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El virus, ¿somos nosotros?

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Es de extrema importancia que demos alternativas al decrecimiento.

Nihil novum sub sole, incluso en tiempos de pandemia. Esta es la tesis del historiador británico Dr Steve Davies, responsable de educación en el Institute of Economic Affairs. Observando el impacto de anteriores pandemias en la opinión pública, el doctor Davies señalaba en un reciente webinar que ninguna produjo el surgimiento de movimientos nuevos, sino más bien la aceleración de tendencias preexistentes. La pandemia de la COVID-19 no parece ser distinta en este aspecto. Entre las viejas ideas que están teniendo especial auge debido a la situación actual se encuentra una que a mi parecer es especialmente peligrosa.

La idea de que el ser humano es una especie parasitaria que vive de la explotación está de nuevo captando la atención del público, en particular de los jóvenes. Esto no es nada nuevo, es la base de la doctrina del decrecimiento, surgida en los años 70 de la mano del movimiento ecologista. Esta doctrina se caracteriza por una marcada mentalidad pesimista y antihumana junto con un rechazo al progreso, especialmente tecnológico, como posible solución al cambio climático. Desde el comienzo de la pandemia han proliferado en las redes sociales los comentarios del tipo “el virus somos nosotros”, haciendo referencia al impacto positivo de la pandemia en el medio ambiente. Sin embargo, no es cierto que estas ideas estén viendo un resurgir debido a la pandemia, sino que se encontraban ya en crecimiento antes de esta, como evidencia el movimiento Extinction Rebellion, que en 2019 lideró protestas multitudinarias en ciudades como Londres, Nueva York, Madrid, Berlín o Bruselas. Estos movimientos llevaban tiempo predicando el fin del mundo, haciendo un daño irreparable a la credibilidad de una causa justa como es el cambio climático, como indicaba un artículo en la revista Forbes en noviembre del año pasado. El coronavirus ha sido la señal que estaban esperando para lanzar el grito al cielo, un ejemplo más de lo fácil que es caer en el sesgo de confirmación.

Es preocupante que estas ideas estén llegando a figuras mainstream como el cantante C. Tangana, que en una entrevista para Vice el mes pasado afirmaba: “Creo que vamos a aprender que las cosas se pueden parar, que el crecimiento, el hipercapitalismo es mentira y que incluso los estados más capitalistas del mundo, cuando les sale de los huevos, pueden parar el Universo”. Si bien es cierta la observación del artista madrileño sobre el poder de los Estados modernos, no tengo tan claro que sea algo positivo. Pero la primera parte de la cita es más preocupante porque sugiere que es necesario frenar coactivamente el progreso humano, o, en el caso extremo de los decrecionistas, incluso revertirlo. Espero que no tengamos que volver a sufrir las políticas propuestas por el decrecionismo, pero ahora que las hemos experimentado, es el momento de reflexionar sobre sus beneficios y sus costes. Un estudio de la Universidad de East Anglia publicado en la revista Nature [1] concluye que la reducción de las emisiones anuales de CO2 atribuible al confinamiento se encontraría entre el 4%, si volviesen las condiciones pre-pandemia a mediados de junio, y el 7% si se mantuviese cierto nivel de restricción a nivel global hasta finales de 2020. Es cierto que, si continuásemos reduciendo un 7% anual durante los próximos 10 años, cumpliríamos con el objetivo de reducir a la mitad las emisiones globales de CO2 para 2030. Pero hay que valorar también los costes. La Comisión Europea estima que el PIB español caerá en un 9.4% en 2020 [2]. Para el decrecionista esto no supone un problema porque es precisamente lo que propone, pero para las familias españolas está causando ya una profunda preocupación.

En el fondo, el problema va más allá de las cifras, radica en la percepción del crecimiento. La narrativa decrecionista habla de un crecimiento innecesario, destructivo e inmoral. Creo que quizás quepa aceptar su parte de razón en la crítica al consumismo y sus efectos nocivos, pero confunden consumismo con crecimiento. Es importante que los liberales recordemos que el crecimiento proviene del ahorro, pero es más importante rebatir esa percepción del crecimiento como algo innecesario y destacar lo que representa: la mejora de la calidad de vida, la eliminación de la pobreza y la realización de la creatividad humana. Entre 1981 y 2015 la pobreza extrema en el mundo se redujo de un 42.3% al 10%[3], a pesar del aumento de la población en un 63% en ese mismo periodo[4]. Acabar con el crecimiento y el progreso tecnológico supone condenar a la pobreza a millones de personas. Ese es un precio que no deberíamos estar dispuestos a pagar.

Los liberales no podemos poner la pandemia como excusa para resignarnos a aceptar la renovada popularidad de estas corrientes, sino que deberíamos darnos cuenta de que esas ideas estaban en el lugar adecuado en el momento oportuno. Como decía Milton Friedman, nuestra tarea ha de ser la de mantener vivas las alternativas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable. Por ello es de extrema importancia que demos alternativas al decrecimiento, que pongamos en la mesa propuestas reales para atacar problemas de vital importancia, como el medio ambiente, y ataquemos la “mentalidad de suma-cero” que lleva a tantas personas a pensar que el crecimiento no es más que el enriquecimiento de unos a costa de otros.

Referencias

[1] C. Le Quéré, R. B. Jackson, M. W. Jones, A. J. Smith, S. Abernethy, R. M. Andrew, A. J.De-Gol, D. R. Willis, Y. Shan, J. G. Canadell,et al., Temporary reduction in daily global CO2 emissions during the covid-19 forced confinement, Nature Climate Change, pp. 1–7, 2020. https://www.nature.com/articles/s41558-020-0797-x

[2] Comisión Europea, Spring 2020 Economic Forecast. https://ec.europa.eu/info/business-economy-euro/economic-performance-and-forecasts/economic-forecasts/spring-2020-economic-forecast-deep-and-uneven-recession-uncertain-recovery_es

[3] World Bank, Tasa de incidencia de la pobreza, sobre la base de $1,90 por día (2011 PPA) (% de la población). https://datos.bancomundial.org/indicator/SI.POV.DDAY

[4] World Bank, Población total. https://data.worldbank.org/indicator/SP.POP.TOTL

5 Comentarios

  1. Un informe encargado por el
    Tres opiniones distintas y bien fundadas sobre los humanos y el coronavirus:

    (a) Un informe encargado por el Ministerio del Interior alemán a expertos médicos independientes define al coronavirus como «FALSA ALARMA GLOBAL»: https://diario-octubre.com/2020/06/01/el-ministerio-del-interior-aleman-define-al-coronavirus-como-falsa-alarma-global-en-un-informe-filtrado-a-la-prensa/ https://www.time24.news/en/2020/06/controversial-report-commissioned-by-german-interior-ministry-coronavirus-was-a-false-global-alarm.html y destaca 5 puntos clave
    – Que su peligrosidad fue sobreestimada, ya que probablemente en ningún momento el peligro planteado por el nuevo virus fue más allá del normal;
    – Que las personas que mueren por coronavirus son esencialmente las que estadísticamente morirían este año, porque han llegado al final de sus vidas y sus cuerpos debilitados ya no pueden hacer frente a ningún estrés (incluidos los aproximadamente 150 virus en circulación actualmente);
    – Que en todo el mundo no ha habido más de 250.000 muertes por coronavirus, en comparación con el millón y medio (25.100 en Alemania) durante la gripe del invierno 2017/18;
    – Que el peligro no es mayor al de otros virus; y que el Estado alemán se ha convertido en el principal productor de noticias falsas.

    (b) La opinión de dos médicos estadounidenses independientes especializados en cuidados intensivos (resumen escrito de la entrevista + video):
    https://www.aier.org/article/open-up-society-now-say-dr-dan-erickson-and-dr-artin-massihi/

    (c) La opinión de un médico español independiente, el Dr. Rafael Matesanz:
    – «El mal diseño de la recogida diaria de datos, que ni es uniforme en cada comunidad, ni se reporta a tiempo exacto y que además se ha visto artefactado en la serie histórica por los cambios de metodología, va a hacer muy difícil sacar conclusiones científicas.»
    – «Muchos de los expertos epidemiólogos que nos trasladan sus opiniones cada día han hecho como los economistas, que siempre prevén las crisis al día siguiente de que se hayan producido y las explican perfectamente».
    https://www.elespanol.com/opinion/20200419/doctor-matesanz-no-fernando-simon-autorizo-actos/483451928_0.html

    • O también Gilbert Berdine:
      O también Gilbert Berdine: «Los confinamientos del COVID-19 no son ni necesarios, ni científicos, ni útiles»: https://mises.org/es/wire/los-confinamientos-del-covid-19-no-son-ni-necesarios-ni-cientificos-ni-utiles

      A la luz de las opiniones de algunos investigadores independientes de otros países, uno se pregunta por qué nunca aparece NINGUNA opinión similar (que pudiera molestar levemente al poder constituido) por parte de los médicos e investigadores españoles en activo (lo cual es muy preocupante).

      En otro orden de cosas, sí que animo a leer la acertada interpretación de Antonio Diéguez en relación a la pregunta ¿Existe el método científico?: https://blogs.elconfidencial.com/cultura/tribuna/2020-06-16/metodo-cientifico-filosofia-ciencia_2639264/

    • Noticia de la renuncia del
      Noticia de la renuncia del experto epidemiólogo gubernamental (Neil Ferguson) del modelo que indujo al confinamiento, y de los motivos para la misma: https://www.nationalreview.com/corner/professor-lockdown-modeler-resigns-in-disgrace/
      https://www.telegraph.co.uk/news/2020/05/05/exclusive-government-scientist-neil-ferguson-resigns-breaking/

      Y dos comentarios realista-humorísticos sobre ello (vertidos en referencia al artículo del profesor Huerta de Soto «El Estado: El virus más mortal»: https://mises.org/es/wire/el-estado-el-virus-mas-mortal ):
      – Snow Monkey: El «estado» es la provincia de los empleados del gobierno. Estas no son las mejores mentes atraídas por el «servicio público», sino aquellas que evitan el riesgo, de cualquier tipo, incluido el riesgo de encontrar dificultades en el proceso de un esfuerzo productivo. Son los incompetentes de cualquier sociedad que disfruta del ejercicio del poder sobre los demás, la seguridad de un ingreso estable y los beneficios del cargo o los adornos de la misma. En los Estados Unidos, Anthony Fauci, de quien estamos aprendiendo a diario, nos condujo un buen día por nuestro camino actual, con una bola de cristal de mala calidad. Y, no olvidemos que toda la economía global fue colocada en el basurero según la opinión de un chamán de Somalia que tiene un trabajo en la ONU.

      – Eiji Wolf: Y abogó por un tipo que no podía mantenerla quieta en sus pantalones el tiempo suficiente para mantenerse alejado de una mujer casada durante el encierro …
      Vaya, ad hominem. Sin embargo, es apropiado en este caso, creo.

    • El chamán en cuestión es de
      El chamán en cuestión es de la vecina Etiopía (no de Somalia)

  2. Estimado articulista, todo lo
    Estimado articulista, todo lo que ha dicho es parte de la verdad, es decir sigue siendo absolutamente cierto, especialmente lo del ahorro o inversion; ahora bien, como fisico deberia saber que lo de las estadisticas (PIB) es abosolutamente falaz y en el mejor de los casos sirven para ilustrar una Teoria, porque en este campo no hay regularidad estricta y , ademas, como sabe, son contingentes y no sujetas al marco teorico del calculo de probabilidades; asi no va a convencer vd . A nadie, ni siquiera a todos los «liberales»; ergo, hay que salirse del mainstream, porque es ahi donde radica el problema; la economia es al campo de la accion humana, lo que la protofisica al campo de la fisica experimental; y todas derivan de la Praxeologia.

    Un cordial saludo


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