es fácil de conservar en un pais con una inseguridad jurídica muya alta. En cuanto al oro como activo monetario de reserva, que es donde Bitcoin parece que pretende competir, esa seguridad jurídica falló en pleno siglo veinte nada más y nada menos que en Estados Unidos con la orden ejecutiva 6102 de Roosevelt. En muchos paises la seguridad jurídica deja mucho que desear y no la han conseguido jamás a lo largo de la historia. En el oro también está el coste de dilución de su stock del 2% anual, que Bitcoin no tiene. Además, para que el oro sea funcional como activo de reserva en una economía moderna, es necesario recurrir a custodios, transportistas, empresas de seguridad, centros de proceso de datos, comunicaciones, etc.
En conclusión, Taleb está en lo cierto con el problema de la volatilidad. Es probable que Bitcoin no sea dinero jamás. Pero creo que cae en el error de «lo que no se ve» cuando minimiza los costes del oro.
Saludos,
Manuel.
La minería se subsidia hoy con nuevas monedas en cada bloque pero también se paga con tasas en cada transacción, pagadas por aquéllos que pujan por espacio en la cadena de bloques.
Que Bitcoin consuma energía no es un problema. Todas las actividades humanas necesitan de energía, y solo se mantienen en el tiempo si es rentable realizarlas.
Excelentes comentarios.
Bitcoin moneda electrónica será nula cuando los especuladores 99.99% queden retratados y su valor sea menor mes a mes año a año en pocos años será residual ..saldrán más de los que entren .quedando por fin -0.